CAPITULO 14

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—¡Celeste! ¡Tenes visitas!— Gritó Rosita desde el living.

Felipe empezó a ladrar.

—¡No, feli no! Shhh...— Decía ella mientras le tapaba la boca.

Rosita escucho el espamento y entró.

—¿Me dijo algo señorita Celeste?— Preguntó con desconfianza.

Celeste con Felipe atrás de ella luchando para escaparse le contestó.

—No, es que hay un perro afuera que no se calla. Eso decía.

—Ah. Si, me pareció escucharlo.— Dijo Rosita pensativa.— Vaya al living que la están esperando. Yo voy a bajar a ver que pasa afuera.

—Dale, Rosi.

Y dicho esto se fue dejándola sola en su habitación. Celeste suspiró y fue al living a ver de quien se trataba. Allí, sentado en el sillón blanco de su papá estaba Nico, mirándola con una sonrisa. Ella sonrió con cara de tonta.

—Nico. ¡Que sorpresa! — Dijo.

—Pasaba a dejarte un regalito. Un regalito para Feli en realidad. — Dijo sonriéndole aun más, entregándole un pequeño paquete en sus manos.

Celes lo abrió. Era un collarcito turquesa con un huesito que tenía grabado el nombre "Felipe".

—¡Ay! ¡Es divino!— Dijo.

—¿Y donde esta ese atorrante?— Preguntó él.

Al escuchar la voz de Nico, Feli fue corriendo hacia él, todo alborotado y moviéndole la cola.

—Me parece que no te voy a invitar nunca cuando esté mi papá en mi casa, porque sino con vos acá, Felipe no aguanta escondido ni dos minutos.— Dijo ella riéndose. — Te quiere más que a mi.— Se lamentó.

—¡No seas tonta! Si cuando vos llegas a casa, siempre él sale corriendo y te hace lo mismo. Aceptémoslo, somos sus padres. Nos quiere a los dos por igual.

Rato más tarde salieron a caminar. Celes se quedaba observándolo todo el tiempo.

Se puso a evaluar su situación. Hacía días que no llamaba a su novio. Y todos los días tenía caminatas como estas con Nicolás sin rumbo. Bueno. Sin rumbo no. Siempre sus pies los conducían al mismo lugar. La plaza. Sin saber porque. La plaza era el lugar donde ambos se sentían más cómodos y Celeste comenzaba a sospechar que esto era más que una amistad, y muy adentro suyo sabía que quería que la situación avance.

Se sintió terrible por hacerle eso a su novio, pero era más fuerte que ella. Nicolás le gustaba. Lo único que deseaba era besarlo con urgencia y se tenía que contener mucho para no hacerlo.

Ya habían pasado dos meses desde la primer salida "oficial" de la heladería. Fue por eso que le pidió a su papá que se quedaran allá hasta fin de año. Su padre aceptó, por supuesto que estaba complacido con el hecho de que su hija esté contenta de vivir en Santa Fe.

Ya tenía amigos en el colegio. Santi, Vipo y Sefi. Eran muy buena onda. Vipo y Sefi la querían convencer de que empiece danza con ellas. Pero Celes les dijo que iba a pensarlo. No estaba segura porque no era muy buena bailarina. En realidad la danza le fascinaba, pero nunca había tenido mucha habilidad para eso. 

Santi era super relajado y bueno con ella. Celeste creía que por el momento, él era su mejor amigo. Siempre estaba con ella, la ayudaba con todo. Le explicaba todo lo que no entendía. Era bueno tener un amigo así.

Lo que era cierto, es que Celeste, dos meses atrás cuando recién llegaba a Santa Fe, ni en el más remoto sueño se hubiera imaginado que iba a sentirse tan bien, en "esa pequeña ciudad". En realidad ahora que se había acostumbrado, no creía que fuera tan chica, claro que no había punto de comparación con Buenos Aires, pero tenía un tamaño considerable para no aburrirse y no sentirse en un pueblo.

Nosotras (En correción)Onde histórias criam vida. Descubra agora