Me sentía tan fuera de lugar.

-No digas tonterías, ven –Dijo halando de mi mano haciéndome pasar de largo por su prometido.

Caminamos por la casa y todo parecía haber cambiado por dentro totalmente. Mis ojos escanearon el lugar y algo en mi pecho se estrujo cuando vi todas las fotos familiares extendidas por una pequeña mesa. Un delicioso aroma se filtro por mis fosas nasales, olía a pollo. Rei levemente, creo que era de las pocas cosas que recordaba que mi madre hacia sin dejarles quemas. Sonreí nostálgico ante los recuerdos.

-Está cocinando, has tu entrada –Dijo empujándome a la cocina.

-No –Susurre asustado.

-Harry, no seas tonto, sabes cómo es ella –Dijo sonriente.

-Te culpare si sale mal –Dije reprimiendo una sonrisa.

-Está bien, anda –Dijo volviéndome a empujar.

Empuje las puertas de madera y divise a mi madre de espaldas frente a la estufa. Sus manos envueltas en una olla y un cucharon mientras movía rápidamente. Mordí mi labio para reprimir las ganas que tenia de reír, llorar y gritar como un desquiciado. Su hermoso pelo castaño estaba atado en lo alto de su cabeza con un lapicero mientras los cordones de un delantal se unían en su cuello y su cintura.

-Gemma, pásame la sal –Dijo sin siquiera girarse.

Escanee la cocina y note el pequeño frasco de sal en el mostrador. Me acerque y lo tome con la mano. El único ruido era el del cucharon chocando contra la olla y estaba a punto de estallar sin saber que esperarme.

-Aquí tienes –Hable extendiendo el frasco hacia ella.

Ella lo agarro sin mirar y lo echo en la olla para luego seguir moviendo concentrada. Me mordí el labio para no reírme de lo despistada que era y quise morir internamente cuando se giro hacia mí con la boca abierta.

-Harry –Dijo en shock abriendo sus labios y dejando caer el frasco de sal a nuestros pies haciendo un sordo sonido al cristal haberse quebrado con el suelo.

Sus ojos no dejaron los míos, y yo no deje los de ellas. Vi todo en su mirada; confusión, shock, alegría, nostalgia, tristeza… Vi su labio inferior temblar levemente y sus ojos cristalizarse para luego estallar en llantos y cubrir su mano con su boca. Ella no se movió de su lugar y no pude aguantar más; camine hasta ella y la abrace de la manera más delicada que pude. No quería perderla nunca más. Casi entro en pánico cuando no sentí sus brazos corresponder a mi abrazo, pero segundos después, lo hizo.

-Dios mío, si es mi imaginación, me la está jugando muy mal –Habló entre sollozos.

La apreté más fuerte contra mí.

-Mamá –Dije en un hilo de voz.

Ella sollozo aun más fuerte.

-Mi bebé, mi Harry, oh Dios mío cuanto te extrañé, pensé que nunca volvería a verte, mi pequeño, cuanto te amo –Habló entre sollozos haciendo que mi corazón latiera desbocadamente.

-Mamá, también te extrañé –Dije consiguiendo que mis ojos se cristalizaran.

Su cuerpo se alejo del mío dándome un aire de perdida que temía. Pero sus manos fueron hasta mis mejillas sosteniéndolas para luego escanear mi rostro delicadamente con una gran sonrisa, ojos y mejillas rojas.

-Mira qué guapo y grande estas, mi bebé –Dijo ahora envolviendo sus brazos en mi cuello.

-Todo el crédito a mi madre –Dije sonriendo hundiendo mi nariz en su pelo.

Trouble |Cancelada|Where stories live. Discover now