Cap. 37 - Marcuz Zabini

2.8K 208 15
                                    

Pasaron los días y ambos adolescentes tuvieron que volver a Hogwarts para su último año de clases, la rubia iba a ser capitana del equipo de Quidditch este año, mientras Tom pasaría las noches en la sección prohibida de la biblioteca.

La plataforma 9 ¾ estaba llena de estudiantes, el peli oscuro y Ambar caminaban con aires de superioridad por la estación hasta los vagones con Nagini sobre el chico y 7 compañeros que les seguían como guardaespaldas. La noche llego y ese martes 1 de septiembre terminó con una cena en el gran comedor

-Ey, Peverell ¿Cómo estás? – Dijo una voz masculina cuando la chica cambió la vista encontrándose con Martuz Zabini, un chico de su curso y casa, alto de piel morena, ojos oscuros y cabello marrón, el chico no era un mortifago de Riddle, simplemente era un Slytherin más, al que no le prestaban mucha atención por su extrema torpeza

-¿Qué tal Zabini? Muy bien – Respondió ella fría y cortante cuando él se sentó a su lado, cuando Tom quien estaba sentado enfrente empezó a verlo fijamente

-¡Me alegro!, quería saber si podrías ayudarme con transformaciones este año, eras la mejor el anterior, y necesitare apoyo para los EXTASIS - habló este con confianza, como si la chica fuese su amiga de toda la vida, mientras mordía una manzana verde, pero no lo era, no se habían hablado nunca, aunque era verdad que la joven era la mejor en transformaciones

-Claro podre ayudarte – dijo ella con inseguridad, no quería ayudarle, pero era imposible negarse al chico quien se lo pedía casi como súplica – aunque luego me deberás una – Zabini sonrió asintiendo con la cabeza, luego de arreglar que se verían una vez por semana antes de la cena en el aula de transformaciones este se fue y Ambar dirigió su vista a Tom. Este la veía enojado, no le gustaba nada que ese chico pasase tiempo a solas con la rubia, Zabini tenía reputación indecente con las chicas, por lo que el peli oscuro se paró de la mesa y se fue a su sala común, la rubia le siguió

-Me da mal aire ese chico – decía Tom sentado en la sala común

-Solo le ayudare en transformaciones, no seas tan celoso y posesivo – Hablo Ambar sentándose en su regazo –Te amo Tom –

-Me mantendrás informado ante cualquier cosa extraña – ordenó el chico

-Por supuesto - Dijo antes de besarlo con desesperación, cuando Tom le correspondió el beso

Los días cada vez parecían ser más cortos , sus clases eran aburridas ya que ambos chicos estaban muy adelantados. La rubia ayudaba a Martuz con Transformaciones cada miércoles antes de cenar y parecían divertirse con esta magia

-Avifors – pronunciaba Ambar transformando un escarabajo en un bello pájaro azul brilloso que comenzó a revolotear por el aula

-Eres estupenda, se me hace imposible aquel hechizo – dijo él al contemplar el conjuro

-Oh, no es difícil, da a tu muñeca 8 de lado – Ambar siguió explicando y mostrando el movimiento con su varita, cuando pronunció el hechizo y este rebotó contra una copa haciendo que esta se transformara en una bandada de aves esta vez por lo que ambos rieron

-Es genial Ambar, estas últimas 4 semanas he aprendido más contigo que en todos mis años – halago Marcuz cuando ella le sonrió sentándose en un escritorio

-Gracias Mar, a mí se me han hecho muy divertidas de hecho - dijo ella, cuando el chico volteo al lado contrario para ver al reloj de pared –Debemos ir a cenar - siguió hablando, para luego el asentir con una sonrisa y ambos caminar al gran comedor y a la mesa de las serpientes. Tom estaba sentado enfrente de la rubia, Luisa y Marcuz quien se había vuelto un buen amigo en poco tiempo estaban a sus lados

- ¿Cómo van sus tutorías? – pregunto el peli oscuro cuando Abraxas quien estaba a su lado con cara de terror hizo seña a Ambar para que tenga cuidado

- Muy bien, Ambar es una buena profesora, he aprendido más con ella que... - hablo Marcuz cuando la rubia lo interrumpió

-Está progresando, pronto dejará de necesitarme - dijo ella de forma cortante dándole a entender a Tom que ella no tenía interés mínimo por el chico, a lo que él sonrió satisfecho

-El sábado podemos ir a Hogsmeade Ambar, tengo que salir de este castillo – decía Parkinson riendo por la situación por lo que la rubia la miro sonriente

Claro! Después de todo es nuestro último año, saquémosle todo – explicó

-¿Podríamos ir con mis amigos? Sería bueno compartir un dia todos juntos – preguntó Marcuz cuando Tom frunció el señor haciendo que la rubia lo notara

-Ahmm... - suspiro nerviosa

-¡Mientras más, mejor! Será genial Zabini – interrumpió esta vez Luisa sonriente y animada, cosa que dejó a Riddle molesto, pero no pudo hacer nada.

Tom Riddle: La MaldiciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora