Cuando La Luz Se Oscurece. +18 [BillDip]

🌈Que tan malo es depender de alguien? Miedo a amar.

Dipper se separo del demonio para ver su rostro, Bill parecía pensar en algo con mucha atención pero luego lo miró a los ojos.

—Vas a pescar un resfriado, Pino, ya estas muy mojado.

—No es cierto, estaré bien.

—Debemos volver ya, los humanos no deben estar aquí.

—Has... Traído más humanos aquí?

El mayor vio la cara de duda del castaño.

—No te sientas especial Pino...

—No lo hago, me quiero irme ya.

El menor se había enojado en un segundo, Bill solo pudo contenerse para no burlarse. Acaso él estaba celoso?

—...Pero tú eres el primero.

Dipper abrió la boca pero al final no dijo nada, se sentía tonto.

El rubio se acercó y le plantó un beso para que cerrará los ojos por unos segundos, al abrirlos el menor reconoció su habitación.

—Ahora me voy, adiós Pino.

—Bill, espera...

El menor lo tomó del brazo para detenerlo.

—Que más quieres?

—Quédate a dormir.

El rubio pensó por un momento, podía dejar al humano pero especialmente hoy quería ser un poco complaciente con él.

—Está bien, seca tu cabello, ponte algo cómodo y te espero aquí.

El castaño salió corriendo lleno de felicidad, su corazón dolía de nuevo, ignoro la advertencia y al llegar a la cama encontró al mayor también con ropa cómoda, se quedó de pie en el borde y Bill lo tomó del brazo para atraerlo hacia él y luego dio la vuelta para que quedaran de frente.

Dipper se acercó poniendo sus manos en el pecho del contrario.

—Perdón por hacer que hagas todo esto.

—No tienes que disculparte. Ahora duerme.

El demonio despeinó su cabello y después lo abrazó suavemente por la espalda. Pronto el menor quedó plácidamente dormido, envuelto por sus brazos, su calor y su exquisito aroma.

Los días pasaron y las noches de Dipper y Bill se llenaron de lujuriosa pasión, cada encuentro solo intensificaba el sentimiento de estar al fin completos, unir sus cuerpos cada noche hasta agotar sus almas se estaba volviendo una obsesión para ambos y esta vez no seria diferente.

Esa noche, el castaño llegó de mal humor, había discutido con unos compañeros de grupo sobre un trabajo de investigación, ellos no habían hecho nada del trabajo en toda la semana y Dipper tuvo que ayudarlos a terminar la parte que a ellos les correspondía, así que estaba molesto de que no cumplieran y además de que le hicieran perder el tiempo.

Abrió la puerta del apartamento y lanzó su maleta y sus zapatos, sólo quería recostarse un poco en el sofá, miró hacia el techo por unos instantes y de repente un rubio apareció flotando muy cerca sobre él.

—Que extraño ceño fruncido, no es habitual verlo en tu rostro.

El demonio lo besó por unos segundos y luego el castaño se sentó para que Bill se hiciera a su lado y contarle lo ocurrido.

—Depender de alguien siempre es una molestia.

Afirmó el demonio luego de escuchar.