Capítulo 50: Almuerzo familiar de domingo.- Luis

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Abracé a mis abuelos y salí de la casa acompañado de mi madre, me llevaba de la mano hasta mi hermosa morocha.

La extrañaría, extrañaría a mi mamá conmigo, pero ya había pasado por mucho. Cuando los periodistas se calmasen y ya fuésemos noticia vieja, ella volvería a casa. Seríamos una familia de verdad, de dos, pero una familia.

─Te amo hijo...─ me abrazo fuerte llorando, la acurruque entre mis brazos, es tan pequeña y frágil─ Perdóname, perdón por no protegerte...

─Ya mamá, te perdono, tranquila...─ lloré de tristeza de ver la culpa en sus ojos, ella no era culpable, era una víctima más. Agarré su rostro entre mis manos para que me mirase a los ojos─ Todo estará bien, estaremos juntos, de ahora en más, siempre juntos ¿sí?─ asintió y me sonrió. La volví a estrujar entre mis brazos.

Luego de un rato la solté, ya estaba más tranquila, sonriente, me despedí de ella y me marché, viéndola por el espejo retrovisor cómo me saludaba con la mano, sonriente y libre del infierno en el que vivió gracias a mi padre.

Ese día, Cristal debía ir a declarar, su padre me avisó que la acompañaría. Aunque sabía que por más que yo deseara estar con ella, ella no lo quería.

Le estaba dando espacio. Pero me estaba hartando del puto espacio. La quería conmigo, quería abrazarla, besarla, oírla reír y gemir. La extrañaba en todos los sentidos.

Tincho me había aguantado todos esos días de malhumor y desesperación. Me había aconsejado y controlado. Debía ser paciente con ella... Maldita sea.

Gabriel ha tenido lo suyo también, después de todo su padre a pesar de ser un cretino, dejó todo a su nombre y al de Paulina. Aunque varias cosas han sido embargadas por "procedencia dudosa", aún son asquerosamente ricos. Él podrá estudiar como quería. Lo cual me hizo inmensamente feliz, de todas formas yo ya había planeado convencerlo de que aceptara mi dinero para pagar sus estudios, pero sabía que me costaría convencerlo, es un tipo muy orgulloso.

Pau está en una clínica bajo tratamiento. Su estado es muy delicado, estaba muy inestable. Nos enteramos que los muy malditos la usaron para probar distintas drogas, alteraron su sistema nervioso, su cerebro está desequilibrado.
Sentía pena por ella, la quise, y amo a Gabriel, verlo triste por ella me partía el corazón. Lo que le hicieron a Pau, no tiene nombre, esos hijos de puta no merecen vivir. Bueno, los que quedan. Y ojala Elián me perdone por pensar así.

Tras horas de viaje, al fin tenía señal en el móvil, éste empezó a sonar insistentemente. Lo revisé intrigado y eran llamadas perdidas de mi bella. Mi corazón comenzó a latir con fuerza en mi pecho, el miedo a que algo pase volvió a aparecer, el miedo a perderla me congelaba.

Marco el número que me sé de memoria.

Un pitido.

Dos.

Tres.

─Hola...─ una adormilada Cris me contestó, el alma volvió a mi cuerpo. Está bien, mi bella está bien.

La desperté, eran casi las tres de la madrugada ─Hola, hermosa...estoy regresando de casa de mis abuelos, no hay señal en la ruta...

─Oh...claro─ la oí bostezar─ me quedé dormida leyendo, creí que estabas enfadado...─ ¿yo? Nunca mi bebé.

─No amor, no puedo enfadarme contigo...

─Pues deberías...─ con tono muy suave hablaba─ Te he ignorado mucho...perdón Lu, sólo necesitaba procesar las cosas...

─Te amo Cristal, no tengo nada que perdonarte... ─ oí su respiración aliviada─ Te extrañe, ángel...

─ Mañana ven a desayunar conmigo, y quédate todo el día, así hablamos y arreglamos esto, mamá y papá saldrán de la ciudad, me dijeron que debes ser mi custodio personal...─ su voz sugerente al decir las últimas palabras ya me ponían a mil. Ésa nena me incendia al instante, odio que tenga ese poder sobre mí.

JUNTOS (#SYPS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora