Nuevo cuerpo

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Capítulo 31: Nuevo cuerpo

Selt

     La magia de Sasha es pútrida, oscura y nefasta.
     Se mueve desafiante frente a mí dándome una demostración del poder que le fue otorgado, mientras que el ritual sigue su curso. Aun cuando cada uno de ellos se ha desplazado por la sala, Nariel se prepara para abandonar su cuerpo y tomar como suyo el de Dulce. Para llegar a ella e impedirlo tengo que quitar a Sasha y Tanils de en medio.
     Siento como el poder de mi hermana Tanils se extiende, pero pasa más allá de mí en busca de usurpar la mente de otro. Una esfera de completa oscuridad se forma en las manos de Sasha, sus ojos se  de negro con un delgado aro rojizo. Una mirada carente de humanidad. Esquivo la primera esfera que termina impactándose contra un mueble, la madera se consume como una vela siendo tragada por la oscuridad. El poder de la destrucción ahora en las manos equivocadas. Dejo que siga malgastando su energía lanzando sus esferas, levanto una pequeña barrera a mí alrededor como una
cúpula que impide que su magia me toque. Veo la exasperación crecer en su mirada mientras avanzo hacia ella. Las esferas se convierten en pequeños misiles que revotan a mí alrededor destruyendo los espacios de la casa que tocan. Extiendo mi alcance hacia mi hermana, una sutil caricia seca de su mente y la hago perder el agarre que tiene contra Sergio. Un pequeño vistazo del horror que le estaba mostrando me enfurece. No tengo tiempo para jugar con Sasha, mi cúpula desaparece ocomo una descarga que lanza a Sasha directamente
hacia Nariel. El choque de sus cuerpos deja escapar un quejido de mi hermana que parece más bien como la exhalación de su último suspiro.
     El cuerpo de Dulce sigue igual que como lo hemos encontrado, solo espero que Nariel siga en su pútrido cuerpo o se haya ido al otro mundo.
     —Vuelves a llegar tarde, Selt —se burla de mí. Y no es una mentira, parece que el destino se empeña en siempre colocarme de última en cada una de las hazañas de mi familia—. Ya está muerta. Nada que se
pueda hacer, a menos que quieras cruzar esa línea por la que te has negado durante tantos años.
     —No la cruce en el pasado, no la cruzare ahora —digo con toda la carga de mi pasado reflejada en mis palabras.
     —Tu siempre tan correcta, desperdiciando tu poder. Sabes, ella me recuerda tanto a Mia.
     Tengo que cerrar los ojos para contenerle las lágrimas. Tanils no ha intentado dominar mi mente pero no necesita hacerlo sabe muy bien como lastimarme.
     —Aun duele, ¿cierto? —dice entre risas. Pero su alegría por mi sufrimiento se cae a plomo contra el suelo. Un velo de tristeza que nunca vi en su mirada acaba su risa en un profundo silencio—. Los años siguen pasando, y sigue doliendo como la primera vez.
     Me seco las lágrimas y saco la imagen de Mia de mi cabeza, encerrada en un pequeño baúl donde se encuentran cada uno de esos tormentosos recuerdos. Tanils ya no parece estar hablando de mí, y lo débil que he sido desde siempre. Más bien, habla de sí misma.
     —No sabía que tenías corazón —digo con firmeza. De reojo veo a Marta moverse por la casa en busca del libro. No creo que mis hermanas lo hayan ocultado, cada ritual que han realizado ha sido con ese libro. Debe estar en algún lugar—. No puedo imaginar porque tanto drama, sin embargo no hemos tenido tiempo de conversar. ¿Qué fue de tu esposo, Tanils?
     Di justo en la herida, abriéndola de nuevo y la veo sangrar con sus lágrimas. Todos nos aferramos a algo en la vida. Ella se ha encargado de cegar tantas vidas
mientras ha respirado, sin importarle el dolor que puede causarle al resto del mundo. Y ahora, esta privada por el dolor. Me atrevo a decir que ni la muerte de mi madre la golpeo tanto.
     —Deberías preguntarle a tu esposo que fue lo que paso —dice intentando ser desafiante pero cae por un abismo con el quebrantamiento de su voz.
     —Te estoy preguntando a ti. Eres mi hermana, nadie mejor que tú para decirme lo que tanto te duele —digo y bajo la mirada. Me pareció ver la mano de Dulce
moverse, y el cuerpo de Nariel se ha quedado paralizado en el suelo. Sasha, ¿dónde está Sasha?
     — ¿Hermanas? para ti esa palabra nunca ha significado nada —grita Tanils. He conseguido molestarla. Pero lo que realmente quiero hacer aún no lo veo. Necesito concentrarme, mirar a través de su carne, percibir su alma…
     —Para ti tampoco. Esa palabra en esta familia se encuentra vacía, carente de sentimientos —expreso rememorando en mi memoria esa época en que eras hermanas de corazón, cuando la magia y el poder no habían dividido nuestros caminos. Éramos solo niñas jugando en el bosque con mamá—, y sí. Llegue tarde de nuevo. Dulces se ha ido de este mundo, y tú también te
marcharas hoy.
     Sus carcajadas retumban las paredes. No es nada fácil tomar esta decisión, por una parte ella es mi sangre con todo y el daño que ha causado es mi hermana. Hace mucho tiempo le di la espalda a mi madre, la deje morir en la hoguera y ahora existe la posibilidad de que ella regrese. En mis manos está el poder para hacer que su
alma no retorne a este mundo. Antes de que mi madre intente regresar, le enviare a una de sus hijas como compañía.
     —No eres capaz. Nunca has sido capaz de hacer nada, Selt. No tienes el coraje para mancharte las manos de sangre —escupe las palabras en mi cara, a escasos centímetros de mi rostro. Una penetrante mirada carmesí que me desafía a cumplir mi palabra.
     —De lo que no te has dado cuenta hermana, es que ya no tepngo quince años —digo.
     Desenvaino mi espada y me voy contra ella. Atraviesa sus brazos para contener mi espada, pero el filo deja heridas superficiales sobre su piel. Ella no tiene más armas para defenderse que su habilidad de mentalis, y rápidamente se lanza contra mi mente. Pero jamás conseguirá derrumbar mis barreras, he trabajado en ellas más de dos siglos. Lo intenta una y otra vez. Mientras me encargo de encontrar una estocada libre a su corazón.
     Su pésima condición para defenderse me hace el trabajo tan fácil. Ella realmente creyó que no sería capaz. Pero el filo de mi espada deslizándose por su palpitante
corazón hasta atravesar su cuerpo le da la certeza de que he cambiado. Sostengo la espada contra su cuerpo y con mi brazo izquierdo la sostengo a ella para que no
caiga al suelo.
     —Nunca debiste haberte confiado de tus habilidades. En cambio, tuviste mucho tiempo para aprender a defenderte y no lo hiciste —susurro mientras que siento
su alma. Tan cargada de maldad, tan asustada luchando por aferrarse a un cuerpo que ya no la puede recibir
más—. Buen viaje hermana.
     La exhalación de su último aliento eleva su alma fuera de su cuerpo. La dejo caer contra la pared, y retiro la espada. Lo más difícil es lo que explica Henry en el diario.
Los símbolos dibujados en el piso reclaman el alma de Tanils, la arrastran al centro donde se encuentra el cuerpo de Dulce. Cada letra y símbolo cobra vida con la
energía que desprende el alma de mi hermana. El ritual que estaban realizando cuando llegamos se retoma, y el cuerpo de Dulce se convulsiona. Concentro mis cuatro elementos en el quinto que representa Tanils pero antes de que pueda darle forma dentro de mi cabeza, algo me impacta y salgo disparada al otro lado de la habitación.
     El golpe de mi cuerpo contra el duro suelo me deja aturdida los siguientes segundos. Intento levantarme pero todo gira a mí alrededor. Hay gritos desde el
exterior. Y… mi visión se aclara solo un poco. Marta y Sasha se enfrentan, las esferas oscuras son detenidas por pequeñas aberturas como puertas que devuelven cada esfera hacia Sasha. La bruja de ojos naranja en buena creando puertas en cualquier lugar.Me levanto. El cuerpo de Dulce comienza a levantarse. El alma de Tanils está siendo tragada por el ritual. En mi mente uno cada elemento, el fuego quema mis venas con el bravío viento formando un tornado son como el agua y el aceite juntos pero sin llegar mezclarse por completo. Una gota de agua cae en medio y la tierra palpita a mis deseos, uniéndose a mi remolino de energía. Los cuatro juntos conteniendo a Tanils en su interior. Abro los ojos y lo que visualizado en mi mente
está sucediendo justo frente a mí. Los símbolos del ritual se desintegran por mi torbellino. Mi hermana grita desde el interior, y reduzco mi magia a su alrededor.
     Sasha ha dejado de pelear para ir por el cuerpo de Dulce, que está mirando con horror todo lo que he causado pero en el momento en que nuestras miradas se encuentran puedo ver las palabras de Nicole hechas realidad. Sus ojos ahora son carmesís.
     El tornado se reduce hacia el interior pero se expande hacia el exterior. Sera cuestión de segundos para que devore la sala. Nariel ha conseguido un nuevo cuerpo, y Tanils se despide para siempre de este mundo.
     Sasha agarra a Nariel por los brazos, y la oscuridad se las traga a ambas. Han huido como siempre. Empuño la mano derecha, y los cuatro elementos chocan entre si hasta convertirse en una onda de poder que me hace retroceder dos pasos, dejando un grito desesperado de Tanils. Su alma se ha ido, cada elemento terrenal ha condenado su alma a un viaje sin retorno. Dos cuerpos yacen en la sala, el de Tanils y el que
ocupaba Nariel. Una llama azulada nace en mi palma, la lanzo al aire donde se divide en dos y cada una devora cada cuerpo hasta que solo quedan cenizas. 
    — ¿Encontraste el libro? —pregunto mientras doy la espalda a la sala y camino hacia la salida.
     —Sí, está en el otro mundo. Dulce se lo llevo con ella a un lugar donde ni tú ni yo podemos ir a buscarlo —dice Marta.
     —Quizás está más seguro allá que en nuestras manos —replico bajando los peldaños.
     Sergio y Sebastián han tenido propio entretenimiento, ambos están llenos de heridas y las respiraciones agitadas. Pero no hay nadie más.
     —Sasha está fuera de mi alcance —se escusa Sebastián—. Casi consigo destruir la mente de Alonso y Ashlyn pero esa chica se los llevo antes de que lo consiguiera.
     —El libro en este momento podría estar en manos de tu madre, Selt —dice Marta.
     — ¿Qué? —sin querer grito. La simple idea es inconcebible para mí.
     —Cada sacrifico que se hace en el ritual, el circulo de sangre como sea, cada una de esas almas va a un solo lugar —explica Sergio—, a la cárcel que tu madre creo para el demonio que ayude a regresar a este mundo.
     — ¿Cómo lo sabes? —pregunta Sebastián.
     —Porque estuve allí. Morí ese día Selt —le sostengo la mirada anegada en lágrimas. No he preguntado mucho de su pasado, solo los detalles que he necesito para enfrentar a mis hermanas mas no lo suficiente como
para saber por todo lo que tuvo que pasar—, estuve en allí, con Mia. Luego regrese a mi cuerpo. Y todo se derrumbaba, Tanils, su esposo, Fabián y otra bruja me sacaron, también estaba esa niña, Reichel. Estaba casi muerta pero…
     Me siento en el último escalón, y entierro el rostro entre las piernas. Un lugar sin descanso es donde está atrapada Mia, Henry... cada inocente que ha muerto. No
puedo con esto, toda mi vida he pensado que mi mejor amiga simplemente se ha ido a otro lugar. A otra existencia, jamás pensé que aún se mantuviera cautiva de la maldad de mi familia.
     — ¿Cómo la podemos liberar? —pregunto en medio del llanto. Sepultar los recuerdos en mi mente durante tantos años no me han servido de nada, la tapa de ese
baúl se ha abierto y ya no la puedo cerrar.
     —No está en nuestras manos cariño —responde Marta con gentileza—. Solo un buscador de almas puede cruzar los límites de nuestra existencia terrenal y la espiritual.
     Gimo, y Sergio se acomoda a mi lado el calor de su cuerpo me reconforta pero no detiene las lágrimas. Sus labios acarician mi frente, dice que todo estará bien pero la vida me ha enseñado a esperar siempre lo peor.
     —Nicole no está lista para eso —digo tomando un respiro. Me acurrucó entre los brazos de mi lobo.
     —Pues hay que prepararla —replica Marta—, debemos ir por ese libro y solo ella puede hacerlo.
     Sebastián se lleva las manos a la cabeza preocupado, como lo estoy yo de la seguridad de Nicole en un mundo creado por mi madre.

Secreto de la Rosa. Guardianes 5. Gato MágicoWhere stories live. Discover now