Capítulo 37

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Me desperté por el ruido de las puertas abriéndose, y mi primer instinto fue coger una de las pistolas que tenía. Tuve que parpadear muchas veces para poder despertarme de manera más rápida, pero estaba claro que me había pillado con la guardia baja. Ni siquiera recordaba cuándo me había quedado dormida, ni qué hora era ni dónde estaba.

Finalmente pude ver con más claridad en cuanto entró la luz. El hombre que conducía el camión, Ben, se acercó a mí y me tendió la mano para levantarme. Me maree un poco en el proceso y tomé un profundo respiro.

―¿Dónde estamos?―pregunté.

―En la capital, Urielle―contestó.

Hizo un gesto para que le siguiera y saliésemos fuera. Supuse que sabría que era un lugar seguro como para estar fuera y mantener una conversación de manera segura. En teoría, era una fugitiva. Estaba segura de que ya habrían activado los dispositivos de seguridad por todo el país y sus fronteras para localizarme. Ante la corte, la justicia y el pueblo yo era una traidora. Estaba segura que mis probabilidades de estar en libertad si me cogían eran nulas... probablemente acabase en la cárcel, y en el peor de los casos ejecutada.

Al salir del camión me di cuenta que estábamos en un almacén enorme. Había luces, pero no lo suficiente para iluminar el gran espacio en el que nos encontrábamos. El lugar estaba repleto de cajas de todos los tamaños, y parecía no haber nadie. Había olvidado que ni siquiera sabía qué hora era, ni la última vez que comí. Mi estómago empezó a rugir en cuanto me di cuenta que no había comido por horas.

Ben el conductor me miró, primero sin expresión en la cara pero después vi cómo sonreía un poco y sacaba una chocolatina del bolsillo de su chaqueta. Iba a negarme pero me volvió a rugir la barriga, por lo que le di las gracias y abrí el envoltorio para llevarme la chocolatina en la boca. Lo devoré, prácticamente.

―Debo llegar hasta Jared Wright―le dije―. ¿Tienes alguna idea de dónde está?

―Vi en las noticias que el rey Liam los estaba buscando, aunque últimamente ya no sé cuál es el concepto de justicia, si le digo la verdad―admitió mientras se rascaba el cuello.

Ben no podría tener un poco más de años que yo. Unos tres o cuatro años más, pero era joven, y de complexión atlética. Era alto, con el pelo y ojos castaños, y no pude evitar pensar en que debió de haber servido al ejército fitzalan, y en teoría tendría que seguir sirviendo dado que estábamos en guerra. No quería ser muy intrusiva, así que no le pregunté sobre nada, lo había conocido apenas hacía unas horas.

―He oído rumores de que Jared ha organizado una defensiva armada y ha expresado en público sus intenciones de derrocar a Liam―me empezó a contar―. Mucha gente piensa que es un plan suicida, pero hay otra mitad que lo apoya. La porción que está en contra es simplemente por el hecho de que es Noresulano.

―Jared ha crecido en Euresis, este país es como el suyo―defendí.

―Exacto. Siempre habrá gente que se oponga a estas cosas, pero es lo normal. Ahora bien, están escondidos para que Liam no pueda intentar matarlos. La información más fiable que tengo es que se encuentran en una de las antiguas bases del ejército Fitzalan, de estos que habían abandonado para cambiarse a unas instalaciones más modernas... Básicamente es un búnker subterráneo enorme, y está en el bosque de hierro, al noroeste de la ciudad.

Tenía que procesar un montón de información. Pensaba en el gran esfuerzo que supuso trasladar a todos las personas que simpatizaban conmigo en dirección opuesta de donde se encontraba el Palacio Real Gailden. Y más buscar aliados y personas dispuestas a colaborar en esta causa.

The Final Reign (#TCIM 2) ©Where stories live. Discover now