Cayendo en tu red (Castiel CDM)

Capítulo 1 Nueva vida

En mis dieciséis años de vida he tenido que adaptarme como he podido. Nunca hago amigos cercanos, ni tampoco me encariño con el lugar donde vivo, ya que desde que tengo ocho años he sabido que es temporal, siempre lo es. El trabajo de mi madre hace que tengamos que mudarnos siempre, bueno por lo menos siendo solo nosotras dos no es tan difícil hacerlo sobre todo una vez que te acostumbras, sin embargo por primera vez en mi vida voy a poder establecerme en un lugar. Alicia o como yo le digo normalmente, mamá, decidió que lo mejor para mí era poder terminar mis últimos años de instituto en un solo lugar, además de que menciono que era importante que estableciera amistades más estrechas. Por estos motivos es que mi madre me inscribió en el internado Sweet Amoris. Uno de los institutos más prestigiosos y con un gran nivel académico del continente Norteamericano.

Mi madre se había ido hace unos diez minutos ya que tenía una reunión, pero imaginaba al principio que no era tan difícil encontrar mi habitación.

Grave error.

Este internado era exageradamente grande. Encontrar mi habitación era, literalmente como buscar una aguja en un pajar y de no ser porque hay como otros mil alumnos y solo cinco personas dando indicaciones para encontrar las habitaciones, ya me hubiera acercado a preguntar. Para ser un instituto con tan alto prestigio, tiene una pésima organización.

Ya resignada, decidí hacer lo que debía de haber hecho en un principio. Preguntar a algún alumno si sabía dónde podía quedar mi habitación. No puedo ser tan de malas de que no haya nadie que no supiera.

Me puse en la labor de preguntar. Desafortunadamente mis primeros cuatro intentos, fueron un total fracaso ya que esos alumnos estaban mucho más perdidos que yo, sin embargo una de las chicas a las que les había preguntado supo decirme quien le había ayudado a ella a encontrar su habitación.

La chica me señalo a otra chica chica que se encontraba de espaldas a nosotras. Lo poco que podía ver de ella es que tenía un hermoso cabello blanco que le llegaba hasta el final de la espalda y llevaba una ropa de un estilo algo diferente, un poco como victoriana. Me acerqué a ella y toque su hombro con mi dedo índice y la chica se giró casi al instante.

-Hola, lamento molestarte, pero me preguntaba si podrías ayudarme a buscar mi habitación –La chica sonrió y la mire un poco más detenidamente. Era guapa y tenia curvas que resaltaban, estaba bastante segura que llamaba la atención sin siquiera intentarlo.

-Claro, imagino que debes de ser nueva. Mucho gusto soy Rosalya pero puedes llamarme Rosa –Rosalya extendió la mano y la estreche mientras me presentaba.

-Soy Millhi, y si, efectivamente soy nueva. Es un placer conocerte Rosa –Ella volvió a sonreír al tiempo en que ambas dejábamos caer nuestras manos a nuestros costados.

-Es normal que estés perdida. Me gusta el Sweet Amoris pero deberían de organizar mejor al comité de bienvenida, cada año es igual de caótico –Ahora si no pude evitar sonreír con ella. Era fácil decir que Rosalya irradiaba vida y alegría -¿Cuál es el número de tu habitación?

-302 –Contesté y como si no fuera posible la sonrisa de Rosalya se hizo mucho más grande.

-La mía también es la 302 –Abrí los ojos algo sorprendida. Esto sí que era una gran coincidencia -Me alegra ver que mi compañera de cuarto es una chica agradable y no una loca desagradable –Solté una risa al ver el claro alivio en el rostro de Rosalya.

-Lo mismo digo –Dije divertida y Rosa se dispuso a llevarnos a ambas a nuestra habitación por los próximos años de instituto.

El camino hacia ella fue rápido. Estaba ubicada en la tercera planta y era una de las primeras puertas al costado izquierdo apenas ingresabas al pasillo. Rosalya extrajo una tarjeta electrónica y la metió dentro del escáner. Este se ilumino con una luz de color verde. Y Rosa movió la manija de la puerta que ahora se encontraba destrabada.