Secreto de la Rosa. Guardianes 5. Gato Mágico

Cirvius

Capítulo 5: Cirvius

Selt

La habitación de los chicos es estrecha y pequeña, dos camas separadas por un diminuto pasillo. Maycol se queda parado mirando lo que ahora sería su habitación y la de Sebastián.

—Parece como una jaula para un hámster, apenas y hay espacio para caminar —Se queja May.

—Pues es lo que hay —expreso desde el pasillo fuera de la habitación—. Los padres de ambos están consternados con la acusación que han hecho contra Cat. Además, todo esto de las reencarnaciones, la muerte de Sam no es fácil de asimilar.

—Por eso prefieren que estemos aquí —dice Sebas. No le ha prestado mucha atención al espacio, y ha dejado sus cosas encima de la cama.

—Mi único problema es el espacio, del resto me da igual. Mis padres siempre están fuera de casa —Maycol se encoje de hombros.

Después de un par de segundos más observando tan poco espacio se decide por entrar. Dejo su maleta en la cama, y sale casi que inmediatamente.

—Porque mejor no buscamos a las chicas —sugiere. Tocar el tema de la familia siempre es solo un comentario, luego busca cualquier excusa para no continuarlo. Sus padres se han dedicado al trabajo en exceso, nunca estaban en casa ni siquiera en fechas importantes. Maycol siempre estuvo con Samuel y Sebastián. Por lo que estar lejos de sus padres, y ni siquiera saber de ellos es muy normal para él.

En cambio, para Sebastián no debe ser nada fácil el hecho de que sus padres prefieran que este aquí que en su propia casa. La muerte de su hermano mayor los ha devastado, y el hecho d que su segundo y ahora único hijo sea un joven que ha reencarnado por tercera vez. Ha sido demasiado, no es que los justifique pero no es algo fácil de asimilar.

—Iremos con ellas en unos minutos —tomo a May por el brazo y lo hago entrar de nuevo en la habitación. Cierro la puerta detrás de mí. Dejo que mis manos se deslicen por la puerta, mientras mi magia hormiguea en mis dedos por salir. Una fina capa traslucida se extiende por las paredes hasta convertirse en una barrera que no aísla del resto de la institución.

Las paredes suelen tener oídos.

—¿Por qué estamos aquí en realidad? —pregunta Sebastián. Ya ha abierto su maleta y saca pate de su ropa.

—Ustedes mejor que nadie saben que los oscuros siempre han estado en los altos mandos de los guardianes, en esta ocasión no es la excepción—. En mi larga vida he visto como emergen traidores entre nosotros mismos. Y aunque la liberación de Cat causo muchas pérdidas en lo oscuros, la trasformación de Sasha en un ser demoniaco comienza a rendir sus frutos—. Nos han enviado aquí porque Cirvius ha sido tomado por los oscuros, me atrevería a decir que no falta mucho para que se apoderen de la ciudad. El concejo no sabe quiénes podrían ser oscuros, por lo que debemos mezclarnos con naturalidad.

—Ya todos aquí deben saber quiénes somos, además tu rostro sale en los libros de historia —dice May.

—A Cat la enviaron a la ciudad de las sombras, pero creo que somos nosotros los que hemos sido encarcelados —manifiesta Sebas.

—Bien, salgamos de aquí ante de que piensen que estamos en un conspiración —expresa Maycol. Dejo caer la barrera.

Al salir al pasillo nos encontramos con jóvenes que buscan rápidamente la salida. Las asignaciones para los estudiantes cubren todo el día, con algunas horas de descanso. Faltan pocos minutos para la una de la tarde, muchos se dirigen a sus clases, otros a sus prácticas de entrenamiento.