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—¡¿Como es que están en el equipo?! ¡Intenten anotar un maldito punto! —vocifere molesta hacia mis compañeros de equipo, apretando con firmeza el palo de lacrosse en mis manos. El puntaje en el marcador no me agradaba para nada—. ¡¿Tu que me miras, imbecil?! —esto último iba para un jugador del equipo contrario, le lance una mirada mordaz golpeando con fuerza su hombro contra el mío. Siendo solo una acaricia para mi.

—¡Si! Hale, Dunbar, esas pasiones son las que quiero en la cancha. Desaten un infierno —señaló el entrenador con orgullo desde su posición.

—Claro que es la cacería, McCall —respondí las preguntas recién formuladas por el nombrado, quien charlaba con Liam. Ambos chicos voltearon en mi dirección—. Afecta a todo ser que esté en medio de ella, sea o no sea sobrenatural.

Detuve mi andar al sentir una brisa chocar contra mi rostro, el escuchar leves relámpagos junto al rechinar de caballos me causó un malestar en el estómago. Me despoje del casco observando el entorno, las gotas de lluevia no tardaron en caer ocasionando la huida de las personas en el campo.

Corey pasando por mi lado; me tomó del brazo guiándome hasta donde McCall se encontraba.

—Están aquí —anunció el castaño al alfa retirándose el casco.

—¡Liam! —no tardó en llamar a su "primer" beta que estaba a unos metros.

Primer entre comillas, pues, todo sobrenatural que conoció a Isaac Lahey; sabrá que fue más beta de McCall que de Derek. No siempre el primer beta de la manada, es al que se le concedió la primera mordida del alfa.

—¡Los estoy viendo! —respondió de vuelta, con Gwen a su costado. Ambos con la vista al horizonte, donde tres jinetes cabalgando sus caballos se acercaban al campo desde las tinieblas.

—Son solo tres, pero no tardaron en aparecer más —murmure con una mueca de disgusto, la lluvia comenzó a aumentar increíblemente que mi cabello ya estaba completamente húmedo. Tal vez no sería necesario ducharme llegando a casa.

Esta misma lluvia hizo que las grandes luces que iluminaban el campo; hicieran corto circuito, soltando chispas en la acción. Observe cómo las personas corrían despavoridas para protegerse del agua resguardándose bajo el techo de las gradas.

—¡Vamos, árbitro! Esto apenas es una llovizna —proclamó Bobby con enojo a lo lejos cuando el mencionado hizo sonar su silbato, dando por terminado el partido.

—¡Acérquense! —ordene al ojiazul e morena que seguían en sus lugares inmóviles. Me deshice de los guantes y equipo de lacrosse estando con mas movilidad, solo por si necesitamos luchar.

—Tenemos a los tres, ¿cierto? —inquirió McCall atento, aunque eso no bastaba en nada si no poseía la visión. Mire de manera rápida a los dos chicos e Gwen detrás de nosotros, tuve que lanzarles una segunda miradas al caer en cuenta la falta de uno.

Mierda.

—Scott, eran cuatro —se adelantó a avisar el beta.

—Ahí va el cuarto —alce mi mentón señalando la dirección donde un jinete ya tenía al chico capturado, lo arrastraba en el suelo con una cuerda adornando sus tobillos. El alfa confundido por mis palabras, como única solución se agarró de la muñeca de Corey obteniendo así por fin la visión, quedando sorprendido por la escena que presenciábamos.

—No puede ser, son reales.

—¡Debemos irnos de aquí!

—Quédense aquí, los protegeremos —mire totalmente incrédula al ojiazul. ¿Nosotros contra los jinetes fantasma? Necesitaban ingresarlo a Eichen lo más pronto posible.

𝗧𝗵𝗲 𝗿𝗲𝗳𝗹𝗲𝗰𝘁𝗶𝗼𝗻 𝗼𝗳 𝗽𝗲𝘁𝗲𝗿 |TEEN WOLF Where stories live. Discover now