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—...suavizante de ropa —Malia confirmó por lo bajo, después de haber olfateado una playera del alfa; que anteriormente le fue entregada por el hijo del alguacil.

Con mis brazos en forma de jarra observé la habitación detenidamente, parando mi mirada en el mueble acolchonado donde dormía el dueño de la casa; más bien en la almohada que lo adornaba. La tome entre mis manos mientras que Stiles se adentraba al sanitario de la habitación, olfateé simultáneamente la almohada captando el distintivo aroma de Scott, justamente cuando Stiles regresaba a donde nosotras, con sus manos estiraba el elástico de unos bóxers. Que por obviedad el no era el dueño.

—No olvides que la vida de Scott está en juego —advirtió el chico cercándose a Malia, quería que esta olfateara tal pestilencia.

—Malia —la llame antes de que tuviera la prenda cerca del rostro, sin más le lancé la almohada, la cual con buenos reflejos atrapó a tiempo.

—Si eso también funciona, muy bien Kenz —lanzó los bóxers a sus espaldas sin dar una mirada a donde aterrizaron. Salimos de la habitación e bajamos al primer piso casi corriendo, encontrándonos con Liam recargado en la silla del comedor.

—Agh —se quejo abiertamente—. Liam ve a casa, no vendrás con nosotros.

—¿Por qué no? —cuestionó el mencionado observando cómo el chico pálido pasaba a su lado sin siquiera tocarlo o rozarlo.

—Porque habrá luna llena y no conduciré a Mexico solo para que me desgarres el cuello —respondió con fastidio notorio en su voz, intercambie una breve mirada con Malia posicionándonos al costado de su pareja.

—Puedes encerrarme. Encadenarme en el asiento —comentó rápidamente tratando de encontrar una posible solución.

—Rompiste las cadenas la ultima vez, ¿recuerdas? —se incluyó Malia a la conversación, con su tono típico tono impulsivo.

—Pero Kenzie estará, ella me podrá ayudar.

—Espera, ¿por que llevamos a ella? —Stiles se dirigió a su novio frunciendo el ceño, inevitablemente rodee los ojos.

—Porque si no lo haces, enterrare mis garras de una manera dolorosa en tu cuello antes de la luna llena —use un tono indiferente, alzando dedo por dedo, claro, con las garras fuera. Sonreí de lado al notar como aquella acción causó un gran nerviosismo en Stiles.

—Deberíamos congelarte en carbonita si te llevamos allí —se dirigió a Liam cambiando de tema. Eso quería decir que me iban a llevar.

—Bien, ¿donde la conseguimos?

—¿En serio? ¿No lo has visto? —totalmente indignado, dio media vuela dirigiéndose a la salida del hogar. Malia y yo lo seguimos inmediatamente de cerca.

—¡Esperen! —el que Liam se colocará en medio del camino hizo que no detuviéramos—. Pueden encerrarme en un baúl.

—Aún así saldrás de allí —acusó mi hermana mayor encogiéndose de hombros.

—Liam, llevas siendo hombre lobo durante cinco minutos. No debes hacer esto —hablo Stiles utilizando un tono más bajo; más compresivo.

—Se que no debo pero quiero hacerlo —su valentía, causó una sonrisa en mi rostro. Quería lavar a su alfa—. Debe haber cadenas más grandes o baúles.

—Tal vez si lo hay —con una sonrisa dibujada, Stiles agarró su teléfono tecleando unos cuantos números.

—¿Nos vamos ya o no? Me haré vieja esperando más —dio unos cuantos pasos a la puerta, ni bien pude traspasarla Malia me hizo retroceder jalándome del cuello de la sudadera.





𝗧𝗵𝗲 𝗿𝗲𝗳𝗹𝗲𝗰𝘁𝗶𝗼𝗻 𝗼𝗳 𝗽𝗲𝘁𝗲𝗿 |TEEN WOLF Where stories live. Discover now