Capítulo 13 - Pros y contras (Parte 2)

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Lo días siguieron pasando y la siguiente reunión bimensual llegó.

Muerte acudió a la cita con la nefasta sensación de que en el fondo le había faltado tiempo para prepararse.

Y no era que hubiera holgazaneado en su determinación de buscar el lado positivo de su antiguo trabajo. Pero por mucho que había pensando sobre ello, al final había terminado divagando sin proponérselo. Perdiéndose en recuerdos que no le gustaban y le hacían sentir mal. O en el mejor de los casos, en memorias recientes que le dejaban embobado y con una sonrisa en la cara. A veces incluso a punto de tener una hemorragia nasal.

La conclusión: seguía sin tener un argumento elaborado de peso que esgrimir delante de Locura que no fuese "Hazlo porque es lo que se supone que debes hacer." 

Aquello le estaba consumiendo.

Por ello ese día Muerte tomó asiento en el Salón Barroco cabizbajo, ofreciendo una sonrisa débil y huidiza a Vida cuando se presentó para tomar asiento a su lado. 

A penas molestándose en fingir interés cuando Sabiduría comenzó a relatar, de forma monótona y aburrida, todos los puntos a tratar en aquella reunión en concreto. Demasiado ocupado en localizar, mediante miradas de reojo muy mal disimuladas, la ubicación del actual dios oscuro en la amplia mesa del salón de reuniones aquel día. 

Lo encontró sentado en el lado opuesto del gran tablero. Lanzándole a su vez miradas enigmáticas de vuelta, todo ello de forma muy obvia.

Nada bueno para nadie, pues Vida por su parte también los observaba con el entrecejo cada vez más fruncido y tenso.

Al final la junta terminó. Nadie tuvo nada que añadir. Y todos los presentes empezaron a retirarse hacia sus respectivas ocupaciones. Todos menos Muerte que se quedó allí plantado de pie, viendo como Locura en vez de irse, se perdía por una de tantas puertas con las que contaba el salón. Una que si no se equivocaba daba paso a los aseos.

-¡Vanidad! –exclamó entonces Vida a su lado, extremadamente sonriente al tratar de obtener su atención. -¿Quieres que hagamos algo hoy? Tengo el día libre.

El aludido se puso rígido. Buscando rápidamente una excusa, que encontró en cierta pequeña diosa que se había quedado rezagada, por lo que se abalanzó sobre ella antes de que le diese tiempo a desfragmentarse fuera de allí:

-Lo siento mucho. -Exclamó entonces de forma torpe y nerviosa, esquivando en todo momento los ojos chartreuse del otro hombre. -Amor y yo ya teníamos planes para hoy. Le prometí que la ayudaría con unas cosas en su casa. ¿No es cierto?

La chica, que nunca había sido una actriz consumada ni mucho menos, fue muy obvia en su perplejidad. Pestañeando de forma rápida y confundida antes de confirmar de forma atropellada:

-¡Ui sí! sí. Sí. Es verdad. Muchas cosas en mi casa. UF. ¡Un montón! ¡Ni sabes!

No obstante tras el torpe pretexto, y pese a que Vida no pareció convencido en lo absoluto ante una mentira tan obvia, al final abandonó el Salón Barroco junto con Sabiduría. Dejando al dios más alto aún agarrado al brazo de su amiga.

-¡¿Se puede saber qué demonios pasa?! –exigió saber ésta una vez estuvieron solos.

Muerte juntó entonces ambas manos e inclinó la cabeza hacia abajo en clara señal de disculpa.

-¡No puedo explicártelo ahora! ¡Pero es muy importante en serio! ¡Cuando consiga arreglar una cosa ya te lo explicaré todo!

Y sin esperar la respuesta de la otra diosa salió corriendo hacia el lugar por el que había visto adentrarse a Locura, aún con la esperanza de poder tener una muy necesaria conversación con él.

Utopía [ Amolad ] [ A Matter Of Life And Death ]Where stories live. Discover now