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El transcurso del día pasa demasiado lento, mientras yo trato de ocultarme de Kirk, él aparece con una enorme sonrisa y diciendo palabras tranquilizantes, o en muchas ocasiones tomándome por sorpresa y colocando un beso en mi boca.

—¿Irás a despedirte de mí?

Kirk está sentado a mi lado, en medio de la cafetería, con nuestros amigos rodeandonos y el sonido de las demás personas en el fondo. Empujó la pequeña uva que queda en mi charola con el tenedor de plástico en mi mano.

Mi mente aún sigue intentando procesar todo lo que ha pasado en estás veinticuatro horas. Desde ayer, cuando sin medida me entregué en alma y cuerpo a Kirk, hasta la mañana de hoy, cuando sus pocas palabras lastimaron mi corazón. Intento comprender como fui lo suficiente inconciente o tonta como para no notar las verdaderas intenciones de la persona a mi lado. Pero como lo hubiera descubierto, estaba tan perdidamente enamorada de él, que no siquiera me di cuenta que no significaba ni la mitad de lo que él significaba para mí.

Pero supongo que así es la vida, no todo es proporciones correcta o iguales. Algunas personas daban demasiado mientras se sostenían a pequeños y miserables pedazos, intentando conseguir algo a qué aferrarse, como si sus sentimientos no valieran demasiado.

—¿Star?— la voz de Kirk se filtra a través de mis pensamientos.

—¿Qué?

—¿Qué si irás a despierte de mí, cuando me vaya?

—No lo sé, no...

Kirk intenta tocar mi brazo pero en un acción un tanto involuntaria me alejo de él.

—¿Qué sucede?

—Yo...

—Lily y yo tenemos algo planeado el día de mañana, es el cumpleaños de Olivia, así que decidimos hacerle una fiesta sopresa— Sam interviene por mí.

—¿Eso es cierto, Star?

—Si— coloco mi cabello detrás de mi oreja—. He estado tan absorta en las clases que por un segundo lo olvide.

—¿Segura que no puedes ni perderte diez minutos de la fiesta?— se gira en su asiento—. Me gustaría que estuvieras ahí para mí, para desearme suerte.

—No necesitas más suerte de la que ya tienes— la voz de Sam contiene un poco de ironía.

—Va ser el último cumpleaños de Olivia antes de que Sam se mudé con Patrick y yo...

—Tú te mudes conmigo.

—¿Kirk?

—Hablaremos de esto, cuando llegue de Texas— se inclina hacia mí y besa mis labios—. Verás que será una buena idea. Ahora tengo que irme para empacar mis cosas— toma la solitaria uva de mi charola—. Vendrás hoy al departamento, hay algo que tengo que mostrarte.

—Tal vez, tengo muchas cosas que hacer.

—Esta bien— vuelve a besarme—. Te quiero.

Sonrió cuando por fin se separa de mí.

Cuando por fin me encuentro sola con Sam, el enorme nudo en mi garganta crece, y amenaza con obligar a mis lagrimar rodar. Sus palabras aún siguen grabadas en mi cabeza, repitiéndose una y otra vez. Mi propia cabeza se burla de mí, haciéndome saber que él permanecerá ahí en mi mente.

—No se porque haces esto— siento el cuerpo de Sam cerca del mío—. Si yo fuera tú, ya lo hubiera golpeado en las bolas y hecho rodar en el suelo mientras me tocaba perdón.

—No quiero que sea miserable.

—Él te está haciendo miserable a ti.

—Por esa razón no quiero que el sufra los mismoque yo— limpio mi nariz con el dorso de mi mano—. No quiero que piense en nuestra, ruptura— hago unas comillas con mis dedos en la última palabra—, cuando esté en el DRAFT. No quiero ser la causa de su tristeza, no quiero ser la causa de dolor de nadie.

—Oh, mi pequeña Lily.

🏈🏈🏈

Sam se encuentran frente a mí, en cada una de sus manos tenía diversas cosas. Entre el hueco de su codo derecho tenía un enorme bote de helado de sabor napolitanl y por último en su mano derecha sostenía una enorme frazada y una bolsa llena de diversos chocolates.

—¿Qué es lo que haces?

—Tu mamá le llamo cuando llegaste a la casa, me dijo que no habías querido comer y que tenías una extraña mirada en tu rostro— aclara Sam mientras se acerca a mi lado en mi cama.

—¿Mamá?

—Supongo que nunca te había visto tan triste.

—Basta— sonrió mientras la veo acercarse hasta colocar todas las cosas a mi lado.

Tomando la laptop de mi escritorio la abre y se acerca a la cama, dejando el bote de helado y las demás cosas en medio de las dos. Abre el bote de helado y me ofrece una de las cucharas que trajo, extiende la frazada para que cubra nuestras piernas colocando la laptop sobre mis piernas.

Selecciono uno de los tantos chocolates que trajo de variedad, mientras que ella pone play a la película que más me gusta, siete almas protagonizada por Will Smith.

La película transcurso tranquilamente, mientras ambas comemos del enorme helado. No es hasta que la voz de Sam se filtra sobre la película que me doy cuenta que las lágrimas que se derraman por mis mejillas.

—¿Lily, quieres hablar sobre lo de killer?

Bajando mi mirada retuerzo la frazada entre mis manos, dando un suspiro miro a Sam quien pacientemente me mira.

—Ayer me acosté con él— suelto demasiado rápido—. Y luego...

—¿Él te lastimó?— hincandose se acerca más a mí—. Si te lastimó solo debes decirlo y haré que lo peor le suceda.

—En no me lastimó, no relacionado a lo que pasó ayer. Sino, en realidad fue algo que dijo.

—¿Qué dijo?

—Matt tenía razón— recargo mi cabeza en la cabecera de la cama—. Kirk solo quería jugar conmigo—  doy suspiros intentando calmar mis lágrimas—. Él mismo lo confesó, claro antes de que despertara, lo escuché hablar. Era con otra mujer, él le dijo que la amaba, y que iba a arreglar esto, que me iba a dejar.

—¿Lily, que harás cuando él regrese?

—Voy a dejar de lastimarme, voy a dejar de fingir que no me duele. Voy a dejarlo libre.

En mi pielWhere stories live. Discover now