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La rubia dejó de hablar con la asiática para dirigirse al otro lado de la fábrica, donde su familiar y la "novia" de este se encontraban. Mientras caminaba donde ellos, sin querer escucho una parte de la conversación que tenía el cazador y la alfa, Satomi.

—...tu no protegías a hombres lobo los cazabas...

—Y por eso sigo sin fiarme de él —murmuro la chica pasando aún lado de ellos.

Cuando estaba a pocos metros de donde quería llegar, una alarma sobresaltó a todos los presentes.

—Ya vienen —anunció Argent en un tono moderado.

—Debí a ver hecho un testamento —maldijo la chica Hale buscando un lugar donde esconderse.





Al no encontrar un lugar donde esconderse trepo las largas barras de metal, ocultándose entre ellas en lo más alto que pudo. El sonido de una saltar caer llamó su atención, habían lanzado humo para poder entrar.

—¡Todos al suelo! —gritó Breaden antes de que resonaran disparos, demasiados, en el lugar.

Los disparos no cesaban, solo se escucha las balas caer al suelo para seguido el cómo recargaban las armas. Mackenzie no sabía si bajar e ayudar o quedarse escondida, estaba asustada.

—¿Cuantos son? —de inmediato estuvo atenta a esa voz, era la de Derek.

—No lo se, son demasiados —están vez reconoció la voz como la de Breaden.

—¿Kenz? ¿Donde está Kenz? ¡Mackenzie! —el grito por parte de su primo, hizo a la rubia reaccionar y armarse de valor.

Saco sus colmillos junto a las garras. Dio un salto de sus escondite cayendo encima de uno de los mercenarios, lo golpeó fuertemente en el rostro haciéndolo caer nuevamente.

De igual forma siguió con los que se le acercaba. Hasta que noto como la hermana de Brett era acorralada por tres mercenarios. La rubia corrió hasta donde ellos, empujo a uno lejos de allí.

Uno de los dos que quedaban fue empujado a su derecha encima de una mesa, Scott era el causante.

Siguiendo con lo suyo se lanzó encima del mercenario restante, rasguñó su torso salpicándose de sangre a la rubia no le importó o eso parecía. Su cuerpo seguía haciéndole daño al hombre mientras que su mente era un torbellino, no quería hacerlo pero no podía parar.

Hubo un momento en que escucho la voz de su padre en su cabeza, este la animaba a seguir, recordándole las diferentes situaciones qué pasó: el abandono de su madre, el incendio que mató a la mayoría de su familia, el ser separada de su padre y Derek, eran pocas cosas pero muy dolorosas para la chica.

Escucho la voz de su padre bajar cada vez el tono hasta no escuchar nada, no solo en su mente había un silencio, si no también en el cuerpo del mercenario; su corazón ya no latía. Solo en ese momento su brazos dejaron de herir el cadaver, el torso de este estaba lleno de profundos rasguños con un líquido carmesí desprendiendo de ellos.

Lentamente se quito de encima del cuerpo asustada, se sobresalto al escuchar el tono de mensaje provenir del cuerpo. Mackenzie se agachó y rebuscó los bolsillos del antes mercenario, cuando lo encontró la pantalla se iluminó, era un mensaje del benefactor avisando que todos los contratos estaban terminados. Abajo de ese un mensaje de un contacto agendado como "Mamá", preguntaba a qué hora llegaría de la casa de sus amigos.

Ahogando un jadeo, dejó caer el teléfono observando sus manos llenas de sangre. Aquel mensaje le había confirmado que mato a un adolescente inocente.





Minutos después de que los mercenarios se retiraran, los que quedaban de la manada Satomi se reunieron a festejar. Pero ese festejo fue interrumpido por los gritos de angustia de Derek Hale y Breaden. No solo ellos el alfa, kitsune y cazador se habían unido a los llamados.

—¡Busquen a Mackenzie! —ordenó Breaden con preocupación en su voz, Satomi asintió a su manada para que acataran la orden.

—Allí está —aviso Kira señalando unas cortinas de plástico. Entre ellas estaba Mackenzie de espaldas.

—Kenzie, ¿estás bien? —pregunto Scott sin obtener respuesta.

—¿Kenz? —la llamó Derek acercándose con pasos cautelosos. Argent desvío su mirada hacia a un rastro de sangre, un cuerpo arañado se encontraba a unos metros sin vida.

El cazador llamó la atención de los dos alfas, señalando la mirada aquel cuerpo. Scott pareció entrar en un pequeño shook mientras que Satomi formó una mueca de tristeza en su rostro, había visto los ojos Ámbar de la Hale, sabía con certeza lo difícil que era cuando estos cambian a un azul eléctrico.

—Yo... —tartamudeó Mackenzie girándose—. Derek, mis ojos ya no son... —sin poder seguir solo cambio el tono de ellos, revelando un Azul Eléctrico. Unas cuantas exclamaciones de sorpresa la hicieron sentirse mal internamente, quería irse de allí. Pero antes debía mostrar que no estaba afectada—. Mackenzie se va —utilizando un tono frío se alejó corriendo ignorando los llamados Derek, Breaden, Scott y Kira.

𝗧𝗵𝗲 𝗿𝗲𝗳𝗹𝗲𝗰𝘁𝗶𝗼𝗻 𝗼𝗳 𝗽𝗲𝘁𝗲𝗿 |TEEN WOLF Όπου ζουν οι ιστορίες. Ανακάλυψε τώρα