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Llegue al loft sin intención de hacer mucho ruido, había captado el aroma de Breaden, si estaba aquí seguro estaría descansando, desde que la encontramos con la manada de Brett había estado muy débil.

Pase frente a la gran habitación de Derek, al estar la puerta abierta, pude ver a la morena dormida ñ en la cama mientras queue primo en el sillón. Cerré la puerta sin hacer tanto movimiento para después dirigirme a mi habitación.

Lo primero que hice fue aventarme a la cama, mi cabeza daba vueltas a ciertas preguntas, todas relacionadas con la noticia de hoy; Malia es una Hale.

No tarde tanto en dormir, estaba exhausta. Al siguiente día, desperté casi por la mediodía.

Una vez que me había duchado e alistado, baje hacia la cocina. Deteniéndome en un pequeño armario que mi padre y Derek apartaban para mi, en este no había nada más que golosinas u frituras entre otras cosas, claro, todo de mi gusto.

Introduje algunos de los paquetes en la mochila para después dejar esta en el sofá. Me recosté en el sofá continuo, el más grande, con intenciones de pasarme toda la tarde viendo películas u programas hasta que sea la hora de salir y reunirme con Malia.

Habíamos quedado en ir a la preparatoria cerca de las siete, solo para buscar información sobre nuestra madre en la bóveda.





Por segunda vez en la semana vi de nuevo una parte del césped desaparecer y dejar a la vista unos escalones.

—Es seguro —comente al notar la mirada de desconfianza que daba Malia.

Apenas bajamos, nos separamos para buscar en diferentes sitios de la bóveda. Había perdido la cuesta sobre cuanto llevábamos aquí, lo que sí sabía era que mi teléfono se le había agotado la batería.

Todo por no cargarlo antes de salir.

—¿Algo?

—Nada. ¿Tu?

—Igual, espera —deje de buscar dirigiendo mi mirada hacia ella—. ¿Ya buscamos en la caja? —señaló la caja fuerte que estaba en medio de la bóveda, como respuesta solo me encogí de hombros.

Intentamos abrir la puerta pero estaba atascada, así que Malia uso su fuerza sobrenatural causando que la manija se rompiera.

Lo único que estaba en el interior era una carpeta con el nombre de Malia, aún lado un osito de peluche, ese lo reconocí de inmediato. Lo tome con delicadeza de alguna forma tenía miedo que se rompiera, Talia fue quien me lo había obsequiado.

Detrás sentí movimiento, no hice nada al reconocer el aroma pero Malia si, ella se había transformado dispuesta a encarar a la persona que acababa de entrar. Papa.

—Debo comprar una mejor caja fuerte —habló entre suspiros al vernos.


—Debo comprar una mejor caja fuerte —habló entre suspiros al vernos

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𝗧𝗵𝗲 𝗿𝗲𝗳𝗹𝗲𝗰𝘁𝗶𝗼𝗻 𝗼𝗳 𝗽𝗲𝘁𝗲𝗿 |TEEN WOLF Where stories live. Discover now