Capítulo 12

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¡Qué manera de arrancar un lunes! Después del incidente volví a concentrarme en los papeles. Apenas pude desconectarme cuando llegué a casa y saboreé el delicioso budín de papas que preparó Yolanda. Mi abuelo, como siempre, me dio golpecitos en el hombro y sugirió que todo me importara un carajo. Tenía razón.

Antes de tirarme a sestear y dormir todo el resto del día, decidí visitarlo a Matías. Fui caminando, su casa es en la misma calle de la que era mía, a pocas cuadras, cruzando la calle Gral. José Gervasio Artigas. Es una residencia hermosa, con dos plantas, como la de Jimena. Sus padres me recibieron en la imprenta, que queda en el primer piso. Su madre agradeció mi presencia y prácticamente me imploró que lo ayudara a Matías.

Él estaba encerrado en su cuarto.

–¿Por qué no me contestás los mensajes? –le pregunté.

–Santi –dijo y me abrazó.

Lloró. Él era sensible, siempre lo supe, pero jamás imaginé verlo de esa forma. Tenía los ojos hinchados y, por su aspecto, no se había bañado desde el baile.

–Ya sé de todo –dije.

–¿Qué sabés? ¿Sobre los memes y ese ridículo video? No estoy mal por eso.

Entonces, no entendí nada.

–Estoy así – siguió Matías –porque Jimena me dejó.

–¿En serio?

Matías agarró su celular, buscó unos mensajes y me los mostró.

14.37

Tengo vergüenza de ser tu novia. Sos un estúpido. Se terminó todo.

–Eso me mandó al otro día del baile –dijo él.

–¿Se fueron juntos aquel día?

–No. Cuando nos avisaron que mi video estaba en las redes, ella salió corriendo. No me abrió la puerta de su casa ni me respondió el celular. Le mandé mil mensajes. La llamé un millón de veces.

Imaginé que Jimena tendría esa actitud, a ella no le importaba nadie. Me arrepiento de haber pasado una noche con ella. Sí. Estuvimos juntos una vez, antes de que ella fuera novia de Matías. Él ya estaba enamorado pero ella no quería nada con él. Reconozco que es muy linda, entonces caí en la tentación. Juro que nunca repetimos, sería una deslealtad con Matías. Al poco tiempo, ella empezó a salir con él y, modestia aparte, siempre creí que esa era una forma de que estuviera próxima a mí. No creo que ella tuviera interés en mí ni mucho menos amor, pero como nunca la quise, el orgullo herido debió roerle por dentro. Una vez, tuvimos la oportunidad de quedarnos a solas y ella me dijo que no se llamaba Jimena Escobar si no me viera implorándole para tenerla otra vez. Era una ridícula, me reí en su cara. Matías ni soñaba que eso había pasado. Deseé tener coraje para contarle algún día, así él podría abrir los ojos y descubrir quién era la persona que él tanto amaba.

–Es la oportunidad –dije– para que te veas libre de ella. Liberate, Mati.

–¿Qué te pasa por la cabeza? Mi vida no tiene sentido si no estoy con Jimena.

–¡No seas exagerado!

Matías estaba ciego. A veces, las mujeres son crueles con los hombres. Jimena era una prueba cabal.

–Ella está avergonzada por mi actitud –justificó Matías– pero me ama también. No tengo dudas de eso. Te voy a mostrar los últimos mensajes que le envié para que sepa que estoy loco por ella.

10.40

Sé que estás un poco enojada por mi actitud infantil y que te avergüenza que tu novio sea motivo de broma en las redes, pero te propongo pasar por alto todo eso. Vamos a empezar de cero. Te prometo que seré diferente.

10.45

No te olvides que te quiero demasiado. También me querés, ¿verdad?

12.22

No sé si ya te dije, pero lo vuelvo a decir. Sos la persona más linda del mundo. Por vos, hago cualquier cosa.

13.00

Por favor, respondeme algo. Esa indiferencia me está enloqueciendo. Te amo.

Los mensajes fueron visualizados, pero ella no los respondió. Hubo más mensajes, desde el día en que ella terminó la relación. Estaba claro que Jimena no quería verlo ni pintado de oro.

–Ayudame, Santi.

–Está mal que te humilles de esa forma –le dije, sin pena–. No le mandes más nada.

–Parecés mi madre –dijo enojado–. Haré de todo para tenerla otra vez, aunque les guste o no.


Después de míOù les histoires vivent. Découvrez maintenant