| Fire & Love | [1]

Q U I N C E

Llegamos a la mansión de Tony, y todo estaba destruido gracias a la pelea que tuvieron él y Rhodey. Miré toda la mansión y sonreí al recordar todos los momentos que pasé aquí.

—Me da gusto volverla a ver, Srita Toub.

—Qué bueno es escucharte otra vez, Jarvis. —mire a Tony e hice una seña. —Ve a cambiarte.

Tony miro a los agentes y luego a mí. Para al final subir a su habitación. —No puedo creer que él piense que sales con el jefe.

Reí bajo. —Lo sé. Es un estúpido.

—Pero aun así lo quieres.

Suspiré y miré por donde se fue. —Sí. Aun así lo quiero.

Tony bajo a los minutos y se sentó con Fury a hablar. Salí de la mansión y miré alrededor vigilando que ninguna amenaza entrara. Los agentes que estaban en la camioneta sacaron la maleta donde estaba toda la información que Tony necesitaría para encontrar la respuesta a su problema.

Luego de echar un vistazo, seguí a los agentes. —Tú te encargarás.

— ¿De qué me encargaré? No sé de qué.

—Natasha seguirá trabajando en Stark Industries sin que la descubran y tú, ¿recuerdas al agente Coulson?

—Si—dice con cierto rencor en su tono de voz, mordí mi labio inferior para evitar sonreír. Caminé a un lado de Fury, lista para irme con él pero se detuvo.

—Ah Tony. No lo olvides—dijo serio y abriendo más el ojo. —Tengo puesto el ojo en ti.

Sonreí y caminamos al helicóptero que nos estaba esperando. Pero cuando me iba a montar, Fury me detuvo.

—Agente Toub. He visto su comportamiento el día de hoy, por lo que he decidido colocarle una misión.

Trate de no emocionarme. — ¿Y esa cuál sería, señor?

—Vigila a Tony por mí. Por lo que veo él te obedece.

Alce el mentón y asentí. —No lo defraudaré, jefe.

—Yo sé que no. —dicho esto subió al helicóptero y celebré sin que nadie me viera. Estaba buscando cobre y encontré oro.

— ¿Qué haces saltamontes?—me giré al escuchar la voz de Tony y sonreí. Corrí a él y lo abracé. —Ya me cae bien el pirata con el que sales.

—Que no salgo con él.

Tony sonrió y agarró mi mano fuertemente. —Menos mal porque sería una desgracia para él el haberse metido con la chica de Iron Man.

Reí negando y me separé de él. —Bien, pero tienes trabajo que hacer.

—Te ves espectacular con ese traje, cariño—dijo dándome una vuelta, rodé los ojos y me crucé de brazos. —Sí, ya te escuché.

Caminé hacia la sala y tome la maleta para dársela a él. Cuando me giré él estaba viendo mi trasero. —Tony. Tenemos trabajo que hacer.

— ¿Podemos empezar luego de darnos cariñitos? Estos meses han sido muy largos para mí.

Lo miré seria y baje la maleta. Tomé su rostro e hice lo que años añoraba. Besé sus labios y él gimió, me acercó más a él y el beso fue aumentando de intensidad.

Vaya, valió la pena esperar. Nos separamos por falta de aire pero él beso castamente mis labios. Miró mis ojos y luego pasó las yemas de sus dedos por el contorno de mi boca.

—Eso estuvo bien—dije mirando sus labios deseando más.

—Sí que lo fue—dijo acercándose más a mí pero la voz de Fury en mi mente hizo que me detuviera.

—Pero, tenemos trabajo.

Él asintió y se separó después de suspirar. —Pero no te salvas. Esto debemos seguirlo.

—No pondré resistencia.

Vi su sonrisa asomarse. Tomó la maleta y fuimos a su taller para ver los vídeos y los planos que lo salvarían. Me senté en el sofá y Tony empezó a sacar lo que había ahí.

—Linda, saca el proyector de vídeo—dijo señalando un armario. Me levanté e hice lo que me pidió. Lo tomé y lo conecté, me dio un casete y lo coloqué.

Miré atentamente y era el padre de Tony, miré al hombre y no se inmutó cuando lo vio. Estaba leyendo un libro que estaba en la maleta. Suspiré triste.

Seguí viendo el vídeo y en el fondo salió un pequeño niño tomando algo de la maqueta. Sonreí al adivinar en que era Tony. Pero su padre lo regaña, miré a Tony triste, y él solo me guiño el ojo con una leve sonrisa.

Caminé hacia él y me senté en sus piernas, para acariciar su cabello y hacerle entender que no estaba solo.

Pasó las hojas del cuaderno, y las últimas estaban en blanco. Miré la cinta y salía su padre cansado. Tony dejó el cuaderno a un lado y empezó a tomar la coca cola que se había servido.

—Tony, eres muy pequeño para entenderlo ahora así que decidí filmarlo para ti. Esto, lo construí para ti. —Miré a Tony y estaba mirando fijamente la proyección. —Algún día te darás cuenta de que representa mucho más que inventos de la gente, representa el trabajo de mi vida. Esta es la llave del futuro. Me limita la tecnología de mi tiempo, pero un día tú lo descubrirás y cuando lo hagas, cambiarás el mundo. Pero la que es y será siempre, mi más grande creación... Eres tú—sonrió cuando acabó de hablar y segundos después se terminó la cinta. Sonreí con ternura y miré a Tony.

—Tiene razón. —besé su cabeza y acaricie su cabello. Él suspiró y se acomodó en mi pecho.

—Tengo algo que hacer—dijo a lo que asentí. Cuando estaba por levantarme, él se aferró más a mi cintura. —Pero puedo hacerlo después. Sigue lo que estabas haciendo.

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Tony fue a Stark industries para hablar con Pepper. Primero para disculparse por comportarse como un idiota y segundo para decirle su estado. Ya que Pepper ha estado con él desde siempre y debe saberlo.

Miré todas las cajas que estaban en el taller y tomé un cuaderno para empezar a leerlo. Eran apuntes de Howard Stark.

Me fui sacando el traje mientras que leía, y cuando quede en ropa interior fui a la que era mi habitación y saque una ropa más cómoda. Dejé el libro en la mesa de noche y fui a la cocina para prepararme algo de comer.

—JARVIS. Muéstrame el desastre que hizo Tony mientras no estuve aquí.

—Enseguida, srita Toub.

Miré la pantalla de la cocina y se mostraba a Tony con el traje de Iron Man en su cumpleaños. Rodé los ojos y seguí viendo. Las personas lanzaban cosas y el las destruía. Luego llegó Pepper tratando de terminar todo pero Tony estaba muy borracho, tanto que estaba muy cerca del rostro de Pepper.

Alce una ceja. —JARVIS, Pepper y Tony no han tenido nada, ¿Verdad?

—La relación de Pepper y Tony es profesional srita. Nunca han hecho nada indebido en la casa.

—Ni en ninguna parte hemos hecho nada. —me giro rápidamente. Tony tenía en sus manos una maqueta gigante, así que me acerqué y lo ayudé a llevarlo al taller.

—Eso espero, Stark.

—No seas celosa.

—Te conozco, Tony. Tú normalmente piensas con la cabeza de abajo, y sin contar lo guapo e irresistible que eres—dije y fruncí el ceño cuando se llegó otro pensamiento a mi mente.— Y no hablemos de las sanguijuelas esas, que nada más están contigo por dinero y...

Dejé de hablar porque él ya estaba besando mis labios. Suspiré cuando nos separamos y acarició mis brazos.

—No sé qué me has hecho, Toub. Pero sería tan imbécil de hacer algo para alejarte de mí.