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Sería una completa mentira si la rubia dijera que no estaba aterrorizada, claro que el estaba, acababa de asesinar de manera brutal a un inocente. No solo por eso, se había sentido avergonzada al escuchar las exclamaciones de sorpresa por parte de la manada de Satomi, quienes la conocían de tan solo hace unas horas. Ni que decir de Derek, ella no había sido lo suficiente valiente para mirarlo, se negaba a recibir una mirada de decepción por parte de el.

Así que solo huyó alejándose lo más que pudo de la fábrica, se detuvo en medio de una carretera al recordar que no tenia ni la más mínima idea del donde ir. Su mejor amiga estaba ocupada con otras dos banshee, su hermana mayor resolvía un problema de vida o muerte y su amigo el moreno no estaba enterado nada sobre lo sobrenatural. Su única opción era el otro beta de la manada.

Cuando Mackenzie llego a su casa trepó por el árbol más cercano a la ventana del chico, por esta misma que por suerte estaba abierta. Al entrar vio a Liam de espaldas entretenido con su computador, el chico no se dio cuenta de la presencia de la rubia hasta que vio su reflejo por medio de la pantalla.

—Kenzie, ¿que hac... —sus palabras quedaron al aire en cuanto vio el estado de la nombrada—. ¿Que te pasó?

—Yo... —balbuceó, tal vez fue mala idea ir.

—Ven —el chico camino a la puerta de la habitación pero al notar que la rubia no lo seguí, regreso entrelazando sus manos.

Al hacerlo la mano Liam se ensució de sangre pero no le importo hasta que su "amiga" estuviera bien. Salieron de la habitación con dirección al baño, ayudó a Mackenzie a sentarse en la barra al lado del lavamanos, el chico pronunció un "Ya vuelvo" para después salir del baño y minuto más tarde volver con un par de prendas a la mano.

—Te traje ropa para que te des una ducha, mientras te duchas prepararé chocolate y traeré galletas —el ojiazul tuvo el impulso de darle besarla al verla tan vulnerable, pero solo se limitó a plantar un beso en su frente para de nuevo dirigirse a la puerta—. Tomate tu tiempo —dijo antes de cerrar la puerta.





Tomando valor, se paró frente al espejo observando el reflejo de este. Su rostro estaba levemente salpicado de un líquido carmesí, ni que decir de su atuendo. Exhaló e inhaló profundamente antes de crear sus ojos, segundos después los volvió a abrir dejando mostrando sus ojos azules eléctricos, antes amarillo ambar. Ese tono le confirmó, el chico que mató era nuevo en ese trabajo, era inocente. Una lágrima se deslizó por su mejilla de inmediato intento limpiarla manchando por completo su mejilla con sangre. Maldicion, pensó.

Se dirigió a la bañera quitándose lentamente cada una de sus prendas, las colocó en el suelo de una manera que este no se manchara.

Se adentró a la bañera abriendo al mismo tiempo el grifo el agua helada chocó sorpresivamente contra su cuerpo, más no se sobresaltó ni emitió algún chillido. Estando debajo de la lluvia artificial se agachó en el suelo abrazando su piernas, notando como el agua que lloraba con su cuerpo se tornaba algo rojiza por la sangre.

La cabeza de la rubia estaba inundada de preguntas respecto a lo ocurrido. ¿Por qué no se pudo esperar unos minutos más? ¿Por qué mato al sujeto? Sabía que fue por la ira que sentía acumulada, pero tenía una duda que destacaba entre todo.

¿Por qué matarlo se sintió bien?

Tal vez era cierto de tal palo a tal astilla era la frase que le repetían continuamente a ella y a su progenitor. La única razón por la que estaba asustada e llorando, era por las reacciones y miradas que habían hecho los demás antes, no tenia el coraje de ver a su primo, Derek a los ojos.

Dejando sus pensamientos de lado, se dedicó a ducharse rápidamente, se lavó las manos varias veces para después seguir con la cabeza y cuerpo. Al terminar cerró el grifo y asomó su cabeza entre la cortina, encontrando la toalla que Liam le dio antes de salir, la agarro secando su cuerpo para después colocarse la ropa un pantalón holgado negro junto a una camisa blanca, claramente todo le quedaba dos tallas más grande pero era cómodo.

Cepillo su cabello rubio con el peine que venia entre la ropa, hizo bola su ropa sucia para llevarla consigo. Salió del baño deteniéndose en la puerta de la habitación Liam pero este no estaba en el interior, agudizó su oído escuchando los latidos de un solo corazón en la planta baja. Fue al encuentro con el ojiazul encontrándolo sentando en la mesa de la cocina, recargaba su cabeza en el torso de su mano, dos tazas junto a un plato lleno de galletas reposaban encima de la mesa frente a el.

—Si quieres dame tu ropa para lavarla —ofreció al notar su presencia.

—No quiero molestar más de lo debido, ya has hecho mucho —hablo por primera vez desde el accidente con una pequeña sonrisa en el rostro.

—Tranquila que no lo haces, me gusta tenerte aquí —la rubia lo miro con las cejas alzadas. Al segundo el chico pareció darse cuenta de lo que dijo ya que su rostro tomó un color rojizo—. Yo...que me gustan las galletas —se corrigió metiendose una a la boca, se acercó a la chica tomando la ropa de sus manos.

Salió disparado por la puerta trasera para minutos después regresar sin la ropa, se sentó donde estaba anteriormente e hizo una seña a la rubia para que tomara asiento a su lado.

—¿Tus padres están trabajando? —pregunto tomando un poco de la taza de chocolate que me ofrecía el dueño de la casa.

—Si y no, mi padrastro tiene turno nocturno y mi mamá se quedará a cuidar a mi abuela. Mason acababa de irse cuando llegaste —respondió Liam—. ¿Que te sucedió? Me asustaste, por un momento creí que la sangre era tuya. ¿Y primero que nada estás bien?

—Estoy bien —respondió tocando su hombro—. Lo que sucedió fue que Scott, Kira, Derek, Breaden y yo, estábamos en un fabrica con Argent y la manada de Satomi. Después llegaron mercenarios, algunos nos escondimos pero después empezamos a luchar y yo...estaba "luchando" con uno que iba a matar a la hermana de Brett hasta que perdí el control. A mi cabeza vinieron recuerdos muy dolorosos, era como si los estuviera viviendo allí mismo y cuando me di cuenta, el sujeto murió, lo maté, yo lo maté —bajo el tono cerrando los ojos.

—¿Entonces tus ojos son... —dejó la pregunta al aire cuando la rubia asintió, esta misma abrió los ojos dejando a la vista el color azul eléctrico.

Liam estaba asombrado, pero lo oculto posando una de sus manos lentamente en la mejilla de la rubia, tomó valor antes de acercarse hasta que sus narices rozaron.

—No importa el que tus ojos sean azules, tu te defendiste, defendiste a Lori. No tienes porque arrepentirte, ese sujeto iba a matar a seres sobrenaturales y tu lo impediste muertes innecesarias, no te sientas mal. Estaré contigo —susurro en un tono casi inaudible.

—¿Lo prometes? —preguntó Mackenzie de igual manera, el chico asintió impulsado sus labios con los de la rubia.





Después del beso ninguno de los dos se atrevieron a levantar la mirada. Mackenzie termino ayudando a Liam a lavar los vasos y platos que usaron, para seguido ir a la habitación del chico para dormir. Si, esta noche la chica pasaría la noche allí.

Antes de recostarse en la cama, fue al baño. Cuando regreso vio al chico sentado en la cama observando la habitación temeroso, este cuando conectó mirada con la rubia sonrió aliviado y levantó las cobijas dejándole un espacio para que se acostara al lado. Una vez acomodados, Liam volvió a escanear la habitación para después apagar la luz de la mesita.

Mackenzie cerró los ojos para caer en sueño, pero el sentir como el chico se removía con la respiración agitada, se lo impidió. También murmuraba un pequeño "No hay nadie allí, no hay nadie allí" no duró mucho así hasta que se reincorporó y prendió la lámpara.

—¿Que tienes, Liam?

—Nada —respondió tartamudeando con la respiración aun agitada.

No sabía que hacer, eso era evidente pero terminó vaciando lo último que pensó, Mackenzie se volvio a recostarse pero antes jalo al chico para que hiciera lo mismo, lo abrazo del torso su mi cabeza en este, pocos segundos después el brazo de Liam la rodeo por la cintura.

𝗧𝗵𝗲 𝗿𝗲𝗳𝗹𝗲𝗰𝘁𝗶𝗼𝗻 𝗼𝗳 𝗽𝗲𝘁𝗲𝗿 |TEEN WOLF Where stories live. Discover now