Capítulo 23

15 3 0
                                    

Nada pudo afectar mi serenidad, llegué a casa con un excelente humor. Yolanda me preguntó por qué estaba tan rojizo mi cachete. Les conté, a ella y a Lalo, lo que sucedió. No medí palabra, supieron cada detalle. Terminamos riéndonos los tres.

–Me encantó esa gurisa –comentó Yolanda–. Vos también estarías mereciendo unas palmadas, gurí.

Lalo la apoyó.

–Y ustedes se merecen una paliza –dije.

Se rieron. Comimos milanesas de pollo con una ensalada de papas y zanahorias. Cuando Yolanda se fue, mi abuelo le dio una palmada en las nalgas. El viejo estaba con la libido a flor de piel.

–¿Por qué estás tan alborotado? –le pregunté.

Lalo se rio.

–Cuando sea grande, quiero ser como vos –dije–. Quiero tener toda esa energía.

Quedamos con Doble B y Matías para reunirnos en mi casa a las tres de la tarde. Vi que la página de Tino tuvo un par de visualizaciones. Matías llegó primero y me mostró su celular para que yo verificara que no le volvió a escribir a Jimena. Doble B, para no perder la costumbre, se atrasó.

–Apenas creé la página –dijo Doble B–. Ahora tendremos que dedicarnos a adornarla y ponerle contenido.

Nos fuimos a mi cuarto. Yo me tiré en mi cama, Matías se sentó en el suelo y Doble B buscó una silla para apoyar su notebook.

–No sé por dónde empezar –dije.

Doble B crujió los dedos.

–Le coloqué una foto al azar –dijo, mostrándome la portada de la página. En ella, una mujer hermosa exponía una mirada sensual–, apenas para enviar invitaciones de la página. No tuvo demasiada aceptación, solo treinta y un me gusta. Precisamos colocarle un texto en la imagen.

Después de varias ideas, llegamos al acuerdo de colocar encima de la foto "Todos podemos conquistar a esta maravillosa mujer". Abajo del nombre Tino, escribimos "Él sabe lo que ellas quieren".

–Miren –gritó Doble B.

Un tal de Juan Barboza publicó "???" en nuestro feed de noticias.

–Vamos a contestar algo –dijo Matías.

–Déjenme pensar –siguió Doble B –. Voy a ponerle "Bienvenido amigo. Gracias por seguirme. Siempre estaré dando consejos sobre cómo conquistar a cualquier mujer. No olvides hablarle de mi página a tus amigos".

Lo escribió.

–¿Qué podemos hacer para que la página tenga más seguidores? –pregunté.

–Podemos pagar publicidad –respondió Doble B.

–No se preocupen por plata –dijo Matías–. ¿De cuánto estamos hablando?

No tuve tiempo de decir nada, Doble B se levantó enfurecido.

–No perdés la oportunidad de hablar de tu plata, trolo de mierda. ¿Pensás que no tenemos nada nosotros?

Trolo sos vos –dijo Matías, también parándose–, y la mayor mierda de nosotros tres.

Tuve que ponerme entre ellos para evitar que se destruyeran la cara y, peor aún, mi cuarto.

–Váyanse a la mierda –les dije–. ¿Qué carajo? Parecen niños.

Matías salió corriendo sin despedirse. Quise seguirlo, pero Doble B me frenó.

–Dejalo que se vaya –dijo–. Tiene una mala energía. A los dos solos, nos fluyen mejor las ideas.

Después de míDonde viven las historias. Descúbrelo ahora