Cuando La Luz Se Oscurece. +18 [BillDip]

💫Tentación ante lo perfecto, musica y vino.

—Quieres beber un poco de vino?

Preguntó Dipper sentado en el sofá al lado del demonio.

—Está bien.

Empezaron con una copa, pero pronto el humano terminó bebiendo demás, ya que se sentía un poco nervioso y a Bill le pareció que ya estaba ebrio.

—Esa musica, puedes bailarla?

Preguntó Dipper hablando más lento de lo normal.

—Es música suave pero puedo bailar, eso es muy fácil.

Contestó el rubio.

—Quiero bailar contigo, enséñame.

Pidió el castaño con ojos brillantes.

—Es una broma?...

De repente la actitud del humano era más extrovertida.

—...Porque de repente me hablas con tanta confianza?

—No lo sé, sólo hazlo, me gusta esta canción.

Dipper se levantó y tomó al rubio del brazo para que se levantara.

—Que molesto eres.

El mayor al fin se levantó para tomar de la cintura al humano y este se abrazó a su cuello, Dipper se sentía un poco nervioso, pero el toque del demonio desprendía una sensación cálida y deliciosa que recorría todo su cuerpo y su alma a cada segundo que sus cuerpos se rozaban, acaso era un poder suyo o algo? No lo sabía pero no quería soltarlo.

De esa manera, el demonio comenzó a dar pasos lentos guiando al castaño y pronto se movían al ritmo de la música perfectamente, se miraban a los ojos en silencio y sin apartar la vista del otro, Bill tampoco quería apartarse, había estado mucho tiempo en la oscuridad y en la soledad y aquel humano lo trataba como su igual, tan diferente de otros humanos, se divertía con él, y era tan tierno y lindo a veces, pero era más que eso, desde que lo había observado por primera vez sentía algo extraño en ese corazón que latía dentro suyo, y cuando él lo abrazó, sintió un ligero pero extraño cosquilleo que lo llenó de calma.

Estaban muy cerca, tanto que sentían la respiración y el cálido aliento del otro en sus mejillas y el humano sin saberlo tenía un ligero sonrojo en ellas debido al momento, se veía tan lindo que el rubio se llenó de deseo por tocar sus labios, sin pensarlo se acercó un poco más y lo besó, eran dulces y exquisitos, luego se apartó de golpe para ver la expresión de sorpresa en el rostro contrario.

—... Esto...

El humano se veía tan débil en sus brazos, sonrojado y con un hilo de saliva en sus labios.

—Que? Sé que es lo que querías que hici...

Trató de decir el pelidorado.

Dipper lo besó antes de que terminará y luego se envolvió en su cuello para intensificar el beso y aferrarse más al demonio, tenia miedo y no estaba seguro si Bill le gustaba o era una atracción natural al ver algo tan perfecto frente a sus ojos, prefería que fuera lo segundo, sintió que el rubio daba pequeñas pero fuertes caricias a su cintura y ahora le pedía permiso con su lengua delineando el contorno sus labios, Dipper se lo dio mientras jugaba con su cabello y sus lenguas al fin se encontraron.

Disfrutaron con vigor y placer de sus bocas apasionadamente, era una guerra en saber quién era el mejor, pero el humano se rindió al sentir que el pelidorado lo hizo suspirar de placer, su cuerpo se sentía cálido y con ansias de más, y el demonio se sentía igual pero se apartó lentamente de la boca del menor, el castaño miró esos ojos ámbar que ahora parecían oscurecerse un poco.

—Sabes delicioso humano...

Dijo el rubio relamiéndose los labios.

—...Pero debo irme.

Le dio un suave beso y se marchó.

Dipper lo vio desaparecer entre sus brazos, dejándolo agitado y excitado.

Bill se marchó justo a tiempo, cuando aún conservaba una pizca de cordura, un instante más besando a Pino y lo hubiera hecho suyo sin pensarlo, los dos se habían dejado llevar y el humano estaba ebrio, pero lo había vuelto loco con aquel beso tan apasionado y dulce al mismo tiempo, los dos habían iniciado un juego muy deleitable y placentero donde el amor de ninguna parte parecía tener cabida si llegaba a aparecer.

Al ver a Dipper dormirse, el mayor se recostó a su lado y lo vio durante unos instantes, miró sus largas pestañas y luego sus labios, tan suaves y perfectos, el recordaría lo que habían hecho? El demonio no sabía que esperar, que era lo que había pasado? Porque todo se había tornado de esa manera? Sólo jugaría con aquel ingenuo humano, después de todo en algún tiempo atrás, la lujuria era de sus pecados preferidos y ese castaño no estaba nada mal, despertaba su apetito sexual de una manera exagerada hasta para él.

Hola mi querido(a) lector(a),
Gracias por leer este capítulo, espero que hoy te hayan besado con mucho amor o hayas comido pizza en su defecto como yo y que la fuerza te acompañe.

"Déjame darte uno de esos besos que no se olvidan, ni en otros labios, ni en otras noches, ni en otras vidas."

-Poeta anónimo.