T R E I N T A Y D O S

2.4K 234 3
                                    


Abro mis ojos lentamente y muevo mis manos desesperada pero estas estaban amarradas. Entonces mi respiración se vuelve irregular al recordar a Pepper.

—Pepper. Cariño—dije pero la voz salió ronca. Tragué en seco cuando veo a Killian y a James entrar. — ¿Dónde está? ¿Dónde está, Pepper?

—Ella está bien amor.

—No soy tu amor, bastardo hijo de perra. —escupí a sus pies y él sonrió.

—Te dije que es una fiera.

—Ya lo veo. Y nos será de ayuda para matar de una vez por todas a Stark.

Entonces me preocupé, moví mis manos con más intensidad intentado zafarme, pero era inútil. — ¿Qué?

— ¿Tony nunca te contó de un proyecto llamado Extermis?—me mantuve callada pensando en alguna salida. —Bueno, no importa. Esto te ayudará y serás perfecta

Me quejé cuando me suministraron esa cosa en mí. Quemaba todo mi interior así que grité de dolor. —Pagaran por esto.

James sonrió y volvió a suministrar del Extermis en mí. —Debes tener cuidado, James. Si le inyectas varias dosis, su cuerpo no podrá soportarlo.

Gemí de dolor y cerré mis ojos fuertemente. Solo espero que Tony esté bien.

Entonces todo se volvió negro.



°°°

Horas después

Me levanté exaltada por lo que moví las ataduras pero me tranquilice un poco al ver a Pepper enfrente de mí.

— ¿Qué le has hecho, infeliz?—miré a Aldrich que acababa de entrar. —Crees que te ayudará, pero estas equivocado.

Él miró a Pepper y sonrió cuando ésta despertó. —Liv.

—No las tenemos aquí solo para motivar a Tony Stark. En realidad, es más vergonzoso que eso—dijo sonriéndonos, fruncí el ceño entendiendo a lo que se refería.

—Están aquí como nuestro premio. —mire a James que se posó a mi lado. Él me sonrió y me mandó un beso.

—Dios, y pensar que alguna vez te bese—dije asqueada, él rio y lo miré mal. Entonces llega el traje de Iron Patriot.

Pepper y yo nos miramos confundidas, —Buenas noches, señor. —sale del traje el presidente, lo cual, nos sorprendió. Ambas nos miramos asustadas ya que no había señales de Tony.

James saludo al presidente con un saludo militar y sonrió. —Bienvenido a bordo, señor presidente.

Ellos salieron y nos dejaron solas con un señor quién nos suministraba el Extermis. Pepper se quejaba más que yo por lo que pude entender que su cuerpo no lo aceptaba.

Pasan los minutos y Pepper sigue sufriendo, por lo que, ideo un plan para salir de aquí.

—Pepper, tienes que luchar. No dejes que eso te venza—dije y me quejé cuando fue mi turno, pero pude soportar el dolor.

Entonces Pepper se desmaya. Miro el lugar y en eso llega James con una sonrisa. —Están por matar al presidente, y estás cerca a ser la mujer extremis perfecta.

Entonces cuando estuvo cerca de mi golpee su rostro fuertemente y me di cuenta que en su rostro habían marcas de fuego. Cierro mis ojos y de mi cuerpo empieza a salir fuego quemando las ataduras. Sonreí satisfecha. —Acabas de crear a tu peor pesadilla.

Salté sobre él dándole una patada fuerte que lo mando lejos. Estaba por quemar las ataduras de Pepper pero James me toma del cuello y me lanza al piso.

—No quería solucionar nuestros problemas así, pero no me das otra opción, amorcito.

Golpea mi cara y me vuelve a levantar para hacerme chocar con el suelo. Me quejo del dolor que hacia presencia en mi cabeza, lo tomo de la cabeza y lo hago girar sobre mí, me levanto rápido y corro hacia él para lanzarle una patada en su estómago, y cuando se inclina hacia adelante y golpe su cara varias veces con mi rodilla. Salto y lanzó una patada sobre mi eje, tumbándolo lejos.

Molesta camino hacia él y meto mi mano en su pecho tocando su corazón. —Soluciona esto, amorcito. —saqué su corazón y él quedó con los ojos abiertos. Y pude ver cómo sus ojos azules perdían brillo.

Me giro y el señor alza sus manos, pero no tengo piedad y levanto mis manos, de dónde salieron fuego, matando al hombre. Me acerqué a Pepper y arranqué las ataduras pero una explosión detonó en la habitación alejándome más de Pepper.

—Espero que el que esté destruyendo todo sea Tony—dije quejándome del dolor que aprisionaba mis piernas. Bajé la mirada y había varios escombros sobre mí. —Pepper. ¿Dónde estás?

Entonces alguien levanta los escombros, pero fue lo peor ya que se enterró más una pieza filosa. — ¡Espera! Suéltala, suéltala.

— ¿Ves lo que pasa cuando te juntas con mis ex-novias?—pregunta sarcástico y sonrío, pero estoy segura que fue una mueca.

— ¿No que no era ex-novia tuya?—pregunto y a lo lejos escucho a Pepper. —Saca a Pepper de aquí. Estaré bien.

—Liv.

—Solo hazlo, ella necesita más atención que yo. Su metabolismo no está aceptando el extremis. Ya sabes que es lo que pasa—dije tratando de moverme, él dudoso aceptó, pero no sé qué pasó que lo vi lejos de ella. — ¿Qué diablos?

— ¿Este sujeto te está molestando?—gruño al escuchar la voz de Killian, entonces cómo puedo levantó los escombros y salgo para ir hacia Pepper.

El rostro de Pepper reflejaba miedo y preocupación. —Cuando salgas, te largas de aquí. No sé cómo, pero lo haces—susurré y ella, sin rechistar, asintió. Tomé los escombros y estos se van quemando de apoco. Extiendo mi mano y ella hace lo mismo. —Solo un poco más.

Cuando la tomó la acerqué a mí y la guíe hasta la salida. Cuando me aseguré de que estaba bien corrí hacia Tony para ayudarlo, pero no sé qué pasó que caí en una máquina en la que había muchos escombros. Me asusté y me quejé cuando siento en mi pierna herida un fierro atravesado. Trato de moverla y al ver las explosiones y el fuego me asusto. —No quiero morir. No quiero.

No podía ver porque a esas alturas estaba llorando como una niña pequeña. Tomé el fierro y lo saqué rápido, y grité fuerte cuando siento que me desgarro la piel, pero está se curaba de apoco.

—Liv, amor. Estoy aquí, relájate. Te tengo. —me giré al escuchar la voz de Tony, suspiré y negué.

—Ve por Pepper. Está sola y...

—Ella está a salvo. Rhodey está con ella y el presidente. —entonces asiento y estiro mi mano, pero es imposible, estamos muy lejos. — ¡Solo mírame!

— ¡No puedo, Tony!—grite desesperada, él negó y me sonrió un poco, intentando tranquilizarme. Me estiré más, pero al hacerlo casi me caigo en el abismo. — ¡Tony!

—Amor, no puedo estirarme más y tú no puedes quedarte ahí. Debes soltarte.

— ¿Qué?—pregunté asustada mirando el suelo, estaba a 60 metros y este ardía en fuego.

— ¡Suéltate! ¡No te dejare caer, lo prometo!—lo miré y asentí, entonces cuando tomé impulso la máquina se movió dejándome caer, pude sentir el roce de nuestras manos por última vez, pero no fue lo suficiente para agarrarme.

— ¡No!—gritamos a la vez, me moví desesperada cayendo en lo más profundo del fuego.

Cierro mis ojos cuando impacto con el suelo.

| Fire & Love | [1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora