Sentí como el rubio rió de repente, completamente perdido en el alcohol, al igual que yo.

-Te necesito, a solas.

Dijo con algo de dificultad mientras nos besábamos.

Sonreí y jalé su labio inferior mientras lo mordía.

Me tomó de la mano con fuerza y caminé siguiéndolo, intentando no caerme.

Salimos de la casa y llegamos hasta su auto.

Ross se recargó en la puerta y me lancé a besarlo, sin intenciones de parar.

-¿Y si mejor terminamos esto dentro?

Me dijo de repente, hablando del auto.

-No quiero hacerlo así, ¿entiendes? Si vamos a hacer esto, quiero que sea especial, Ross, no en la parte trasera de tu auto.

Dije riendo.

-Esta bien, tienes razón.

Me dijo mostrando una bonita sonrisa y lo besé de nuevo.

Ross dejó también pequeños besos sobre mis labios, y después regresamos con el resto.

[...]

No era tan especial como habíamos quedado, pero si era más decente.

Por lo menos era así como quería recordarlo.

Me cargó mientras estaba recargada en la puerta de su habitación y me llevó hasta la cama.

Me dejo ahí, acostada, y en medio de un ataque de risa.

No sabía si era por nervios, o gracias al alcohol.

Se colocó encima de mí, sin aplastarme.

Recorrió mis labios con su boca, besándome con mucha pasión, hasta después bajar por mi cuello y terminar su camino en mi pecho.

Se deshizo de mi falda y lo atraje hacía mí, con bastante desesperación.

Tomé el control de la situación, sentándome sobre sus piernas y desabrochando su camisa con mucha rapidez.

Los jadeos de Ross, desesperado por tenerme entre sus brazos, se hacían cada vez más presentes. Arrojé su camisa hacia el suelo y Ross me sacó la pequeña playera que llevaba.

Besó mi pecho y dejó algunas marcas, que más tarde se tornarían rojizas.

Gemí ligeramente en cuanto besó mi cuello de nuevo y apretó mi trasero.

Me levanté, para quitarme la falda y desabrochar su pantalón.

Me hinqué frente a él, mirándolo a los ojos y buscando el botón de su pantalón.

Bajé el cierre de la cremallera y después me deshice de su pantalón, arrojándolo por ahí.

No me hubiera atrevido a hacerlo, pero el alcohol te ayudaba a muchas cosas.

De repente sucedió, finalmente pasó, y no me arrepentía de ello.

Mordí su labio mientras lo besaba, controlándome de lanzar un fuerte gemido, al sentir como entraba poco a poco.

Ross colocó sus manos sobre mis caderas, indicándome como debía moverme, al compás en que él también se movía debajo de mí.

Cerré mis ojos y mantuve mi espalda bien recta, mientras sentía las primeras oleadas de placer pegarme.

Tomé el cabello de Ross con fuerza y él dio una fuerte estocada.

Gemí su nombre con fuerza y lo observé sonreír.

Me tenía en el mismo cielo, y no quería parar.

Rasguñé su espalda, enterrando mis uñas y dedos con fuerza mientras que parecía que ambos pronto llegaríamos.

Ross embistió un par de veces más contra mi cuerpo, con bastante fuerza, hasta dejarme sin aliento. Arquee mi espalda y lo besé en cuanto ambos terminamos.

Miré sus ojos mientras me dedicaba a besarlo.Probablemente había cometido un error al enamorarme de Ross, cuando todavía sentía algo por Daniel, pero esto podía cambiar todo.

Este momento, y el resto de recuerdos nuevos que ahora tenía con Ross.

Tal vez si valía la pena, o tal vez no.

Lo único que quería hacer por el resto de la noche, era dormir a su lado, siendo rodeada por esos fuertes brazos, sintiéndome protegida por Ross.







***

En la multimedia, Ross Lynch.

ESPERO LES GUSTE EL CAPÍTULO, RECOMIENDEN LA HISTORIA SI LES ESTÁ GUSTANDO.

No olviden dejar sus comentarios y sus votos, y muchas gracias.

-FeernandaR5.

No Te Enamores // Ross LynchDonde viven las historias. Descúbrelo ahora