Eres mi única necesidad ♥ / Devil May Cry

~Capítulo 11~

No sé cuántas horas hemos estado caminando pero mis pies ya no podrían soportar más.

—Vergil, ¿no crees que deberíamos descansar?

—¿Tan débil eres?

—Por favor, necesito un respiro, van muchas horas caminando.

Detiene su andar y parece pensarlo.

Observa su alrededor y se sienta en una roca cercana.
Yo hago lo mismo y me tiro un poco de viento con mi mano. Este lugar es callado pero a ratos creo escuchar lamentos, gritos y otras cosas horribles, parece el mismo infierno.
Creo haber divisado varios cadáveres pero no quise comprobar si lo eran realmente.
Ya me acostumbré al olor, uno muy parecido a la sangre.

Descansamos media hora, luego decidimos seguir. Por suerte me recupero rápido, suelo caminar bastante.
Continuamos unas cinco horas más.

—¿Aquí no se hace de noche?

—No.—Contesta él.

—Tampoco hay viento, ni calor, ni frío, tan solo parece..vacío...Es muy lúgubre..

Vergil parecía muy concentrado en su alrededor, como si algo estuviera por venir.

—¿Estás bien?.—Miro su rostro fijamente mientras camino a su lado.
Al parecer nisiquiera había notado que yo lo miraba ni caminaba a su lado porque me miró como si lo tomara por sorpresa.

—Concéntrate en ti.—Responde desviando la mirada.

—Yo estoy bien, por eso pregunto por ti.

Su actitud es una que jamás había visto antes, he conocido gente seria, pero él pareciera que no tuviera algo por lo que estar feliz, desde que lo conocí no ha sonreído ni una sola vez.

—¿Vergil, ¿habías estado aquí antes?

—¿Por qué lo dices?

—Pareces conocer bien todo esto, ni te impresiona todo lo que veo.

—Si, estuve aquí.

—¿Desde cuando estudias magia?

—Si hablas atraerás a más demonios.

Es tan difícil hablar con él, es muy reservado pero creo que tiene razón, no es momento para eso.

Así pasaron más horas. Un camino recto, el mismo paisaje, por horas y horas. Hasta que por fin llegamos.
A unos metros de nosotros había un enorme edificio, más bien como un templo. Una enorme puerta que me dió escalofrío traspasar y del otro lado una habitación de color gris, vacía, y en el centro de ella un objeto.

Nos acercamos a aquello, una vez de cerca puedo observar que es una esfera, la cual muestra luz en su interior. Está arriba de un pedestal, parece ser importante.

—¿Por esto vinimos?

Vergil extiende su mano y lo toma. En ese momento algo extraño le sucede, parece estar sufriendo daño.

—¡Vergil! ¿¡Qué ocurre!?.—Intento acercarme para ayudarlo pero él me lo impide.

—Puedo..sentirlo..todo mi poder..—Una sonrisa malvada parece formarse en su rostro.

Un fuerte movimiento hace que casi caiga al suelo. Una criatura enorme entra por la puerta y se detiene al vernos. Tiene una armadura, sus garras son enormes al igual que la espada que lleva en su espalda.

—¿..Que es eso?.—Pregunto aterrada.

—Humana insolente, soy el guardián del Praedo, ¡les ordeno soltarlo!