Segundo sacrificio

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Capítulo 27: Segundo sacrificio


Cat

     Me he tenido que quitar la camisa para limpiar los rastros de la sangre de Sasha de mi mano, lo que me ha devuelto lentamente la movilidad. La niña no me quita la mirada de encima. Puedo imaginar su horror, debe tener como ocho años cuando mucho y además de haber estado al borde de la muerte también se enfrentó a criaturas nocturnas que estoy segura apenas y escuchar algún cuento en su corta vida.
     Fuertes pisadas se aproxima, y el olor de la razón por la que salí de la ciudad oscura esta por cruzar la puerta de la habitación.
     —¿Te encuentras bien? —pregunto Arcángel. Su mirada se desliza por toda la habitación hasta detener en mí.
     —Nunca he estado mejor —digo con una flamante sonrisa. Aunque enfrentarme a Sasha me dejo bastante débil.
     —Sabía que eras tú —dice Marta estaba feliz de verme. La bruja de piel oscura y vibrante ojos naranja se detiene en el umbral, junto a Eloy.
     —Qué bueno verte también —digo mientras me pongo en pie, pero una vez que estoy de pie todo me davueltas, una debilidad que me recorre todo el cuerpo.
     Quitar la sangre no ha sido suficiente. El piso cada vez se ve más cerca, pero alguien me sostiene.
     Arcángel me envuelve en sus brazos, me siento tan enferma, recuesto mi cabeza contra su pecho. El calor de su cuerpo es tan reconfortante y el sonido de su corazón por debajo de tanta piel.
     —No entiendo porque me preocupo tanto por ti —susurra él.
     Entre mi dolor no puedo evitar sonreír. La magia me ata, como si quisiera apoderarse de mí, regresar a mi cuerpo.
     —Porque soy irresistiblemente hermosa —respondo en un susurro.
     —Déjate de juegos, Cat —dice con seriedad pero sé que ha sonreído.
     — ¿Qué fue lo que paso? —pregunta Marta alarmada por mi condición.
     —Creo que la sangre de Sasha es venenosa para ahora que tiene mi magia —explico sin poder mantenerme en pie por mí misma. Salgo de los brazos de Arcángel pero permito que me siga sosteniendo por la cintura.
     — ¿Qué haremos con la niña? —pregunta Eloy que esta de cuclillas cerca de la niña, quien lo mira aterrada.
     —La llevaremos con nosotros a mi casa —dice Marta acercándose a la niña, al principio ella se niega a ii con la bruja pero luego es como si estuviera hipnotizada toma su mano.
     Arcángel me lleva en brazos hasta la casa de Marta. Mientras que algunos guardianes llegaron para hacerse cargo de desastre que hicieron los oscuros.
      La casa de Marta me recibe con toda vigorosidad de sus colores. El tigre me deja sobre un mueble en la sala. La niña se queda parada con la mirada perdida. Marta toma mis manos en busca de la magia que aun intenta regresar. Ese poder tan oscuro que quiere quebrantar mi humanidad.
     —Hay residuos de la magia de Sasha sobre ti, me tomara unos minutos retirarlos —dice la bruja.
     —Perfecto, entonces nosotros nos vamos al baile —anuncia Eloy.
     —Así ya deberíamos estar allá —concuerda Arcángel.
     —Ustedes no me van a dejar aquí —digo drogada de magia. Un simple movimiento y todo da vueltas-. Yo también voy al baile.
     —No iras al baile, te escapaste porque dudo mucho que te hayan dejado salir — dice Marta—, además se supone que le estamos siguiendo las órdenes del concejo, de momento.
     —Además mírate —interviene Eloy —estas hecha un desastre.
     —Solo necesito un vestido y un baño, nada que no se pueda solucionar en unos pocos minutos. ¿Cierto, Marta?
     —Sí, creo que podríamos encontrar algo para ti —dice ayudándome a ponerme en pie—. Vamos, que tenemos poco tiempo.
     — ¿Dónde están Frank y Reichel? —pregunto antes de atravesar la cortina de bambú.
     —En el baile, donde ya no nosotros deberíamos estar también —responde Arcángel —y que conste que no estoy de acuerdo con que vayas.
     —Nadie ha pedido tu opinión.

***

     Los fantasmas del pasado me siguen a cada paso que doy. Contrayéndome el pecho en un dolor perpetuo.
     Comienzo a pensar que ha sido una muy mala idea haber venido a cirvius, estar aquí de nuevo es revivir cada momento que fue truncado por la presencia de los oscuros, cada vida que fue sacrificada en mi nombre.
     Porque aunque no fui yo la que los asesino, cada uno de mis amigos, compañeros murió por mí. Veo cada uno de sus rostros en quienes se detienen para mirarme. Los estudiantes de cirvius se están haciendo muchas preguntas silenciosas sobre mi presencia.
     Todos van en la misma dirección, al comedor que ha sido transformado en un salón de baile. Me desvió por los alrededores, los recuerdos me están matando como una apuñala por la espalda que se encaja un poco más con cada respiro.
— ¿A dónde crees que vas? —pregunta Arcángel detrás de mí.
     —Necesito caminar —respondo.
     Nunca pensé que me fuera afectar tanto regresar. Aquí pase mucho tiempo de mis vidas pasadas, comencé a perseguir un sueño, desate cadenas entre diferencia de géneros diferencias que se terminaron con mi muerte.
     — ¿Ya no has caminado suficiente? —pregunta.
     —No, necesito pensar en algunas cosas. No tienes por qué seguirme —agilizo mis pies para distanciarme. Ese sentimiento que me oprime el peco nunca se ira, cada una de sus muertes es una cruz en mi espalda tan pesada que me cuesta avanzar. Pero tiene que haber una forma de mantenerlo a raya. No es el mejor momento para revivir el pasado y sus fantasmas.
     Necesito estar concentrada en el ahora y el oscuro que está por iniciarse.
     —Parece que no te sientes cómoda aquí —me detengo. La residencia de los estudiantes sigue siendo tan majestuosamente terrorífica por la noche. Me alejado bastante del comedor, del sonido de la música, de una celebración que solo me hace oler sangre.
     —Sí, un poco —admito—. No es tan fácil regresar como pensé.
     —Ya debemos volver —dice.
     —Unos minutos más. Estoy intentando llevar los recuerdos a algún lugar oscuro dentro de mi cabeza, donde no me afecten demasiado —digo frustrada por no estarlo consiguiendo.
     —Vale —acepta. Sus ojos grises brillan en la oscuridad—. Me puedes explicar ¿qué fue lo que ocurrió con Reichel en la habitación?
     Sonrió, quizás solo necesito hablar de algo que me haga hervir la sangre para despejar mis pensamientos. Ha elegido un excelente tema, hay mucho de qué hablar
sobre esa gata.
     —Hay algo en ella que no me inspira confianza —respondo.
     — ¿Desde cuándo?
     —Hace poco.
     — ¿Qué no te inspira confianza?
     Llevo las manos a mi cintura, él también duda de ella. En cada pregunta que ha hecho está buscando respuesta para sí mismo.
     — ¿Intentas descifrar porque yo desconfió de ella o porque tú lo haces?
     —Ambas —responde No puedo evitar reír. Reichel es un tema que tenía que tocar con él y mi primo pero nunca pensé que sería tan fácil.
     — ¿De qué te ríes? —pregunta.
     —De ti —sigo riendo. Tomo aire—. A mi parecer Reichel ha estado un poco extraña últimamente, pero fue su olor lo que desato todo. Su cuerpo transpira un olor antigua, un anciano, una persona que ha vivido más de lo que debería. Eso disparo mis alarmas, y así como no confió en mi prima, no confió en ella. Pero todo eso era mi percepción de ella, hasta hace unas horas que Selt me confirmo algo.
     —No me querrás decir que ella es el oscuro que según esta en la ciudad oscura, porque mi desconfianza no llega hasta ese punto —dice. Y ahí está de nuevo el tigre que se niega a ceder ante una realidad que ocurre en sus narices.
     —Ella no solo es un oscuro, también es el primer gato mágico.
     Me deleita con su risa, tan espontanea que deja expuesta una faceta de él que me encanta. Aunque se está burlando de mí, algo está cambiando. No obstante él persiste en verme como la culpable de la muerte de su madre.
     — ¿No es cierto? —dice una vez que se da cuenta de que la expresión de mi rostro no ha cambiado. El tema es serio y mi cara lo demuestra.
     —Es la verdad —la voz de Selt nos espanta a ambos. Estaba tan concentrada en mirarlo a él que en ningún momento sentí que ella se acercaba—. Reichel es la hija de mi mejor amiga, ella debería estar muerta pero ya mis hermanas han demostrado que son muy buenas burlando a la muerte.
     —En el expediente de cirvius dice que es huérfana, ¿qué le paso a sus padres? —pregunta Arcángel sin cuestionar la historia de Selt.
     —Caminemos de regreso al baile y les cuento —la seguimos. Selt luce un bonito vestido rosa que se ajusta a su cuerpo con corte de sirena, el cabello trenzado con una diadema—. Su madre murió el mismo día en que ella nació, Mia De La Rosa fue el sacrificio para que ella naciera siendo el gato mágico. En cuento a su padre no sé qué paso con él.
     —La familia De La osa siempre ha estado involucrada con los oscuros —musita Arcángel.
     —Desde el principio, esa fue la familia que eligió mi madre.
     A las afuera del comedor se encuentra algunas parejas, otros fumando... La música es una mezcla de sonidos adictivos. Entrar es como regresar a ser normal, esa vida que se acabó desde el accidente. Desde que descubrí que soy un fenómeno de la naturaleza. Muy a mi pesar los recuerdos se niegan a abandonarme. La pérdida más reciente duele con mucha más intensidad, como si la herida aun estuviera abierta y sangrando.
     Sam se ha ido, a una existencia desconocida. Él se ha ido para siempre, y es una deuda que Sasha me tendrá que pagar. Ella va a pagar por su muerte, de la misma forma en que la cobre en el pasado.
      El Comedor se ve simplemente majestuoso, muchas luces, muchos cuerpos en movimiento en medio, al fondo han dispuesto del lago mesón para la entrega supervisada de bebidas y algunas degustaciones.
     Recorro los rostros entre los que se encuentran bailando, pero ninguno de mis amigos está en la pista.
     —Estén atentos. Tengo el presentimiento de que hoy alguien más será sacrificado —susurra Selt. La veo alejarse entre la multitud. Y es cuando me doy cuenta de que mi primo y Reichel están moviéndose al ritmo de la música. Frank me cae bien, y me da un poco de pesar que lo que tiene delante de él es un vejestorio de criatura. Ella le ha estado mintiendo desde el principio.
     —Él no se ha dado cuenta, ¿cierto?
     Arcángel sigue la dirección de mi mirada.
     —No. Todo es muy convincente pero necesito pruebas —dice arcángel.
     —Pronto las tendrás —digo. Diviso a mis amigos del otro lado del comedor—. ¿Vienes?
     Se me queda mirando unos segundos antes de asentir.
     —Lástima que Cat se esté perdiendo este espectáculo, realmente lo hubiera disfrutado—dice Sebastián sin darse cuenta que estoy detrás de él.
     —Primero muerta que perderme la oportunidad de ver a Maycol en vestido —digo.
     Mi comentario saca una mueca del rostro femenino que ahora habita Maycol.
     —Lindo vestido —dice su dulce voz con ironía.
     —Gracias. El tuyo también es lindo —suelto una risotada que contagia Sebastián.
     Mi vestido es sencillo, de color negro con un escote en V y dos tirantes que se cruzan en mi espalda. La tela acaricia mi piel hasta los muslos. Lo mejor que pudo encontrar Marta en su guardarropa, dudo que sea de ella pero no me pareció prudente preguntar a quien perteneció. La bruja hizo un excelente trabajo con mi cabello, sus manos consiguieron sostener mi lacio cabello en un moño vaporoso. Detrás de mí, Arcángel alcanza la perfección en un esmoquin negro. Siento como las chicas a nuestro alrededor no paran de suspirar no más verlo.
     — ¿Cómo es que estas aquí? —pregunta Zoe aun en el cuerpo de May.
     —Salió sin permiso—responde Arcángel.
     — ¿Ya los cambios? —pregunta Nicole con cara de inocencia. En nuestra práctica con espadas nos tomamos unos momentos para conocer su nueva habilidad, y algunos ejercicios de concentración. Ver las almas, la esencia de una persona no es lo mismo que ver a los muertos. Es muy distinto, mover almas requiere de concentración y práctica. Selt debió haberla ayudado con eso, si ha conseguido dominarlo.
     —Sí —afirmo.
     El poder que emite su cuerpo me golpea, puedo sentirlo expuesto mientras toca el alma de su hermana y la de Maycol invirtiéndolas. Regresándolas a sus cuerpos. Son solo segundos, y mi cuerpo la siente como si mis canales mágicos estuvieran abiertos.
     —Ella te pidió que esperas ¿cierto? —pregunta May ya en su cuerpo. No se han dado cuenta de que me cuesta un poco respirar. Sentir toda esa magia me ha dejado sin aliento. Una mano me sostiene por la espalda.
     El aroma del tigre me envuelve.
     —Así es —. La mirada de May y la de su hermana la intimidan. Respiro con normalidad— ¿Bailamos?
     —Nicole toma a Sebas de la mano, y se aleja a la pista.
     —Quiten esas caras de asesinos, fue una broma inocente —digo y me obligo a sonreír —estamos en un baile, hay que disfrutar.
     —Hay ocasiones en las que te odio —replica Maycol, pasando su mano por la cintura de Zoe. Entregar mi magia ha tenido sus ventajas, nuestras vidas no se han terminado en el círculo de sangre y cada uno ha encontrado una compañera en este desastroso viaje de vida que nos tocó.
     —Como si realmente te creyeras tus palabras —digo.
     Él sonríe antes de irse a la pista. Desde aquí puedo ver a Selt en compañía de un hombre.
     — ¿Quién es? —pregunto con interés.
     —Es Bladimir, un profesor de aquí —responde Arcángel. No me ha soltado— ¿Qué fue lo que te ocurrió?
     — ¿No lo dejaras pasar? —pregunto esperanzada. Lo que me está ocurriendo no tiene explicación lógica.
     —No —dice con firmeza.
     —Deberían mezclarse —Eloy se detiene frente a nosotros en muy buena compañía—. Se supone que venimos a divertirnos, no ha esperar que algo malo ocurra.
     — ¡Que sorpresa que este aquí! —exclama Julieta. El lobo que ha tenido la mala suerte de ser parte del círculo de sangre. Atada a mí destino.
     —Es bueno verte Julieta —digo—. Ya veo que no pierdes el tiempo, Eloy.
     Sus mejillas se ruborizan, y sus manos oscilantes, rodean la cintura de Julieta.
     —¿Cómo esta Bruno? —pregunta Julieta.
     —Delicado —es mi única respuesta. Sus ojos se apagan un poco. Sonríe y se unen a la masa de cuerpos en movimiento.
     —Tiene razón —dice Arcángel llevándome a la pista.
     Sus manos me sostienen por la cintura, mis brazos sobre sus hombros, un leve cosquilleo me recorre el cuerpo. La melodía es suave, y por un preciso instante pienso que se ha olvidado por completo de mí extraña situación hace unos instantes. Por algo dicen que soñar no cuesta nada.
     —¿Qué te ocurrió hace rato? —pregunta de nuevo.
     —Sabes me doy cuenta de que no sé nada de ti —digo en cambio.
     Giramos y volvemos a los pasos lentos.
     —No cambies el tema —dice. Sus ojos se mueven a nuestro alrededor y luego vuelven a mí.
     —Por lo menos lo intente —desvió la mirada, Selt y ese profesor se dirigen a las afueras del comedor con mucha premura. Alcanzo su mirada carmesí y su voz llega a mi mente.
     Mis hermanas no saben que estas aquí. Ellas intentan distraerme. Mantente alerta.
     —Entonces —la voz Arcángel me trae devuelta al baile. A la hermosura de sus ojos.
      —La verdad es que no tengo idea de lo que me ocurre —admito, drene mi cuerpo de la magia. Me despoje de ella como una serpiente muda de piel. Algo dentro de mí
se fracturo, pero desde hace días es como... —puedo sentir la magia, un cosquilleo sobre mi piel.
     —Eso no es posible lo únicos que pueden sentir la magia de esa manera son los... ¿estas segura de que la entregaste toda?
     —Completamente. No quedo nada de magia en mi cuerpo, pase tres meses inconscientes por eso y por todas las memorias del pasado. No tienes de cómo se siente.
     —Quizás, sí —dice con la mirada perdida quien sabe dónde.
     —No quisieras desahogarte en este momento —intento.
     Una sonrisa maliciosa se dibuja en su rostro.
     —Buen intento —susurra tan cerca que si me inclino solo un poco, podría saborear sus labios.
     La música se detiene. La multitud comienza a dispersarse. Él se aleja, llevándome de la mano devuelta a la barra. Mis amigos se han reunido allí, hasta Eloy se encuentra entre ellos pero a quien no veo es a Frank, tampoco a Reichel. Me giro para ubicarlos entre los demás.
     Cat, ¿tu primo y Naim están cerca de ti?   
     No.
     Me detengo haciendo que Arcángel también lo haga, algo no está bien. Selt no se escucha bien dentro de mi cabeza.
     Encuéntralos rápido. Acabo de tener una visión y preferiría que no se hiciera realidad.
      Suelto la mano del tigre y camino hacia los chicos.
      —¿Han visto a Naim, o Frank? —pregunto con la desesperación anudándose en mi cuello como una soga.
     —No —dice un coro de voces.
     — ¿Y la chica que estaba con mi primo?
     —Ella si se fue... no sé qué tenía solo que le pidió el favor a May para que la llevara a la ciudad de las sombras —explica Zoe.
      La expresión de mi cara debe reflejar mi monstruosa bestia porque Maycol se puesto blanco. Puedo imaginar mis felinos ojos alargados.
     — ¿Qué hiciste qué? —contengo el gruñido.
     —Ella parecía sentirse mal —dice poniéndose detrás de Zoe.
     Respiro, despacio pero eso no me tranquiliza. Bruno, va a matar al lobo.
     —Maycol ve a la ciudad de las sombras con Zoe busca a Laura y asegúrate de que el lobo este con vida —ordeno.
     —No le va a pasar nada al lobo —dice Arcángel.
      —Eso no puedes asegurarlo —replico —Sebastián y Nicole se quedan aquí, si pasa algo avísame. Selt está resolviendo un problema familiar. Y nosotros vamos a buscar a Frank y Naim. Tienen que están en alguna arte de Cirvius.

Secreto de la Rosa. Guardianes 5. Gato MágicoWhere stories live. Discover now