Cap. 66 - Ya no te importo

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Así con el paso de los días, paso navidad y llegó el cumpleaños 69 de Riddle, pero el ese dia no pensó en aparecerse hasta el anochecer

- Hola Tom, Feliz cumpleaños – Le dijo Ámbar dejando el libro que leía en la mesa de luz cuando él entró en la habitación con su rostro humano

- Gracias – Respondió él de forma fría y cortante, como siempre, mientras comenzó a quitar sus zapatos y su ropa

- ¿Dónde estuviste hoy querido? – esta vez Ambar preguntó por sacar tema de conversación, pero él simplemente la ignoró y se acostó dándole la espalda. En ese momento ella se sintió tan sola como en las noches más lluviosas y frías en las que él no estuvo cuando desapareció, o capas peor, se levantó de la cama y comenzó a caminar hacia la puerta sin siquiera saber adonde iba a ir

- Ambar, ¿adonde vas? – pregunto entonces Tom mostrando un poco de preocupación, y percatandose de que tal vez la había lastimado al ignorarla, pero ella no le contesto y cuando estuvo a punto de abrir la puerta se vio sostenida por un hechizo que Riddle conjuraba atrayéndola de nuevo hacia él – Te hice una pregunta, querida – volvió a hablar con tono enojado, cuando noto que la rubia comenzó a llorar y a intentar soltarse de su agarre - ¿Qué te sucede? –

- Dejame Tom, ya no te importo – la voz entrecortada de la bruja le causó una presión en el pecho que él no había sentido en mucho tiempo, en ese segundo no se le ocurrio nada mas que abrazarla, no era un hombre de sentimientos, nunca lo había sido, solo por momentos con ella, pero Tom era demasiado insensible. Despacio la fue colocando de nuevo en la cama a su lado y esta vez se recostó abrazándola, como había hecho hacía años

- Eres lo que más me importa – y antes de quedarse dormidos le dio un beso corto en los labios.

Días después Voldemort atrajo a Harry potter y a sus amigos hasta el ministerio cuando los mortifagos los atacaron, eso no terminó nada bien para el lado del mago oscuro, ahora el ministerio sabía que señor tenebroso había vuelto, y la mayoría de sus más leales súbditos habían sido encarcelados en Azkaban, entre ellos Lucius Malfoy, quien sabía bien que su señor se vengaría de ellos por haberles fallado en una misión tan simple como conseguir una profecía.

Y así pasó otro curso en Hogwarts, llegó otro verano y desapareció otro año nuevamente, el tiempo parecía pasar tan rápido para Ambar, ella simplemente se quedaba en su mansión preocupada por Tom y nerviosa por el hecho de que ya no era la ama de las reliquias, y su Rey todavía no lo sabía, la rubia sabía que si él se enteraba se enoja a tal grado de asesinar a cualquiera que estuviese cerca, y ya estaba demasiado enojado con la derrota en el ministerio. En ese verano Ambar también se preocupó demasiado por los Malfoy, Lucius había fallado... Lucius por primera vez le había fallado a su señor, en una tarea tan fácil... y Voldemort se desquitaría con la familia del hombre hasta sacarlo de Azkaban y ya fuera torturarlo como nunca antes, por que el señor tenebroso estaba furioso, y más que nunca. Luego de semanas y meses el mago convocó a los más cercanos mortifagos libres a una reunión.

- Supongo... que la mayoría sabe por qué estamos aquí – Estaban en una sala de reuniones en la mansión Malfoy, todos parecían desconcertados y no había nadie que reflejara una mínima gota de saber que era lo que sucedía, Bellatrix Lestrange, sentada a un lado de Narcissa y de Draco Malfoy casi al principio de la mesa, mientras al frente de la pelinegro estaba Severus Snape y a un lado Ambar entre mas mortifagos que en opinión de la rubia eran completamente inservibles, como Colagusano quien no se sentaba nunca en la mesa pero oía en silencio en un rincón de la habitación. Afuera, el cielo estaba gris pero no parecía que se acercara la lluvia, el calor aún era presente y el viento tibio golpeaba contra los vidrios de aquel cuarto lleno de tensión – Estamos reunidos para hablar sobre el nuevo año que se aproxima, tengo planes que... no pueden fallar, y en el caso de que suceda algo así todos aquí tendrán los minutos contados – En ese momento Nagini se subió al regazo de Ambar para luego serpentear por la mesa ejerciendo temor y al terminar se colocó a hombros de su amo

- Mi señor... - Era la voz de Bellatrix, completamente llena de miedo con una pizca de seducción, sabiendo que la rubia que estaba casi al frente de ella la miró con desprecio – Mi señor, ¿podría por favor informarnos sus planes? – El señor oscuro sonrió de una manera tenebrosa

- Lestrange.... Empecemos por tu familia - ...

Tom Riddle: La MaldiciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora