Tom Riddle: La Maldición

Cap. 22 - Familia

Ambar llego a la casa, no había nadie en la sala, ni siquiera un ruido, por lo que se dirigió a la cocina encontrándose con un elfo domestico que le sonrió al encontrarla

-Ama Ambar...- dijo este acercándose lentamente a la rubia

-Hola Kroncki – sonrió ella –Te extrañe – La familia de Ambar era poderosa, sin embargo no eran como los Malfoy, eran más corteses, hasta con sus elfos domésticos, desde niña ella fue educada de una manera muy simple y aun que tenían preferencias con la sangre con el resto eran muy humildes.

-Yo también la he extrañado ama, la casa ha estado muy silenciosa últimamente, era necesaria su dulce voz – explico el elfo sonriente, parecía que le habían dado su libertad por la expresión en su rostro, aunque esto no era algo que Kroncki deseara tanto

-¿Has visto a mi padre? –pregunto ella

-El amo Servus no ha llegado aún, pero la Ama Olives y la Ama Lolanthe están arriba en el cuarto 15 – entonces Ambar asintió y subió al cuarto. Cuando llego se encontró con su "Amada Tia", con quien en realidad no se llevaba muy bien, uno podría decir que eran exactamente idénticas en actitud y personalidad, pero ellas chocaban. Ignorando todo esto, Ambar presto atención a un pequeño bulto envuelto en una manta que era acunado por Olives

-Hola tia... - Saludo Ambar a lo bajo dándose cuenta que la bebe estaba dormida - ¿esa es... - empezó a decir cuando la mujer asintió con una sonrisa poniendo a la bebe en brazos de su hermana mientras esta dejaba caer una lagrima por su mejilla cuando empezó a notar que la pequeña despertaba y sin ningún llanto abrió sus pequeñísimos ojitos dejando ver un hermoso tono verde –Hola Lolanthe... Soy tu hermana Ambar – le dijo ella cuando la bebe empezó a reír, algo extraño en una niña tan pequeña, simplemente reía de forma sincera, de forma pura, logrando que Ambar no logre contener su llanto de felicidad mientras le entregaba el pequeño bulto a su tia

-Es muy preciosa ¿Verdad? – dijo Olives tomando a Lolanthe en brazos

-Si lo es... tiene los ojos de... -

-De tu madre – termino la mujer. En ese momento la puerta sonó dejando ver detras de ella a un niño de uno 3 años y a otro de unos 6, quienes eran los primos de Ambar, el primero se llamaba Maiten y el segundo Lombrus

-¡Ambar! – exclamaron ambos niños corriendo hacia su prima y abrazándola fuerte mente por lo que ella rio contenta

-¡Hola! – siguió riendo

-Oímos a Kroncki, decirle a Dherpy que estabas conociendo a Lolanthe –Explico Lombrus sin soltar a la rubia

-Entonces corrimos hasta aquí porque hace mucho no te abrazo – dijo Maiten con dificultad, ya que todavía era pequeño y le costaba hablar aun a la edad que tenía

-Yo también los extrañe mucho –contesto Ambar.

La noche callo, y Servus llego a la casa encontrándose con sus hijas en la sala jugando con un muñeco muggle. Cenaron cuando al hombre se le ocurrió empezar a preguntar

-¿Te gusta el niño Riddle? – Era normal de Servus hacer preguntas incomodas en todo momento, pero esto había dejado sorprendida a su hija, ¡Claramente te encantaba Riddle! Pero no querida admitirlo de ningún modo

-No..no yo – comenzó a decir mientras su padre dejo salir una carcajada, el conocía perfectamente a la rubia, era muy obvia

Pasaron los días rápidamente, Ambar pasó cada segundo con su hermana y su padre, ahora la casa era distinta sin su madre y se sentía vacía, pero no dejo que la depresión la invadiera. La rubia había notado que Lolanthe, con apenas unos meses de vida, era muy inteligente y no lloraba mucho, no se alejó de ella más que para dormir hasta que llegó el martes por la noche y tuvo que despedir a su familia y a sus elfos, por suerte solo quedaban un mes y medio de clases así que volvería pronto