The Final Reign (#TCIM 2) ©

Capítulo 33

Resumen exprés de los acontecimientos: Scarlett rechaza al príncipe de Estados Unidos cuando éste le pide matrimonio, desatando así que EEUU le declarase la guerra a Euresis y perdiera la alianza con Noresul a la misma vez que se canceló su compromiso con Jared, el príncipe del país. A raíz de este caos, Scarlett es desechada y la obligan a entrar al ejército de incógnita. Con esta experiencia descubre que EEUU está intentando matarla, a la vez que sospecha de las intenciones de su propio país hacia ella. Una noche, el príncipe Max de EEUU solicita una reunión con Scarlett y Liam, su hermano, para poder parar la III Guerra Mundial y sólo esto puede saldarse si encuentran el paradero de Clarisse para que el padre de éste (rey actual de EEUU) abdique y él pueda subir al trono y parar la guerra. Liam y Scarlett acceden. Mientras tanto, en la boda de Liam y Stella, son atacados por soldados y hieren a Stella. Scarlett huyendo y buscando vendas para Jared que también está herido, es secuestrada por Max, quien le revela que han sido atacados por estadounidenses y no Bowyars como ellos creían, y que Liam, su propio hermano, es el mismo topo y traidor que ha intentado matarla todo este tiempo. Scarlett, Cameron, Steve y un doctor de palacio han estado ideando cómo poder parar lo que Liam quiere: la corona, hacerse con el poder y matar a Scarlett.

Jared despertó hacia el medio día. Estaba algo confuso y parecía no saber dónde estaba pero bastó con que Steve se quedara unos minutos con él a explicarlo. Después me puse yo a hablar con él sobre Liam. Parecía no creérselo del todo, no paraba de mirar de un lado para otro con confusión, a la vez que no paraba de parpadear. Por unos minutos no dijo nada hasta que rompió el silencio.

—No acabo de creerme todo esto—murmuró, mientras me miraba a los ojos—. O igual estoy en negación.

Suspiré. Había estado en su posición, entendía la sensación que estaba teniendo y aún me costaba digerir aquella información. No sabía si podría en un momento próximo. Me producía una sensación de náuseas inaguantable.

―Lo sé, Jared. Pero necesito que me apoyes en algo que quiero hacer.

― ¿En qué?

―Luchar―contesté sin pestañear―. Vamos a parar de tener miedo y escondernos, pero necesito apoyo. Y quiero saber si vas a estar conmigo en esto.

Jared me miró directamente a los ojos y asintió con la cabeza sin dudar.

―No hacía falta que me preguntases, sabes que siempre me uno a cualquier plan en el que implique arriesgar mi vida. Me he vuelto profesional a ello, ¿sabías?

Los dos sonreímos.

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Después de estar un par de horas organizándonos y emprender la misión que, probablemente, más arriesgásemos vidas y en el que si nos salía mal más cara nos podría salir, tomé unos minutos para serenar mi mente y aclararla. Tenía que tener en mente que igual podría perder a seres queridos por arriesgar en tan complicada operación, pero también tenía que tener en cuenta que yo misma podría morir, aunque la última posibilidad no me daba tanto miedo.

Había mirado a la muerte directamente tantas veces que me había vuelto inmune a ella, y no sabía si aquello era algo increíblemente malo o algo irónicamente bueno.

Como supuse que igual podría ser nuestras últimas horas, hablé pacíficamente con Jared sobre nuestra extraña relación. Me sinceré al cien por cien con él, diciéndole lo incómoda y dolida que me sentí que él no recordase el beso que compartimos cuando él estaba ebrio... esta vez sin gritarle, tomándonos nuestro tiempo y siendo totalmente sinceros el uno con el otro.

Admitió tener sentimientos por mí. Y yo admití que empecé a sentirlos también por él porque me dolió mucho el hecho de que no me visitara en el tiempo que estuve internada. Él mismo admitió que fue un cobarde, que tenía miedo a querer a alguien porque no lo había hecho nunca y que se arrepentía de que aquel suceso nos hubiera distanciado cuando estábamos empezando a tener una relación estable y que iba por buen camino.