CHILDREN OF THE MOON; Uzumaki Boruto.

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Seguía a Mitsuki a un paso calmado, él se iba a juntar con Boruto y otra persona, la cual no recordaba su nombre. Decidí acompañarlo para así poder ser parte de este lugar y así ganar más conocimiento, ya que, debía de averiguar todo lo más pronto posible para así enviar información.

Cuando hemos llegado ellos nos han saludado de manera alegre, bueno solamente Boruto, porque su acompañante nos saludó de manera algo perezosa.

—Nara Shikadai —pronuncio provocando que ladeara la cabeza sin entender—. Todavía no me había presentado contigo.

Él soltó un pequeño bostezo e iba a decirle algo, pero un repentino grito llamó nuestra atención y Boruto fue el primero en dirigirse hasta el lugar donde provino aquel grito, siendo seguido así por nosotros.

Al llegar nos encontramos con Sarada y otras dos chicas. La cual una de ellas sostenía a un chico de aspecto débil, por lo que Boruto le pidió que lo soltara.

—¿Es el tipo del que hablaban el otro día? —les preguntó Boruto a lo cual ellas asintieron. Al yo no saber a qué se estaba refiriendo he movido un poco su manga para que me contara—. Un tipo que las estaba siguiendo.

—Acoso —pronunció Shikadai mientras miraba a aquel muchacho, el cual se encontraba de rodillas, muy apenado—. ¿Quién eres?

—Ya recuerdo. Eres Magire de la clase de al lado —mencionó la chica junto a Sarada, la cual anteriormente sostenía a aquel muchacho de manera brusca—. Como en la academia no hay chicos guapos, recuerdo a los que no están tan mal.

En ese momento noté como Shikadai se acercaba a Boruto para susurrarle algo, a lo cual Boruto negó rápidamente para luego colocarse a la altura de Magire.

—¿Por qué lo has hecho? —le preguntó de manera seria, provocando que el muchacho se tensara—. ¿De verdad perseguías a ChouChou?

—Que decidieras seguir a ChouChou... —comenzó hablando Shikadai mientras se cruzaba de brazos—. Debes de estar loco.

—¡Cielos! Entiendo que quieras seguirme, pero tú y yo somos como los macaron y el natto: Incompatibles.

ChouChou actuó de manera alegre y emocionada, pero aquello provocó que Magire se alterara y anunciara un gran No.

—¡Yo estaba viendo a Sumire! —él apuntó a la chica llamada Sumire y al darse cuenta de sus palabras se avergonzó—. Demonios.

Los demás se quedaron sorprendidos ante aquella confesión y en tan solo segundos ChouChou soltó un suspiro de alivio.

—Mi plan para sacar información al enemigo fue todo un éxito —mencionó mientras sonreía de manera nerviosa—. Deberían aprender de mí.

Mientras los demás estaban metidos en aquella conversación, yo no podía dejar de ver a Sumire. Ella desprendía un chakra extraño, un chakra que era más alto a la de los demás y eso llamaba demasiado mi atención.

Fuerte y siniestro, tal como a esa persona le encantaba; esta información sería beneficiosa para nosotros.

—¿Sucede algo, Tsukiko? —me preguntó Boruto a lo cual lo he visto sin comprender—. ¿Te sientes incómoda?

—No sucede nada —le he dicho mientras formaba una pequeña sonrisa para que así no se preocupara—. ¿Dónde está el chico?

—Salió arrancando en el momento en que Sumire lo rechazó —me ha dicho mientras soltaba un suspiro—. Me compadezco de él.

—¿Harías lo mismo si te rechazaran? —pregunté a lo cual él me miró sorprendido y algo inquieto. Es posible que mi pregunta lo haya hecho incomodar—. Lo siento. No debí preguntar eso.

—Yo la verdad no sé qué haría —soltó una pequeña risa de manera nerviosa—. ¿Y tú qué harías?

Ante su pregunta me quedé pensando, ya que, yo nunca había experimentado nada acerca de eso a lo que ellos llaman gustar.

—No lo sé.

—Al parecer tenemos algo en común —soltó una risa para luego verme fijamente—. ¿Recuerdas que has dicho que querías ayudarme?

—Sí. Lo recuerdo.

—Shikadai también está ayudándome —mencionó al momento en que miraba a Shikadai—. Vamos a investigar más después de clases. ¿Quieres venir con nosotros?

—Sí. Me encantaría —sonreí para luego darme cuenta de Mitsuki. Él nos miraba fijamente sin hacer algún tipo de expresión, pero al darse cuenta de que lo estaba observando me dedicó una pequeña sonrisa—. ¿Puede venir Mitsuki?

Mitsuki había estado ayudándome en este lugar y no quería que estuviera apartado, por lo que lo ayudaría a adaptarse, así como él me ayuda.

—¡Claro! Mientras más seamos es mejor —me ha dicho emocionado para luego dirigir su mirada hasta donde se encontraba Shikadai y Mitsuki—. ¡Ellos vendrán con nosotros, Shikadai!

—Mientras no nos metamos en problemas por mí está bien —mencionó el Nara con algo de pereza—. No estoy en condiciones para recibir un regaño de mi madre.

—No nos meteremos en problemas.

Los cuatro comenzamos a dirigirnos a la academia para así ir a nuestra clase, pero antes de seguir a mis compañeros he sentido nuevamente la presencia de aquel chakra siniestro. Aunque decidí ignorarlo por esta vez debido a que me encontraba con los demás y no podía desaparecer así nada más.

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