5. Impulsos ½

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Durante la siguiente semana, Matthew no dejaba de seguir y ordenarme que me alejará de Kirk, había estado tan cansada de escucharlo que el miercoles había lanzado uno de mis libros que acababa de sacar de mi casillero directo a su cabeza. Él me había mirado impactado, colocó sus puños a cada lado de su cadera y dando largos pasos se colocó delante de mí, golpeó el casillero a mi lado y gruñendo se alejó de mí, sin decir nada. Todos en el pasillo me miraron un tanto impactados.

Desde ese día no lo había vuelto a ver, aunque seguía trabajando en el bar no lo veía cuando estaba en el. Marcus me había dicho que Matt no había llevado a ninguna chica a la oficina desde el miércoles, su comentario me había dejado tan impactada que había hablado con Parker, ella había repetido las misma palabras que Marcus.

Ahora me encontraba en la casa de Sam, veía como se propaba un vestido tras otro, ella al contrario que yo había decidido no llevar un disfraz. Cuando había tocado a su puerta había abierto la boca y alzado ambas cejas, me miró de los pies hasta el peinado representativo de la princesa Leia. Sin decir ninguna palabra me había guiado a su habitación, donde comenzó a sacar de su armario demasiados vestido.

Llagabamos tarde a la fiesta y parecía no importarle.

-A triple p no le importará lo que lleves, Sam- me deje caer en la cama-. Por fin lo conocerás y lo único que te importa es como te verás.

Aún acostada moví mi cabeza hasta que mire a Sam, estaba frente al espejo sujetando un vestido negro con lentejuelas delante de ella.

-Quiero verme linda para él.

-¿No crees que si está probablemente enamorado de tí, no le importará lo que uses?- soltando un bufido se sentó en la esquina de la cama.

-Es que, me quiero ver bonita, para él.

-Eres extremadamente hermosa, Sam. Nunca dudes de eso.

Giró su cabeza y me miró a través de su hombro, me dirigió una sonrisa, se levantó de la cama y tomo un vestido rojo, le extendió en mi dirección.

-¿Esté?- alzando los hombros asentí.

Se dirigió al baño mientras tomaba unos tacones negros y cerró la puerta.

Me levanté de la cama y me coloque frente al espejo, el vestido blanco era demasiado largo que cubría mis tobillos, aunque tenía un aspecto más a una túnica blanca, mi cabello está dividido a la mitad y en cada lado de mi cabeza había un moño. Acomode el vestido y espere sentada en un banco a que Sam saliera del baño. Había pasado más de una hora en dejar el peinado perfecto con ayuda de mi madre.

Kirk me había tratado de convencer de que iría por mí a mi casa, me negué y lo obligue a aceptar que nos encontraríamos en la fiesta. A duras penas había aceptado.

🔹🔹🔹

Mis manos comenzaron a sudar, mordi mi labio nerviosa mientras Sam presionaba el timbre de la fraternidad. Al contrario que la anterior fiesta, está parecía exclusiva, pues nadie se encontraba bebiendo en el patio delantero y la música se escuchaba solo en el interior de la enorme casa.

La puerta fue abierta por una chica con un disfraz de conejo de color rosa y blanco, que era demasiado diminuto y se ceñía a cada una de sus curvas. Nos miró de la cabeza a los pies, detrás de ella apareció un hombre alto con el uniforme del equipo de fútbol americano de la universidad. Una sonrisa con diversión me dirigió cuando recorrió mi cuerpo.

-Tú debes de ser Lily- miró a Sam-. Y tú Samantha, pasen.

Tomó a la chica por la cadera y la acercó a su pecho, caminó hacia atrás llevando a la chica con ella, abrió la puerta dejándo que las dos entraramos. Había pocas personas en la casa, los cuales supuse eran los jugadores del equipo, pues había visto algunos de ellos en algunos entrenamientos y partidos.

En mi pielWhere stories live. Discover now