~Capítulo 13~

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Abro los ojos lentamente. Mi cabeza duele. De repente miles de imágenes vienen a mi mente, cuerpo tirados en la calle, gente que yo conocía, mi casa en llamas.

¿Todo lo que hice fue en vano?

Miro a mi alrededor y veo que estoy en una cómoda cama. El techo es muy alto, la ventana es enorme y no tiene cortinas.
La cama tiene sábanas muy delicadas y los muebles parecen antiguos de madera.
¿Donde estoy?.
Al mirar por la ventana veo un patio con mucha hierba seca y los arbustos enormes, como si no cuidaran de ellos hace años.
¿¡Y Vergil!?
Su rostro viene a mi en un segundo.
Bajo de la cama y abro la puerta.
Al salir al pasillo veo muchos cuadros, todo parece muy antiguo, no parece muy bien cuidado, hay mucho polvo.
El suelo es de porcelana blanca, veo mi reflejo en ella.
Bajo por una gran escalera y allí está él. Mirando por la ventana al lado de una gran puerta, la que parece ser la principal.

Esta parece ser la sala principal, hay sillones hermosos junto a una chimenea y una mesita de café. Por todo el contorno de la habitación había millones de libreros y no podía faltar ese precioso candelabro en el techo. Esto es una mansión, literalmente.

—¿Vergil?.—Mi voz se escucha rasposa, aunque el eco del lugar ayuda a que me escuchara.

Él se voltea a mirarme.
El sol entra por la ventana e ilumina su cabello plateado.

—Ya despertaste.—Dice en tono calmado.

—¿Tú..me trajiste aquí? ¿Por que?

Vuelve a mirar a la ventana.
—Intentaste sacrificarte por mi, solo te devuelvo el favor.

—Gracias..—Bajo la mirada.—Gracias por ser tan bueno conmigo..—Lágrimas brotan sin control por mis mejillas.
Siento que está mirándome pero a pesar de ello mis lágrimas no cesan.
—L..Lo siento..—Limpio las gotas y me siento en el sofá.
No quería derrumbarme así pero la imagen de todos ellos siguen en mi mente, la casa de mi infancia..no puedo..—Mi voz suena entrecortada, apenas puedo hablar.
—Ya no me queda nada..

Vergil me mira.
—Puedes quedarte aquí, no estoy en todo el día.—Dicho eso desapareció en una de las habitaciones.

Me quedo impresionada por su actitud y sonrío.
—Gracias Vergil, gracias..

Con su ayuda a su manera logró hacer que no me sintiera totalmente sola.

~•~

Pasé el resto del día en la habitación que me dejó Vergil. Me impresiona que me trajera hasta aquí. Tuvo que haberme cargado en sus brazos, espero no haberle causado molestias.

¿Ahora que haré? No puedo quedarme aquí para siempre pero no tengo dinero, ni ropa, nada.
Intento animarme, yo no soy de pensar negativo, a pesar de la catástrofe no puedo quedarme de brazos cruzados, esos demonios escaparon y algo debe hacerse.
Hablaré respecto a eso con Vergil.
Bajo las escaleras. Ya son las cinco de la tarde, lo veo en el reloj de la sala.
Al parecer no está, eso dijo, que salía todo el día.

Mi curiosidad no me dejaba en paz así que decidí dar un vistazo a la mansión.
Camino por la primera habitación, hay una mesa muy grande para más de diez personas. A la siguiente está la cocina, es enorme también, muy hermosa con cosas de porcelana.
Sin embargo todo está un poco deteriorando por los años, en serio vivirá aquí?
Las demás parecían ser un estudio lleno de libros y muchas más habitaciones con camas. Muchos baños y también un hermoso piano en la otra sala, ya entendí porque sabía tocar tan bien.
Subo las escaleras y en el segundo piso me dedico a mirar cada cuadro que había, ya no se veían muy bien, entonces acerco al que mejor se veía, y a pesar de estar rasgado en una parte no impidió que el rostro del hombre se viera con claridad. Era alguien bien parecido, un hombre ya adulto, con mirada seria pero no malvada, lucía muy formal con un traje morado. Entonces me fijo en el color de su cabello, era del mismo que Vergil, y también noté que tenían un gran parecido.
—¿Será su padre?.—Busco algo en el cuadro que dijera el nombre del hombre, había una placa dorada en mal estado, la limpio con el dedo y al leer el nombre me quedo sin aliento, en letras grande se veía escrito el nombre "Sparda".

~~♦~~

No sé qué pasaba por mi mente al decirle que podía quedarse pero era lo que me pareció correcto, no puedo creer que me rebaje a convivir con una humana pero ciertamente ella no ha mostrado malas intenciones hacia mi, además se arriesgó a morir por mí sin razón alguna, esa mujer es muy extraña.

Pasé toda la tarde intentando descubrir otro portal abierto, sin embargo tengo sospechas más y más fuertes de quién está causando esto.

Cuando ya estaba oscureciendo me decidí volver a la mansión.
Al entrar veo a la chica sentada en el sofá mirando la chimenea.
Al verme ella sonríe y se levanta.

—Hola.—Dice menos animada que de costumbre.

El frío de este lugar es desagradable, debe filtrarse por las paredes en mal estado, pero esta casa ya tiene muchos años de estar abandonada.

—Oye, te estaba esperando para tomar algo, no quería ser intrusa y tomar cosas de la cocina así como así..—Sonríe, pero esta vez luce un poco más forzada. Cómo si ocultara algo.

—No hay nada en buen estado en este lugar.

—Ah..si, lo se, pero tienes hierbas en el patio y quizás encuentro una olla para poner agua.

—Haz lo que quieras.—Voy hacia las escaleras y comienzo a subir.

—¿Podrías venir a tomar el té conmigo?

—¿Por que haría eso?

—Porque..este lugar da miedo, y sinceramente hay algo que debo preguntarte.

Su mirada tan seria me hizo cambiar de opinión.

—Bajaré en un rato.
Dicho esto subí a mi habitación y me quité la gabardina, la dejo sobre la cama. Descansé unos minutos y volví a bajar.
Cuando bajo varias luces están encendidas. Voy a la cocina y ella está sentada en la mesa, había un té para mí también.

—Gracias por venir.—Sus manos se mueven más rápido de lo normal, está nerviosa.

—¿Que querías hablar?

—Bueno..tengo preguntas, quisiera que respondieras con la verdad.

—Habla ya.

Suspira.—Estuve recorriendo la mansión, es muy linda, pero tiene cosas curiosas, como los retratos, uno de ellos llamó mi atención, era un hombre muy parecido a tí, rostro muy familiar y su cabello..blanco..

Escucho atentamente sus palabras, creo que ya lo sabe, ¿tan rápida será?

—Luego recordé, cuando estábamos al otro lado del portal te ví, sosteniendo la esfera, en ese momento tú..cambiabas, tú.. cambiaste..tenías un aspecto muy diferente, lucías como un..

—¿Demonio?

Ella guarda silencio.
—Si..—Dice al fin.—Y descubrí que el hombre del retrato era el mismísimo Sparda, entonces.. estaría en lo cierto al decir que..¿tú eres hijo de Sparda?

Esta chica no es tonta, ni un poco.

—Si, así es.—Afirmo.

—Entonces.. tú..¿en verdad eres un..demonio?

—Sparda lo era.

—Si pero tu madre era humana ¿No? Entonces eso te haría a ti mitad humano y mitad demonio.

—Yo no tengo parte humana, ¿escuchas bien?

Ella quiere entender la situación y mi actitud, pero le cuesta.

—Pero..tu..

—Lo que sea que tuve de humanidad se extinguió hace mucho.—Me levanto de la silla y doy media vuelta para retirarme.

Algo raro me pasa, estoy revelando demasiado de mi.

Me voy a la cama debido a mi cansancio.
Esa noche más pesadillas volvieron.

Eres mi única necesidad ♥ / Devil May CryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora