🏡Extrañamente un día común, el símbolo.

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Se acercaba el anochecer y Dipper ordenaba la última cosa que le faltaba, una fotografía de él junto a sus tíos, Mabel y amigos de Gravity falls, su más preciado objeto, llegó a las ocho de la mañana con sus cosas, Lazlo lo había saludado y dado la bienvenida entregándole las llaves, durante la mañana el castaño había organizado la cocina y la sala junto al comedor, al medio día se preparó algo ligero y continuó organizando la habitación y el baño, también algunos detalles como el librero y la televisión en la sala, su escritorio en la habitación cerca a la ventana, su ropa y demás objetos y decoraciones que tenía.

Estaba agotado, así que se deshizo de su ropa y solo se dejó unos pantalones cortos, ya que no le gustaba dormir vestido, se tumbó en la cama y se quedó profundamente dormido hasta el siguiente día.

Al abrir los ojos se dio cuenta que sus cobijas estaban en el suelo, la cama era amplia por lo que se le hizo extraño, además de que se encontraban un poco lejos y nunca las tiraba al suelo, pero no prestó mucha atención, las levantó y rápidamente hizo la cama.

Se dirigió a la cocina he hizo un gran desayuno, con waffles, frutas y huevos revueltos, ya que no había cenado el día anterior estaba muriendo de hambre y comer era de sus pasatiempos favoritos, mientras terminaba con su café, su mirada se encontró con el extraño símbolo en la pared, ya llevaba una noche y nada había sucedido, se sentía un poco decepcionado de que aquella historia no fuera cierta, aunque no lo creía del todo, pues él era de los que siempre tenía todo ordenado, y algunas cosas en la sala, como los libros y el control remoto estaban en diferentes lugares, algo de lo que sólo él se daría cuenta.

Era Domingo por lo que saldría a ver la ciudad y regresaría en la noche.

La ciudad le había encantado, había visitado un restaurante delicioso, luego fue a la playa, lo antiguo de sus edificaciones y calles le daban ese toque mágico que Dipper buscaba además de que las personas eran muy amables.

Al regresar se dio cuenta que el símbolo en el muro brillaba con una llama azul por unos instantes, luego no pasó nada, se acercó pero se veía igual que antes, hizo café y tomó un poco mientras miraba el círculo, ahora estaba más intrigado, pero ¿Por qué no veía a ningún demonio todavía?

Luego de hacer algo de cenar y cambiar su ropa, se dirigió a su habitación y sacó un piano eléctrico que tenía bajo su cama, lo dejo al lado de la cama y luego empezó a tocar, a través de la ventana veía un poco la ciudad, deslizaba los dedos con habilidad por aquel piano haciendo sonar una armoniosa y nostálgica melodía, se dejó llevar un rato pero después lo guardo de nuevo y se recostó en la cama igual que la noche anterior, cerró los ojos pensando en lo que había hecho durante el día, y de pronto sintió que alguien acariciaba sus cabellos, abrió los ojos de golpe sin encontrar nada ni nadie, y aunque debía sentir miedo sólo lo invadía una inmensa curiosidad, volvió a recostarse sintiendo aún cálido donde aquello lo había rozado.

Quiero verte.

Susurró al demonio o lo que fuera que estaba ahí, pero ansiaba que hubiera algo.

Al día siguiente Dipper se había levantado temprano, ya había desayunado y estaba listo para irse. Tomó las llaves y una mochila, con algunos libros, una libreta y un bolígrafo, al llegar se encontró con un majestuoso edificio que sólo había visto en el sitio de internet de la universidad, pues era de las pocas que enseñaban parapsicología, esa extraña carrera que ahora quería estudiar, atravesó una reja que daba paso a un gran jardín con fuentes, siguió hacia la puerta y al llegar a la recepción, una amable señora le indicó el camino a su salón de clases.

Todo transcurrió normal, le habían hecho una inducción y presentado a sus maestros, le habían mostrado las instalaciones, laboratorios y la biblioteca, también había hablado con un chico llamado Jake de contextura delgada, ojos azules y cabello corto café y con una linda chica pelirroja y alta, llamada Wendy, al medio día comió con Jake mientras hablaban de sus gustos y disgustos, era un buen tipo y pronto se dio cuenta que tenían varias cosas en común además de que era muy amable y gracioso.

Hola mi querido(a) lector(a),
Gracias por leerme una vez más, espero que seas feliz hoy y que la fuerza te acompañe.

"El mal conoce el bien, pero el bien no conoce el mal".
Franz Kafka

Cuando La Luz Se Oscurece. +18 [BillDip] Where stories live. Discover now