Cap. 32 - Deseo

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 Luego de varias charlas más, todos se fueron a sus cuartos, exceptuando a la rubia quien subió al cuarto con Tom

-Bien hecho –dijo este cerrando la puerta para luego hechizarla como siempre

-Tú me incitaste a hacer eso, pueden expulsarme – dijo Ambar molesta sentándose en la cama

-Fue impecable querida, diría que casi estas a mi altura, ahora te temen casi tanto como a mí, y no se atreverían a delatarte jamás –Habló este acercándose lentamente a la cama para luego atrapar a la chica entre sus brazos y el colchón sensualmente por lo que esta se ruborizo

-E-eres un tonto...- empezó a insultarlo cuando Tom la beso y la acomodo mejor en la cama, el chico le quito la túnica dejando a Ambar con la camisa y la falda del colegio, acariciaba la cintura de esta lentamente por arriba de las prendas cuando ella le quito a Tom la corbata –Tom... - susurro la rubia sobre los labios del morocho cuando este se alejó sonriente

- Fue divertido verte torturar a ese idiota – dijo el chico mientras se sacaba la camisa dejando a la vista sus marcados pectorales y los gruesos brazos, empezó a desabrochar la camisa de Ambar pero en el 3er botón esta lo paro y cambio su sonrojo por una cara asustada, Tom sonrió de lado y le beso la mejilla cuando iba caminando hacia un baúl grande, la chica estaba hipnotizada por la silueta del joven, era la primera vez que notaba su buen físico, el peli oscuro tomo de su baúl una camiseta larga y ancha hasta para el y se la dio a Ambar

-Pontela, quiero que duermas aquí, y si vuelves a tu cuarto y te chocas con Black tendremos problemas – Explicó Tom, no era común que él le permitiera quedarse allí así que asintió y se dirigió al baño para ponerse la camiseta y dejando el uniforme se dio cuenta que esta le llegaba a las rodillas, salió del lugar volviendo al cuarto cuando se encontró a Tom en ropa interior entrando a la cama y la cara de la rubia quedó tan roja que podían fácilmente confundirla con un tomate

-Ahmm... - miraba al chico

-¿Te vas a quedar ahí parada? Ya ven - Le dijo el, esta asintió y se recostó a su lado acomodándose sobre el pecho de Tom, este comenzó a acariciarle el pelo y casi inconscientemente sus piernas quedaron entre lazadas bajo las sabanas, Nagini estaba en un sillón en una esquina del cuarto ya dormida, Ambar se durmió después de unos largos minutos, él se quedó despierto contemplando la belleza de la chica durmiendo, tan tranquila, tan cálida, y pensar que esa chica habia torturando con una maldición imperdonable a otro chico, hacia que Tom la deseara, era algo que a él le gustaba de ella, la maldad que escondía tras esa sonrisa inocente, la sed que compartían por el poder y por la inmortalidad, la adrenalina en el sufrimiento de los impuros, y el asco que estos les transmitían a ambos, Tom amaba que Ambar pensara igual que el en todos eso sentidos, y ahora verla con solo su ropa interior y la camiseta que él le había dado hacia que el chico empiece a fijarse más en la perfección de cada curva en el cuerpo de la joven de 16 años, la cambio de posición abrazándola con suavidad y colocándose de costado bajo su mentón, le acaricio el rostro mientras con la otra mano la tenía agarrada de la cintura y ante tanto contacto esta despertó –No quise despertarte – dijo el al verla abrir los ojos

-¿Qué hora es? – preguntó ella cuando Tom notó que ya eran casi las 3 de la mañana y aún no había dormido

-Temprano, descansa – contesto este. Pero Ambar se acurrucó aún más a él, comenzó a besarlo, este conteniéndose se subió sobre ella y le beso desde el cuello hasta los labios –Vuélvete a dormir Ambar – dijo el chico entre suspiros aun sobre sus labios, ella le dio una risita tímida e inocente y se acomodó nuevamente, luego de un rato ambos se durmieron. 

Tom Riddle: La MaldiciónWhere stories live. Discover now