O49.

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— Tracy. —la llame alargando la última letra. — ¿No crees que ya es hora de que Theo vuelva... —no termine al quedarme boquiabierta por el escenario frente a mi.

El cuerpo de Tracy reposaba interné en el suelo, sin algún signo que demostrara que siguiera con vida. Era exactamente lo mismo que con Josh, solo que esta vez había una diferencia. Hayden.

La pelinegra se encontraba apoyada en los últimos escalones, una mano cubría una parte de su abdomen ensangrentado. Soltaba algunos jadeos a causa del dolor.

Por si fuera poco, a menos de tres metros, un sujeto miraba a mi amiga con una sonrisa socarrona. El ver sus garras con rastros de sangre me daba a entender que el era el culpable.

Culpable de la pérdida de sangre de Hayden.

— ¡¿Que mierda te sucede?!. —vocifere al tipo, bajando rápidamente los escalones para seguido hincarme aún lado de la pelinegra. Esta me lanzo una mirada llena de miedo a la vez que negaba con la cabeza.

— Mackenzie. —escuche mi nombre salir por los labios de aquel sujeto desconocido.

— ¿Tu quien rayos eres?. —pregunte desconcertada pero sin bajar la guardia. El hombre no respondió, solo mantuvo aquella sonrisa, inhale lentamente llevándome conmigo el aroma de hombre lobo mezclado con el de cierto moreno. Mason.

— Sebastien. ¿O prefieres te llame Bestia?. —mi comentario causó que el tipo alargara más su sonrisa, un poco más y lo compararía con el guason.

Dirigí mi mirada de nuevo hacia el estómago de Hayden, sabía que de alguna forma yo no podía ayudarla, no si él la dañó pero podía disminuirle el dolor. Lleve mi mano a su herida sin presionar tanto.

— Debes ir a la veterinaria. —informe en un susurro.

— Tu. —Sebastien me señaló con los ojos cerrados, pareciera que olfateara algo. — Tienes una mezcla.  Mujer lobo y a lo que es el tal Parrish. —soltó una risa haciéndome fruncir el ceño.

En ningún momento retire mi mano del estómago de Hayden, ella debía tener fuerzas para llegar con Deaton, este iba a curarla, tenia que hacerlo.

— Experimentaron contigo. —concluyó después de observar el lugar. — ¿No estás avergonzada de que ya no seas un lobo?.

— ¿Quien dijo que no lo era?. —lo mire alzando una ceja. — Solo me dieron otras habilidades, mi parte lobo no me lo tocaron. Aun puedo transformé.

Un sonido distrajo a Sebastien, lo reconocía, era de las luces de Argent. En cuanto la bestia se giró dándonos la espalda hice una seña a Hayden para que se marchara, la pelinegra un poco dudativa acató mis órdenes sin emitir algún sonido.

— Eso. ¿Que es?. —cuestionó volteando hacia mi dirección, al no ver ningún rastro de Hayden hizo brillar sus ojos. Estos eran muy parecidos al azul eléctrico. — ¿Donde está la chica?.

— Déjala ir. —hable con tono agrio al mismo tiempo que me ponía de pie. — No llegará muy lejos, le hiciste mucho daño. Por lo menos deja que muera fuera de este lugar. —señale alrededor.

Claramente era mentira, Hayden tenia la posibilidad de salvarse.

Sebastien me miró unos segundos más para después quitar el color celeste de sus ojos, dio unas pasos alargando su mano, me tomó del cuello de la chaqueta.

𝗧𝗵𝗲 𝗿𝗲𝗳𝗹𝗲𝗰𝘁𝗶𝗼𝗻 𝗼𝗳 𝗽𝗲𝘁𝗲𝗿 |TEEN WOLF Where stories live. Discover now