Capítulo 49

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Narra Harry:

-¿A dónde vas? -Preguntó mi abuela cuando me vio atravesando la puerta principal.

-Solo iré a caminar -Dije haciendo una mueca.

Yo no debo de darle instrucciones a nadie.

-Oh, supuse que no te ibas porque has dejado a tu novia allí arriba -Dijo dejando la regadera a un lado.

Negué con la cabeza mientras miraba hacia la puerta a mis espaldas.

-Déjalo ir, no es mi novia, solo quería molestarla -Dije sintiendo como las comisuras de mis labios se levantaban.

-Tampoco no es como si no te gustara -Dijo caminando hacia mí con una sonrisa. Bufé rodando los ojos. -Vamos Harry, los años que llevo encima no han sido en vanos -Dijo dando una risita.

-Bueno -Dije volviendo a rodar los ojos cuando sentí como envolvió sus brazos a mi alrededor.

-Te extrañé pequeño, y estoy seguro que tu madre y tu hermana igual lo han echo -Dijo consiguiendo que me tensara entre sus brazos.

-Me voy -Dije saliendo de su agarre para salir a caminar por las calles de Holmes Chapel.

Mis pies chocaban contra el asfalto a medida que avanzaba lentamente con mis manos enterradas en los bolsillos delanteros de mis jeans. Nostalgia me invadió a medida que miraba mis alrededores, ha pasado tanto tiempo que me siento como si ya no perteneciera aquí. Seguí caminando mientras los recuerdos me invadían poco a poco.

Llevaba alrededor de media hora caminando sin rumbo alguno y cuando quise darme cuenta estaba frente aquella casa que había ocupado 14 años de mi vida. Mis labios se secaron mientras notaba que todo seguía igual; el jardín delantero de mi madre perfectamente cuidado, la pintura blanca cubriendo la madera que sostenía la casa, el camino de piedras que llevaba hasta la puerta principal y aquella campanilla que colgaba del marco de la puerta.

Todo parecía lo mismo y mis ojos escaneaban la casa una y otra vez mientras mi mente iba hasta aquel día donde decidí dejar todo atrás, y construir mi propio camino, uno muy jodido.

Entré aquella última remera en mi mochila mientras miraba mi habitación una y otra vez. No se me quedaba nada, lo sé. Agarré un par más de zapatos y los entré a la mochila tratando de cerrarla con un poco de dificultad. Un suspiro salió de mis labios mientras colocaba la mochila sobre mis hombros y salía de la habitación cerrando la puerta despacio para no hacer ni el más mínimo ruido para no despertar a mi madre o a mi hermana.

Saque de mis bolsillos aquella pequeña carta que había escrito la noche anterior y la puse sobre el mostrador de la cocina. Cuando estaba a punto de salir de la casa dirigí mi mirada hasta la carta. Patético. Si la llegaban a leer, me irían a buscar y eso no es el punto de todo esto. Quite la carta del mostrador y la rompí en pedazos para tirarla en el basurero. Volví a caminar hasta la puerta y dandole una última mirada a todo, salí de aquella casa.

-¿Estás listo? -Preguntó Louis una vez que estuve afuera.

El llevaba, al igual que yo, una mochila colgando su hombro. Fruncí el ceño.

-Louis, ya hablamos de esto, esto es cosa mía -Dije apretando mis puños a mis costados.

-Te dije que no iba a dejar irte solo, y si te resistes, gritaré a los cuatros vientos a ver si te irás -Enarcó una ceja.

Bufé pateando una pequeña piedra.

-Bueno aquí viene -Dije al notar una camioneta negra desde el final de la calle.

Trouble |Cancelada|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora