~Capítulo 42~

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La mañana está muy cálida. El cielo despejado y un sol radiante. 
Despertamos más o menos temprano, son las diez de la mañana. Vergil fue el primero en despertar, al parecer ambos dormimos profundamente en el sofá.
Despertó debido a que recibió una fuerte presencia de una presencia demoníaca de una ciudad no muy lejos de aquí.
Nos preparamos rápidamente con ropa cómoda para luchar y sin tener tiempo para otra cosa salimos de la mansión sin comer nada.

Caminamos apresurados en dirección a la presencia. Vergil sabe localizar y ubicar muy bien los lugares de dónde provienen.

Después de media hora caminando bajo el sol llegamos a una hermosa ciudad. Rodeado de montañas y en el centro, donde estamos nosotros construcciones hermosas con edificios muy detallados y altos. Parece un lugar muy antigüo pero muy bien cuidado.

Antes de adentrarnos en las calles Vergil se detiene en frente de unas cajas con una ropa encima.

—¿Que ocurre?.—Le pregunto observando su rostro.

—Ya he estado aquí antes.—Suspira.—No quiero que nadie me reconozca.

—¿Por que? ¿Pasó algo malo?

—No, nada importante pero prefiero que las personas no me recuerden, nadie debe saber mi origen y podrían adivinarlo por mi apariencia.

—Ah..por tu cabello ¿Verdad?

—Si.

—Pero..nadie sabe cómo era Sparda.—Susurro.

—Estas personas si, al parecer Sparda significa mucho más para estas personas.

—¿Que? ¿Por que?

—Pronto te darás cuenta.—Se acerca a la ropa y toma una capa larga con capucha y se la coloca.

—Entonces..yo también lo haré.

—¿Por que?

—Porque si te ven conmigo alguna otra vez podrían relacionarte, hay muchas opciones, es mejor prevenir.

Tomo una capa también que me cubre de pies a cabeza y no deja ver mi rostro.
—Bien, ¿Vamos?

Caminamos por un callejón hasta llegar al centro de la cuidad. Atrás de mi hay una enorme iglesia y en frente una pileta.
Vergil dijo que lo mejor será alejarnos de la zona religiosa. 
Caminamos por una reja alta llegando al lugar más comercial. Hay muchos negocios y gente con sus puestos de verduras y algunas otras artesanías. 
Las personas están por todas partes haciendo su vida normal. 
Lo primero que llama mi atención es que todos y sin excepción están con capuchas cubriendo casi todo su cuerpo, no logro ver sus rostros así como ellos no nos ven a nosotros.

Vergil camina a una distancia prudente de mi, no queremos llamar demasiado la atención aunque creo que ya lo hacemos.

Vergil se detiene en medio de la calle y mira detrás de mí. Me volteo a mirar y ahí lo noto, un enorme portal que perfectamente podría estar a la vista de todos, tan solo necesitan voltear a verlo.

Le hago una señal y ambos entramos por el callejón rápidamente para que nadie nos siga.

—Hay que cerrarlo cuanto antes, estas personas corren mucho riesgo.—Digo mientras lo observo de cerca, sin dudas tiene un poder increíble.

Vergil se acerca para entrar pero unos rayos de color azul salen del portal impidiéndole entrar.

—Está protegido.—Dice mirándolo con expresión seria.

—¿No puedes cerrarlo desde aquí de algún modo?

—Es más trabajo.

—¿Hay alguna otra opción?

Eres mi única necesidad ♥ / Devil May CryWhere stories live. Discover now