⚓Un demonio en el paraíso, de nuevo a tu lado.

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Sin mirar atrás fue escoltado por los dos alados hacia el portal, al pasarlo el menor pudo observar que habían muchos portales, era una imagen muy bella de observar, los portales flotaban alrededor de ellos, tal vez eran miles, y en cada uno se podían ver, paisajes, luces y destellos, incontables universos.

Que es este lugar?

Por favor no nos dirijas la palabra, nos ordenaron traerte con nosotros, no nos complace tratar con un medio demonio.

El menor no habló más, los otros lo tomaron de los brazos con brusquedad y junto con él volaron hasta uno de los portales, luego de entrar lo dejaron en el suelo.

Más adelante se alzaba una gran puerta de la que salía una luz tan brillante que no se veía del otro lado, entre ellos y la puerta, había un pasillo blanco, lleno de luz y silencio absoluto, varios ángeles resguardaban aquella entrada.

Atravesaron entonces la puerta reluciente.

El lugar parecía un Olimpo, un contraste con el mundo oscuro y siniestro de los demonios, pero el castaño se sentía más vulnerable en aquella pureza que impregnaba el lugar. Los ángeles se encontraron con otro, que miró a Dipper a los ojos por un segundo, lo suficientemente para que se diera cuenta cuánto lo despreciaba.

Gracias por traerlo hasta aquí.

Los ángeles hicieron un ademán con la cabeza y se marcharon.

Vamos.

El castaño siguió al ángel, de pronto sus ojos brillaron cuando al fin vieron al rubio después de tanto tiempo, aunque en realidad no había sido mucho, él hablaba con un grupo de ángeles y vestía una túnica blanca, como un niño el menor lloró sin poder evitarlo y se quedo mirándolo hasta que el contrario se dio cuenta y corrió hacia él para abrazarlo, pero Dipper lo recibió con un puño, golpeándolo en el estómago varias veces, no le importaban para nada las exclamaciones de sorpresa y que lo estuvieran viendo alrededor unos seres presumidos.

Yo... Pensé que no te encontraría, eres un maldito, te vas y me dejas como si nada, si vuelves a dejarme otra vez...

Está bien, lo siento mucho.

El mayor lo abrazó a pesar de que el otro lo empujaba para alejarlo.

Duele, estás abrazándome muy fuerte.

Lo siento...

El rubio lo soltó y vio su brazo que sangraba un poco, su ropa también tenía sangre.

...Pino, estás herido? Esa sangre...

Sólo es una pequeña...

El menor se arrodilló en el suelo, trató de soportar lo que más pudo pero su cuerpo lo traicionó y pronto su nariz empezó a sangrar, la limpió rápidamente, entonces el mareo regresó y respiró hondo para aliviarlo un poco. El mayor se arrodilló a su lado. No podía disimular ni un poco su preocupación por el castaño, sabía que cada vez, su pequeño cuerpo y su espíritu se debilitan un poco más, en verdad no le quedaba mucho tiempo, verlo así le dolía demasiado.

Sabes que no solo es su cuerpo el que está lastimado.

Lo sé.

Perdón, ya estoy mejor.

Deberías llevarlo a que tome un baño, así también tendrán tiempo para hablar.-

El rubio levantó al chico en sus brazos, mientras caminaban el castaño se sentía observado por todos, su cuerpo temblaba por un dolor inexplicable que sentía de repente, se aferró al pecho de Bill, por fortuna aquella sensación duro sólo unos segundos. Entraron a un cuarto donde había una tina gigante con agua caliente, el mayor cerró la puerta.

Cuando La Luz Se Oscurece. +18 [BillDip] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora