Capítulo 20

2.1K 193 25
                                    

—¿Estás bien?

Cameron y yo habíamos quedado temprano por la mañana para salir a correr sin la presión de que cualquiera nos viera juntos. Obviamente Jared sabía de nosotros dos, pero agradecía que no dijera nada. Al menos me tenía ese respeto: él siempre me había tratado bien. No me trató nunca menos.

—Sí—mentí, jadeando.

Giramos la esquina de uno de los edificios de la ciudad, mientras inspiraba aire por la nariz y lo soltaba por la boca. Estaba sudando ligeramente, aunque llevaba una coleta alta. Estaba siendo una mañana tranquila, y con el tiempo que llevábamos corriendo, nos habíamos encontrado otros pelotones haciendo ejercicio.

Nos paramos finalmente en el puerto de la ciudad. Estaba diseñado de una manera exquisita, con intención de que fuera moderna. Por encima nuestra había pérgolas que claramente dejaría entrar rayos de sol horas después y caminábamos por el paseo.

Era un día tranquilo. Demasiado, quizás.

A pesar de los ataques a la ciudad (y al país) aquella parte estaba bien conservada. Los parques infantiles seguían en pie y por el camino apenas se notaban daños. Al parecer el puerto era uno de los sitios más queridos y atresorados por su gente.

Echaba de menos Euresis. Por muchos problemas que estuviera pasando, echaba de menos mi patria. Echaba de menos el Palacio Real Gailden, aquel lugar que una vez me atreví a denominar como casa. Últimamente no me atrevía a atribuir algo como parte de mí, porque siempre acababan dañados por mis decisiones y sus efectos colaterales.

—¿En qué piensas?—preguntó de repente Cameron.

Ni siquiera me había dado cuenta de que nos habíamos quedado en silencio.

—En Euresis—contesté, sonríendo un poco—. Y en Liam. Lo echo de menos.

—Entiendo... Volveremos pronto, te lo prometo.

Me paré en seco.

—¿Pronto?—repetí.

Cam asintió con la cabeza. ¿Qué quería decir con aquello?

—He escuchado a hurtadillas que planean devolvernos a Euresis en una semana.

—No es como si fuéramos objetos de usar y tirar, Cam. Somos Soldados pero también personas—contesté cruzándome de brazos.

Me resultaba extraño. Habíamos pasado menos de un mes a España y que volviésemos tan rápido a nuestro país era muy extraño: por lógica común, los Soldados pasan meses y meses en el extranjero ejerciendo su labor. Y aunque fuéramos un pelotón pequeño y sólo una pequeña parte del ejército de Euresis, seguíamos ejerciendo; y estaba claro que nuestra ayuda aquí no iba a ser suficiente por una semana. Noresul tiene un buen número de pelotones, así como personas bien entrenadas pero...

Me entró un escalofrío en el cuerpo a la vez que veía que empezaba a amanecer. Desde un principio me había parecido extraño que nuestro pelotón fuera la única en llegar a España. Era cierto que a medida que pasaron los días, más Soldados aparecieron pero, ¿y si ayudar y proteger a España no era realmente los objetivos de mi país? ¿Y si nos habían mandado allí con otro objetivo fuera de nuestros conocimientos?

¿Y si nos habían mandado allí con la intención de que muriese?

Oh Dios mío.

Empecé a marearme y tuve que apoyarme en el brazo de Cameron, que me miraba confuso y me preguntaba si estaba bien. Asentí con la cabeza, lentamente, mientras intentaba procesar mis conclusiones.

*****

Necesitaba hablar con alguien. Necesitaba hablar con Steve, concretamente. Sabía que era el único que me iba a entender, y que no iba a tomarse mi teoría como algo loco.

The Final Reign (#TCIM 2) ©Where stories live. Discover now