| Fire & Love | [1]

V E I N T I N U E V E

Estaba afuera de la oficina con Happy, pero él pedía identificación a cada persona que pasaba por su lado. Suspiré y me levanté.

— ¿Para dónde vas?

—Voy a llamar a Tony—le respondí a Happy marcando el número de Stark. Pero no contestó a ninguna, bufé y cuando estaba por ir con Happy una cabellera llamó mi atención. — ¿James? ¿Qué haces aquí?

—Olivia. Hola—dijo un poco sorprendido, sonreí y lo abracé. —No pensé que te encontraría por aquí.

—Lo mismo digo—dije mirándolo con una sonrisa, desvíe mi mirada y Happy tenía su Tablet muy cerca de su frente. Por lo que fijé mi mirada en el castaño frente a mí. —Pero dime, ¿Qué haces aquí?

—Acompaño a un primo. De hecho, está con la presidenta de esta industria, —no pude evitar mirar hacia la oficina.

— ¿Aldrich Killian es primo tuyo?

—Así es. Bueno, primo lejano—dijo y asentí asombrada.

— ¿Y sabes para qué se reunió o qué?—pregunte intrigada, la sonrisa que me dio fue escalofriante.

—No, no sé. Él solo me pidió que lo acompañara—dijo y yo solo asentí.

Nos giramos cuando Pepper y Killian habían salido de la oficina. Happy y yo nos acercamos a Pepper y James se acercó a su primo.

Mientras que nos dirigíamos a la salida de Stark Industries, Killian se presentó y me habló un poco de su vida y de cómo se reencontraron con James.

—No puedo decir que no estoy desilusionado. Pero, como solía decir mi padre: "el fracaso es la niebla a través de la cual vemos el triunfo".

—Eso es muy profundo—Le responde Pepper con una sonrisa amable. —Y no tengo ni idea que significa.

—No, yo tampoco. El viejo era un poco idiota—dice logrando que Pepper riera y él solo la miró con deseo. —Estoy seguro de que volveré a verte, Pepper.

Él besó su mejilla y me miró. —Fue un gusto conocerte, Olivia. James siempre me habla de ti.

Sonreí y miré al nombrado que me sonrió y me guiño el ojo. —Nos vemos.

Sonreí cuando juntó sus labios en mi mejilla. Tengo que admitir que lo había extrañado, solo un poco.

Nos los quedamos mirando y en eso llegó Happy. Suspiré y miré a Pepper. —Linda, me tengo que ir. No he hablado con Tony desde esta mañana y estoy preocupada.

— ¿Cómo está él?

—Está bien. Aunque no haya dormido casi, sé que saldrá adelante.

—Sí, y más si pasas tiempo con él—dijo dándome una sonrisa pícara. Reí bajo y asentí.

—Nos vemos, cuídense—dije besando la mejilla de cada uno y fui hacia el Camaro negro y me dirigí a la mansión.

°°°

El atardecer de Malibú era hermoso, pero me extrañé cuando vi algo en la entrada de la mansión. Bajé del auto y miré el conejo gigante que decía. "Feliz Navidad, amor", me giré a la casa escuchando la música clásica a alto volumen. Sonreí y entré en la casa.

—Siento llegar tarde, —fruncí el ceño al verlo con el traje en el mueble. — ¿Qué estás haciendo? ¿Ahora lo usas en la casa? ¿Cuál es? ¿Mark 52?

Me senté y me quité mis tacones. Tony se acercó a mí. —Algo así. Todos necesitan un pasatiempo.

— ¿Y tienes que vestir tu pasatiempo en la sala de estar?—pregunto sirviendo una copa de vino.