Trouble |Cancelada|

Capítulo 17

-Un gusto volver a verte, niño –Sonrió lobunamente.

Mis ojos no podían creer lo que estaban viendo. Tragué saliva mientras los recuerdos volvían a mi mente.

-Franco –Dije fríamente.

El amplió su sonrisa mientras tomaba asiento.             

-Me enteré que has estado jugando al gato y el ratón con uno de mis chicos, Harold –Dijo.

Odiaba que me llamaran así, todos estaban conscientes de eso. Incluyéndolo. Lo miré ceñudo.

-¿Uno de tus chicos? –Alcé una ceja.

-Sí, a Collins –Dijo mirando sus pies de manera indiferente.

Me quedé pasmado para luego mirarlo con burla.

-¿Collins? Tengo entendido que trabaja para Austin Smith –Dije de manera insinuante.

-Te mintió –Se encogió de hombros.

No evité largar una carcajada debido a que era prácticamente imposible el hecho de que me hubiese de mentido.

-Tú estás mintiendo –Reí. –Busqué en el sistema y Austin tiene un record muy largo de vandalismo junto a una identificación donde dice ser el jefe de los Satan Angels –Dije seguro.

-Oh pequeño Harry, no eres el único con un hacker de tu lado –Dijo sonriendo ampliamente.

Sus ojos eran verdes, igual que los míos. Desgraciadamente, tenía muchos rasgos tanto físicos como interiores que he heredado de él y es una carga que llevo diariamente. Mi seguridad se esfumó dando paso a un profundo ceño fruncido. No podía estar tomándome el pelo.

-No creo que él sea tan estúpido como para mentirme sabiendo que podría pegarle donde más le duele en menos de un segundo ¿y sabes qué? Creo que si le pegué –Dije burlonamente.

El negó con auto suficiencia con su cabeza. Una pequeña sonrisa quería salir de su rostro mientras yo cerraba mis puños a mis costados.

-El estaba seguro de su equipo –Afirmó.

La seguridad e indiferencia que emanaba su cuerpo hacia que mi furia creciera considerablemente. No puedo creer que me haya mentido aquel mocoso, eso era imperdonable. Estuve tan seguro.

-Tan idéntico a tu padre –Lamió sus dientes con sorna. –Tan estúpido ambos y a la vez tan ingenuos –Se burló poniéndose de pie.

Respiré profundamente.

-No llames a mi padre así –Escupí.

El caminó hacia mí.

-Por eso el nunca llegó a nada en este mundo y tu tampoco lo harás, debes aprender a separar los sentimientos del trabajo –Dijo.

Se dio la vuelta. Y antes de que pudiera pensarlo empecé a hablar.

-Haces todo esto por envidia ¿no? Envidia de que todo lo que pudo tener mi padre y tú no –Dije.

El se giró y me miró oscuramente.

-No sabes de lo que estás hablando –Dijo.

-Créeme que sí –Hice una pausa. –Sé perfectamente porque eres como eres, la envidia hace cosas inimaginables ¿no es así, querido tío? –Sarcasmo se distinguía en mi voz.

Permaneció en silencio. Yo tenía la razón y él lo sabía.

-Sé porque quieres alejarte de los sentimientos, es decir, ¿Por qué querer tenerlos cuando nunca has sentido alguno de ellos? Nunca supiste lo que es amar, ni ser amado. Creo que el único sentimiento que has podido sentir es el de odio y envidia. Sentimientos oscuros que solo han hecho que te vuelvas nadie porque eso es lo que eres. Crees que eres feliz andando de puta en puta como si no hubiera un mañana pero tú y yo sabemos que al final del día cuando llegas a casa, quieres a alguien a tu lado para que te exprese cada uno de los sentimientos que tienen hacia ti, aunque no creo que alguien vaya a sentir algo hacia ti –Me burlé.