Ataque

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Capítulo 26: Ataque

     Cat
 
     Después que los chicos regresaran a Cirvius, mis padres llegaron. No se quedaron por mucho tiempo, apenas una media hora en la que tratamos de ponernos al tanto de todo, pero a la final las respuestas estaban en una carta que me envió Selt. Ella no pudo venir.
     Lo primero que decía la carta es que debo mantener mis ojos sobre Arcángel, me gustaría saber porque hay que cuidarlo tanto. Se sabe defender muy bien él solito. También debo estar pendiente de bruno, ella cree que van a intentar eliminarlo. Pero lo más impactante de la carta radica en el demonio que me dio mi magia, el demonio del círculo de sangre. Quien en la actualidad camina sobre la tierra. Ese maldito ser esta con vida. Arrugo el papel por la ira que hierve en mis venas.
     — ¿Por qué tan molesta? —pregunta Eloy, quien está lanzando cuchillos hacia la pared.
     —Una noticia no muy grata —respondo con los dientes apretados.
     —Se nota—musita Eloy.
     —Cat, ¿me puede decir porque atacaste a Reichel? —la pregunta de Frank desde la entrada al salón hace que Eloy se detenga.
     —Ella me cae mal —digo como si no tuviera importancia.
     —Esa no es razón para agarrar a alguien por el cuello —dice muy molesto.
     —Quizás se me paso un poquito la mano.
     Un rustico movimiento en la puerta lo hace saltar a un lado.
     — ¿Pasa algo? —pregunto Eloy con diversión.
     —Atacaron a ese lobo Bruno, en su celda.
     — ¿Que? —exclamo horrorizada.
     —Está en la sala de sanación, junto a dos personas que no había visto nunca en la ciudad que parecen conocerte —sus ojos grises están sobre mí.
     Bruno esta tendido en una camilla con los ojos cerrados y la respiración agitada, la sanadora estaba recostada en una silla no muy lejos de su cama exhausta, Laura y Andrés estaban del otro lado de la habitación sentados en una camilla, simplemente observando.
     — ¿Cómo esta Bruno? —pregunto.
     —Lo atacaron, y está muy grave —responde Laura del otro lado de la
habitación. Su cabello azul esta detrás de sus orejas. Los amigos de mi madre, la única vez que lo he visto a parte de ahora, fue cuando se cerró el círculo de sangre.
     — ¿Y ustedes que hacen aquí? ¿Quién lo ataco? —aunque ya tengo una buena teoría en base a la respuesta de la última pregunta.
     —Selt nos envió para que cuidáramos de él, y nadie sabe qué fue lo que ocurrió. Llegamos a primera hora, pero en vista de los ataques que ha recibido la ciudad estuvimos con los guardianes a las afueras de la ciudad. —explica Andrés.
     —Vale. ¿Qué dice el concejo sobre esto?
     —Lo mismo de siempre. Que todo está bajo control —responde la sanadora
agotada —necesito descansar para ver si puedo lograr hacer algo por él.
     Ella se levanta y sale de la habitación.
     —Los guardianes de la ciudad, no confían en el concejo —anuncia Laura.
     — ¿Eso qué quiere decir? —pregunta Arcángel con su tono arrogante.
     —Que apoyaran a Selt y Cat de ahora en adelante —las palabras de Laura
me sorprenden.
     — ¿Porque a nosotras dos? —elevo una ceja con incredulidad.
     —Realmente quieres que te responda —pregunta Andrés con diversión.
     Puedo imaginar las razones, Selt es una bruja de más de tres siglos siempre en busca de acabar con los oscuros y yo, bueno soy la única loca que se ha suicidado en dos ocasiones para salvar al mundo de la monstruosidad que represento. He vivido demasiado en los pocos años de mis vidas. Y he conseguido cerrar el círculo de sangre.   Eso nos hace ser importantes en esta
guerra.
     —No hace falta—digo. Pero lo que si no puedo responderme es que los llevo a desprenderse del concejo.
     — ¿confían en nosotras? y, ¿en qué momento paso?
     —No todos creen en ti, pero si la gran mayoría. Fue con quienes nos reunimos. Mataste dos carnivus en las calles de la ciudad, cuando ellos no podían ni siquiera identificarlos. Sin contar tus actos de anoche. Ellos esperan que tengas alguna idea de lo que está sucediendo, al igual que Selt —Laura dice pausadamente.
     Los chicos se mantienen en silencio. Creo que ninguno ha podido procesar toda la información.
     —Pero no tengo idea de lo que está sucediendo —musito— ¿Selt no les dijo
nada?
     —Nos dijo lo más alarmante, los oscuros se han adueñado de Cirvius y del concejo —dice Andres.
     —No puede ser —dice mi primo.
     — ¿La ciudad de las sombras se está aislando? —pregunta Arcángel.
     —Algo así. De momento este lugar es el más seguro, y al que todavía no han llegado los oscuros —dice Laura—. De momento nos vamos a organizar, para intentar recuperar a Cirvius antes de que la ciudad entera caiga en manos de los oscuros.
     — ¿Y si no funciona? —pregunta Eloy.
     Me pierdo de la conversación pensando en todo lo que ha sucedido, tanto aquí como fuera. El ataque de carnivus es lo más relevante de momento, ellos son ahora tan diferentes, tan humanos y al mismo tiempo… Eso es, ahora se pueden mezclar con facilidad entre los humanos. Intentaran eliminar a la humanidad por medio de ellos.
     —Formaran un ejército de carnivus —digo interrumpiendo lo que sea que
estaban diciendo. Me encuentro con cada una de sus miradas, así que continúo— piénsenlo. Los carnivus parecen normales si no están alimentándose, si los liberan todos con la misma orden en cada ciudad del mundo podrían exterminar a la humanidad en un abrir y cerrar de ojos. Y
apenas nos daríamos cuenta, cuando ya no haya mucho por hacer.
     —Lo que es peor que todo lo demás junto —dice Arcángel—, ¿cómo vamos a eliminar a los carnivus antes de que ese escenario se vuelva real?
     —Habría que juntarlos todos —sugiere Laura.
     —Y luego ¿Qué? —pregunta Eloy.
     —Encontrar la forma de eliminarlos —respondo—. ¿El aislamiento de la ciudad de las sombras es oficial?
     —No del todo. Seguimos recibiendo órdenes del concejo, ya desde acá veremos cómo acatarlas a nuestro favor. La idea es que los oscuros piensen que seguimos su juego —explica Andrés.
     —Además, esperamos que algo ocurra en la celebración de esta noche en cirvius. Setl piensa que harán otro sacrificio por la iniciación de un oscuro.
     —La razón por la que el lobo está aquí —dice Frank—, pero en tal caso ¿no debería ser el quien haga el otro sacrifico?
     —Él solo ha sido una distracción —Me acomodo en la silla donde se encontraba la enfermera.
     —Lo mejor es dejarlo descansar —anuncia Laura. Bajando de la camilla donde se encontraba sentada—. Sé que tienen muchas dudas sobre lo que está sucediendo, ¿porque no continuamos esta conversación fuera?
     —Yo me quedare con él.
     Arcángel no parece muy convencido de dejarme aquí, aun cuando las cosas están bastante claras en sus narices él no puede confiar en mí. Mientras no se descubra quien mato a su madre, yo siempre seré su enemiga. Los veo salir mientras que sigo sosteniendo la nota de Selt empuñada en mi mano. No termine de leerla. La noticia del demonio caminando sobre la tierra me
enfureció demasiado. La desdoblo con cuidado de romper el papel.
     Me pongo cómoda, levanto mis pies hasta sostenerse del borde de la camilla donde descansa Bruno. Otro ataque en los calabozos, en esta ocasión directamente así él. Definitivamente tenemos un oscuro entre los guardianes.
     Busco donde me quede para continuar leyendo.
     El primer gato mágico se encuentra en la ciudad de las sombras…
     Un momento, hubo uno antes que yo. Otro gato mágico con quien sabe cuántos años. Ese olor… el olor que desprende el cuerpo de Reichel es de un ser antiguo, será posible…
     Pensé que había muerto pero recientemente he descubierto que no fue así, ella es diferente a ti. No puede manejar la magia ni tampoco puede llevar el cambio de su cuerpo a un felino. Su cuerpo está atrapado entre dos naturalezas que no pudo controlar, por lo que su proceso de envejecimiento es mucho más rápido que el del ser humano, sin embargo los oscuros encontraron la forma de aminorar ese proceso. Ella ha vivido más de dos siglos en un ciclo de niñez hasta ser un anciano. Su nombre es Reichel.
     Por eso su olor, por eso nunca he sentido su bestia, ella es frágil. Pero, ¿Cuál es la razón para que ese aquí? No creo que sea para mantenerme vigilada, tiene que haber algo más… Arcángel.
     —Cat —me sobresalto en la silla. Bruno está despierto, y su voz es apagada entre un quejido.
     —Voy a llamar a la sanadora —me apresuró a decir, pero él me detiene por
el brazo.
      —No… primero escucha —su voz es casi inaudible.
     —Vale. ¿Qué quieres decirme? —sostengo su mano.
     —Ya lo recuerdo. En la habitación estaban tres personas, dos de ellos no los
conozco pero a la otra sí, es una estudiante de cirvius.
     — ¿De quién se trata?
     Él respira despacio tomando fuerzas para continuar hablando, pero sus ojos comienzan a cerrarse.
     —Ah, no. vamos Bruno mantente despierto. Dime quien es —lo estremezco
un poco pero el solo se queja del dolor.
     —Ya despertó —pregunto la sanadora ni me percate de su llegada.
     —Sí —respondo alejándome de él—. Intentaba decirme algo pero se volvió a quedar inconsciente.
     —Ya puedes irte, yo voy a continuar con su sanación, no ha sido nada fácil —dice la sanadora.
     —Bien —es lo único que sale de mis labios.
     Me inclino contra el suelo para recoger la nota de Selt en algún momento la deje caer. Salgo de allí. Comienzo una búsqueda por todos lados, necesito hablar con Frank y Arcángel, así ellos dos no me crean pienso poner mis manos en el cuello de Reichel otra vez y en esta ocasión solo la soltare cuando exhale su ultimo respiro. Pero no hay rastros de ellos por ningún lado, ni en el comedor, ni la biblioteca, ni las salas de entrenamiento, quizá… Me hago camino hasta la recepción. La misma chica pálida de siempre me mira desconcertada por mi
presencia allí, se supone que no puedo estar aquí sin supervisión.
     —Ah… hola —dice con una forzada sonrisa.
     —Hola. ¿Dónde están mis guardaespaldas?
     —Hace poco que salieron, creo que irían a Cirvios por lo del baile y no sé que otra cosa —dice nerviosa.
     — ¿No sabes si Reichel se fue con ellos?
     —Sí, también iba. ¿Quiere hablar con señora Laura? Ella aún permanece en las instalaciones —dice.
     —No. Dale un mensaje de mi parte. Le vas a decir, que cuide de Bruno porque voy a ir al baile también —la quijada se desencaja de su rostro. Busca alguna palabra que aún no puede emitir.
     —Pero…
     —Nada de peros —la interrumpo—. ¿Me vas a ayudar a salir o tengo que hacerlo por mi cuenta?
     La chica tiembla de miedo, y sé que me ayudará.
                               ***
     La puerta de la ciudad de las sombras se ha abierto justo entre callejones del mercado negro. Pensé que me llevarían directamente a Cirvius pero al parecer los chicos hicieron una parada por aquí antes de ir al baile. La oscuridad se cierne sobre la ciudad humana como la boca de una bestia a segundos de tragarse al mundo. La luna es una delgada y burlona sonrisa entre un rostro de oscuridad sin forma. ¿A dónde ir? Ni idea. Camino sin rumbo entre un callejón y otro en busca de alguna pista o el rastro de olor de alguno de los chicos. Algo importante tuvo que haberlos traído hasta aquí. Me detengo a mitad de una calle, en encontrado un rastro, un olor pero no pertenece a ellos en cambió… acelero mis pasos, y ese olor se hace más intenso, calentado la sangre en mis venas. Sin darme cuenta estoy fuera del mercado negro en la calle que nos expone a la humanidad. La brisa de la noche esta helada, y en ella se desplazan una fragancia de magia y sangre.
     Algunas personas aún permanecen en la plaza que esta al cruzar la calle, envueltos en un manto de frio y romance sin siquiera imaginar que la muerte ronda sus calles.   Me deslió entre la oscuridad de la calle alejándome por completo de cualquier bombilla que pueda revelar mi presencia, sería muy extraño que alguien me viera, el frío es insoportable ante la piel humana, cada uno de ellos está envuelto en abrigos para mantener el calor de sus cuerpo y
yo… ni recordaba que en este lugar las temperaturas son tan bajas.
     Salto hacia el techo de un local con ayuda de uno de los postes de luz con la gracia y agilidad de una pantera. El olor proviene de la zona residencial, no es muy lejos. Trazo rumbo entre los techos hasta que mis pies golpean de nuevo el suelo. Una casita pintoresca reboza de magia como una fuente, y desde la puerta de entrada se sienta la muerte. La sangre cubre los cinco peldaños y el cuerpo de un hombre adulto decoran como un tétrico mensaje de bienvenida.
     Los gritos de una niña provienen del interior. Subo cada escalón y me detengo para admirar el trabajo de los oscuros, la única herida visible es la que atraviesa el torso del hombre exponiendo sus viseras. El mejor conducto de magia es la sangre, la vida… pero eso también significa que con cada sacrifico parte del alma del brujo muere también, hasta oscurecerse.
     El llanto espavorido de una niña me hace entrar en la casa destrozada. No vi venir el golpe hasta que se impactó contra mi abdomen y me hizo volar hacia el exterior. Con la espalda en medio de la calle, dejo escapar el aire de mis pulmones. Me levanto con lentitud, mi atacante me espera justo en la entrada de la casa.
     En un joven rubio muy atractivo, pero es un carnivus. De todo lo que se pierde la población femenina, es una pena. Armada solo con mis garras retomo mi camino al interior de la casa. Debí haber conseguido un par de cuchillos de la sala de entrenamientos pero claro, se supone que iba directo a un baile no a cazar carnivus.
     Nuestro baile privado comienza con el exquisito sonido de mi puño contra su
rostro, después de sus habilidades cuerpo a cuerpo fallaran rotundamente. Si él decidió ser una criatura sedienta de carne, adicta a la sangre de sus semejantes más por placer que por hambre, debió aprender defensa en primer lugar. Su pierna barre mis pies y caigo en el suelo, teniendo más de cerca el
olor de la sangre humana que fue derramada. Si de por si no estaba vestida
adecuadamente par aun baile ahora es peor, mis pantalones se han manchado
de sangre. Me devuelve el golpe, da justo en mi quijada y eso hace que mi cabeza rebote contra el piso. El filo de un cuchillo alcanza mi hombro izquierdo, solo por poco llega a mi corazón. Giro mi cuerpo con el suyo y quedo sentada a horcadas sobre sus caderas. Saco el cuchillo de mi cuerpo y corto a través del suyo hasta lo fuertes latidos de su corazón comienzan a ser lentos, la desesperación de sus ojos no es la misma que he visto e los carnivus del
pasado. Mientras que aquellos rogaban porque sus vidas acabaran antes la cárcel que representaban sus propios cuerpos, él lucha por vivir, con un temor embriagante a la muerte. Empujo el cuchillo un poco entre su corazón. Sus labios se abren dejando escapar su último aliento.
     Me levanto, cuchillo en mano entro de nuevo a la casa. La herida de mi hombro ya ha comenzado a sanar. Un enorme pasillo con interminables habitaciones, camino con sigilo. Ella está aquí su olor es inconfundible, mi instinto de caza despierta con furia sediento de su sangre. Un sentimiento que me ha acompañado cada vida, cada muerte y cada regreso.
Me detengo frente a la una de las habitaciones casi al finalizar el pasillo, la
oscuridad se cierne como las fauces de un lobo sobre su presa.
     Una habitación tan oscura y cargada de un aura maligna que me eriza los vellos del cuerpo, al fondo una niña acurrucada contra la pared, su cara húmeda por las lágrimas y sus ojos hinchados del terror que vive ante criaturas que para el mundo no existen.
     —Muy bien, ahora termina con la niña —dice una voz que atrae lo peor de mi ser. Ella, se encuentra reclinada contra un destartalado armario infantil, su piel morena reluce en la oscuridad hasta que sus caderas donde el pelaje de la bestia toma control de su piernas animal. Un vestido floreado deja al descubierto su espalda y cae a mitad de sus muslos. Pretendiendo una humanidad que no posee ni en cuerpo ni en alma. La cola de caballo cae sabré su hombro.
     Han pasado algunos meses desde la última vez que la vi, hubo un momento
en el círculo de sangre que pensé que ella no sobreviviría pero solo hay que verla para saber que se ha acoplado muy bien con mi magia, con esa parte de mi de la que tuve que desprenderme. Un carnivus la acompaña en el derramamiento de sangre que ha causado en la casa.
     Se da vuelta al sentir mi presencia. No es como la recordaba antes del círculo de sangre, ahora es mitad gato mitad humana, y sus ojos son negro con un aro rojo en la pupila. Sonríe como si me apreciara.
     —Querida prima, que gusto verte.
     —Lastima no poder decir lo mismo —entro a la habitación. El carnivus sisea
contra mí, armando como una serpiente para atacar.
     —Me sorprende que te hayas podido escapar de la ciudad oscura.
     —No debería sorprenderte, me escape del círculo de sangre, la ciudad de las sombras no se le no es comparación. Sus ojos brillan de la ira.
     — ¿Y qué? ¿Un experimento? —pregunto con mi mejor cara de interés.
     —Sí. Y está dando muy buenos resultados.
     Giro la mirada hacia el chico, moreno de cabello rizado contra el cuero
cabelludo.
     —Mátala —ordena Sasha.
     La niña tiembla aterrada, el chico se mueve tan rápido que por un segundo
pienso que no la alcanzare recibo el impacto de su cuerpo contra el mío, La
niña queda atrapada entre la pared y mi espalda. Llevo el cuchillo a su cuello antes de que pueda, un jadeo se escapa de sus labios. Sasha se mueve hacia la puerta, como la vil cobarde que siempre ha sido. Atravieso su pecho, mis garras acarician el latente corazón, la calidez de su vida palpitando contra mi piel. Lo sostengo y saco, su cuerpo caer inerte a mis pies. La sangre cae de mi mano, mientras el corazón se vuelve una masa viscosa con la fuerza que lo presiono. Su rostro palidece, por más poder que pueda tener su miedo hacia mí
jamás le permitirá enfrentarme.
     La niña está paralizada detrás de mí, aterrada con tan sangrienta escena.
     Mi objetivo está por escapar, ella no alcanza llegar a la puerta de la habitación. La agarro por ese bonito cabello hasta arrastrar dentro. Me siento sobre ella, y sostengo su cuello con una de mis manos. Como he desperdiciado mi magia en ella, ni siquiera tiene la fuerza para defenderse. Sasha nunca ha sido alguien de luchar, todo lo contrario su trabajo entre los oscuros es la manipulación, mostrarse como un corderito mientras me apuñalaba por la espalda. Hundo mis uñas en su piel, y no solo la sangre brota de ella también
esa la de poder que me lastima. Mi magia se ha vuelto oscura y maligna en su cuerpo y ahora me lastima. Duele al sentirla tan cerca de mi piel cuando ya no me pertenece. Son como cuchillas encastrándose en mi mano mientras la
sangre de su cuello baña mi piel. Me veo obligada a liberarla.
     Ella se arrastra por el suelo, con sus manos conteniendo la sangre que sale
de su cuello. La vida se escapa de su cuerpo, pero estoy segura de que tiene una salida de escape. Mi brazo se ha entumecido como si su sangre fuera veneno.
     —No puede ser —gruño de frustración. Ella se escapara de mí.
     —Quizás nos veamos en otra oportunidad, prima —dice con la voz entrecortada, mientras desaparece ante mis ojos.
     Por lo visto le ha dado una mejor utilidad a mi magia, yo no podía hacer eso.
     Me dejo caer al suelo. La niña se acurruca en la esquina, temerosa de haber caído ahora en mis garras.

Secreto de la Rosa. Guardianes 5. Gato MágicoWhere stories live. Discover now