~Capítulo 41~

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La noche fue demasiado inquietante, los demonios se fueron después de una hora pero quedé demasiado alerta a todo, escuchaba ruidos extraños y el silencio de la mansión no ayudaba. 

Sin fuerzas no pude mover a Vergil a otro lugar, tuvimos que quedarnos aquí en el suelo, me aseguré de que él estuviera cómodo. No ha dado ninguna señal de que va a despertar. No he podido dormir nada, temo de que entren e intenten hacerle algo.

El sol comienza a aparecer iluminando toda la habitación.
El fuego se apagó hace media hora y comienza a hacer algo de frío, no me afecta tanto ya que el cuerpo de Vergil nos mantiene cálidos.

—Supongo que despertará pronto..

Anoche revisé su herida y gracias a su regeneración se ha ido por completo, supongo que ahora simplemente le falta despertar.

Observo su rostro calmado y tranquilo. Su cabello plateado y suave, cada detalle de su rostro pareciera que ya lo tengo en mi memoria pero mientras más lo miro más cosas descubro.
Acaricio su mejilla con delicadeza mientras noto el movimiento de su pecho al respirar. Me dediqué a limpiar las manchas que quedaron en su rostro después de la batalla con un paño durante la noche.

Un fuerte ruido se escucha. El sonido de un mueble cayendo y rompiéndose contra el suelo.

—Ay no.—Pongo a Vergil en el suelo con cuidado y me levanto rápidamente. 
Golpeo mi rostro suavemente para poder estar atenta. Me quedo parada aquí mientras tomo en mis manos a Yamato, debo protegerla al igual que Vergil.

Veo como los muebles en el pasillo vuelan y se rompen al caer. Más de diez demonios entran rápidamente y al verme corren hacia mi. Lanzo dos aguas benditas en diferentes direcciones causándoles daño.

—Yo puedo hacerlo, debo hacerlo, tengo que protegerlo.—Me mantengo al lado de Vergil sin perderlo de vista.

Están destruyendo todo el lugar, debo detenerlos, este lugar  es especial para Vergil.
Saco a Yamato de su funda viendo que no dejarán de aproximarse me preparo para luchar.

Necesito ayuda, si tan solo...

Miro al teléfono a lo lejos.
Si pudiera llegar a el..

Creo un cristal de protección al rededor de Vergil y corro a toda velocidad hacia el teléfono. Los demonios me siguen mientras otros intentan romper el cristal.
Llego al teléfono y con el marcado rápido llamo a Dante.

—¡Dante! No sé si escuchas pero necesito ayuda, estoy en la mansión y hay demonios por todas partes, ven si es que puedes, ¡te necesito!

Un corte en mi brazo me empuja hacia el suelo y luego un intenso dolor. Me levanto rápido y vuelvo a crear el cristal protector en Vergil.
No dejaré que lo lastimen.

—¡Vayanse!.—Grito desesperada.

La sangre mancha el brazo de mi vestido pero no es importante ahora, a pesar del dolor mis brazos no bajaran.
—Espero que Dante me escuchara.

Haciendo movimientos violentos con la espada corto a algunos demonios hasta llegar junto a Vergil otra vez.

—Debo resistir. Voy a resistir.

Sostengo a Yamato con fuerza mientras intento contar cuántos demonios son, parecen más de diez.

Los minutos parecen eternos, he podido eliminar a varios pero pareciera que siguen llegando, se me acaba el agua bendita y mi cuerpo dudo que pueda seguir así de firme.

—Por favor, alguien...—Me pongo delante del cuerpo de Vergil, aún está inconsciente.—Debo..resistir..

Veo como todos se abalanzan hacia mi, no me da tiempo de crear un cristal.
De repente Yamato emite una luz cegadora y los demonios sueltan un grito de dolor. Al abrir los ojos todos se han esfumado y Yamato vuelve a ser como era.

Eres mi única necesidad ♥ / Devil May CryUnde poveștirile trăiesc. Descoperă acum