Cap. 65 - El regreso

1.5K 101 2
                                    

Ambar se despertó acostada y arropada en su cama, sintió un dolor de cabeza que no soportaba, ¿Cómo había llegado allí? ¿Dumbledore le había arropado?, eso no importaba, se paró de su cama y vio por la ventana como la lluvia caía y chocaba brutalmente contra el césped del jardín. Siguió caminando hasta llegar a las escaleras que daban a la sala, pero antes de poder bajar comenzó a sentir frio, un frio que ya había sentido antes, su vista se nublo y cuando volvió a mirar estaba en un bosque oscuro, muy similar al de... al que vio cuando se convirtió en la ama de la muerte, entonces ahí estaba, Albus Dumbledore parado a unos metros de ella y mirándola atentamente

- No es posible... ¿ La capa... - intento preguntar antes de ser interrumpida por el

- La tomé prestada, Harry la posee ahora, no puedo permitir que sigas siendo inmortal Ambar – Hablo el peli gris tratando de acercarse a ella

- ¿Morire? Cuando la última muerte me entregó su puesto murió... dijo que ella había sido mi primera víctima - preguntó con miedo

- No... No morirás, la última muerte murió porque había estado seguramente, por muchos más años de los que tendría que haber estado, con vida – Respondió él, con seguridad en sus palabras – Sin embargo, cuídate, ya no vas a ser tan fuerte como antes, la vejez ya te está llegando pequeña - en ese momento todo volvió a oscurecer, el frío se volvió más intenso en el cuerpo de Ámbar, casi sentía como podría congelarle todos los huesos desde adentro, el aire comenzó a faltarle y el miedo volvió a adueñarse de su cuerpo ¿ El viejo le había mentido? ¿Estaba muriendo realmente?,

- ¡Dumbledore! – Grito con el poco aire que le quedaba, esperando que alguien conteste, pero no fue así, y volvió a desmayarse

Esta vez se despertó en el mismo suelo en el que había perdido la posesión de la muerte, con Narcissa frente a ella

- Ambar... Ambar ¿estás bien? – Hablo ella con preocupación – Llege y te encontrabas hablando sola en el suelo, refiriéndote a... a Dumbledore – La mujer se paró con dificultad y miró a Narcissa

- Nadie debe saber de esto... -

Ese día la Malfoy le informó de que el señor tenebroso debía encargarse de que el ministerio no sospechara de su regreso y que no creyeran las palabras de Potter y Dumbledore antes de volver con ella, y le dijo también que el estaría en breve en su residencia. No fue hasta la noche del 27 de Agosto, el cumpleaños de Ambar, que una sombra oscura y un rostro de serpiente se apareció en su cuarto en la noche cuando ella entró

- ¿Tom? – Sintió su pecho precionarce de nuevo, no podía creer que lo tenia enfrente, esta vez solo para ella

- Feliz Cumpleaños – Dijo él con voz fría y una sonrisa de lado que le habría causado escalofríos a cualquiera, menos a ella.

Lord Voldemort volvió, pero la Ambar que él había cambiado en tantos años se había ido, y en su lugar estaba la niña que lo observó por primera vez en el gran salón comedor de Hogwarts, esa noche durmieron juntos después de más de 13 años, y después de esa noche ella no tuvo ninguna intención de alejarse de él, le había extrañado y lo necesitaba, por que aun siendo el mago tenebroso más diestro en artes oscuras del mundo mágico, la suya con Ambar seguía siendo una historia de amor, en un camino lleno de pozos, huecos sin fondo y trampas. De igual forma ella se mantuvo distante con respecto a algunas cosas... como por ejemplo el hecho de que no le dijo que ya no poseía la muerte.

Así como siempre el tiempo pasó, Ella se mantuvo distante de la organización y reclutación de mortifagos, diciéndole a Tom que no se sentía cómoda últimamente, cosa que era cierta, y el supuso que ya volvería a tomar costumbre, los ataques volvieron pero el profeta decía que Voldemort no había vuelto y que tanto Potter como Dumbledore metían, mientras tanto Riddle tenía una nueva idea en la cabeza, Encontrar la profecía, y oírla completa, por que eso era lo que no tuvo la última vez, ahora no se le iba a pasar nada.

- Parece... que Nagini no obtuvo la profecía – Hablaba Voldemort en una reunión de mortifagos, todos estaban sentados en una gran mesa, incluidos Ambar, Lucius, Bellatrix Lestrange quien había escapado de Azkaban con ayuda de su señor, y... Severus Snape - Sin embargo, daño de gravedad a un hombre que se encontraba en la sala "custodiando", Arthur Weasley sangre pura, y tengo informantes que me dicen que pertenece a la orden del fénix – la voz del mago tenebroso se oía espeluznante, y transmitia frío en todos los sentidos, Ambar se encontraba tensa mientras Lucius pareció soltar una sonrisa arrogante al escuchar el nombre del weasley – Esto nos hace pensar, que la misma orden trata de custodiar la profecía... - En ese momento un mortifago levanto la mano haciendo que el señor tenebroso frunciera el ceño

- Mi Señor, Potter supo cuando el ataque sucedió – Era Severus Snape

- Asi es mi querido Severus, Yo se lo mostré – Entonces el mortifago pareció asustarse, como si lo que voldemort le había revelado fuera una terrible noticia llena de desgracias, snape simplemente agacho la cabeza y cayó – Sere breve, quiero que organicen un ataque al ministerio, y que me traigan esa profecía, y a Potter - terminó de dar sus órdenes

- Pero mi amo – esta vez quien habló fue lucius con un notable miedo – Potter está en Hogwarts, será imposible sacarlo de allí –

- De eso puedo encargarme yo, Malfoy. – dijo en forma cortante y con un tono mezclado con frío, arrogancia y orgullo.

Los siguientes días a esos no fueron como Ámbar se los esperaba, Tom no iba a la mansión más que para dormir por las noches, siempre se imagino que a esa edad ella viviría feliz con un esposo e hijos con nietos que la fueran a visitar de vez en cuando, la rubia comenzó a pensar si había tomado la decisión correcta en su vida... ¡Pero claro que la había tomado! Ella amaba a Tom sobre todas las cosas, y no había nada que pudiera cambiar eso en ella, nada que él haga cambiaría sus sentimientos por su Rey, y aunque Riddle sentía lo mismo que ella, el no sabia demostrarlo, o no recordaba cómo hacerlo, el pelioscuro era la reencarnación humana de la serpiente mas venenosa y vil que haya existido, pero así era él, y no podía cambiarlo, por que por tanto que amara a Ámbar, a su Reina, al único pedazo de bondad que existiera en su frío y oscuro corazón, él era Tom Riddle, Lord Voldemort, el señor oscuro, y el heredero de Salazar Slytherin.

Tom Riddle: La MaldiciónWhere stories live. Discover now