Capítulo 46: No me importaría ir a la cárcel. - Luis

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LUIS

Acababa de acercar a las chicas a casa luego de que el idiota de Gabriel actuara como un simio insensible e inadaptado en el parque donde estábamos disfrutando la tarde.

 ─Bueno, amor, nos vemos más tarde, te envío un mensaje...─ ansiaba pasar esa noche con mi bella, entre tanto plan y plan casi no tenia tiempo para estar con ella. Las cosas para destruir el infierno iban viento en popa, o sea bien.

─Claro cielo, te espero─ me beso tiernamente y ambas bajaron del auto. Ash se despidió con la mano y una débil sonrisa... Me partió el corazón ver a la morocha llorar, sé lo que duele cuando algo anda mal con quien amas, quería partir la nariz de Gabriel por hacerla llorar y tratarla de esa manera tan brusca, él no tiene derecho de eso, ni él ni nadie. Me contuve por el hecho de no armar toda una escena en mitad del parque y delante de las chicas. Pero ya hablaría con él...

Tenía que ir a casa a por unas cosas que debía mostrarle a los chicos, habíamos quedado en reunirnos en casa de Elian, nos dijo que era seguro,  eso esperaba...su padre no era de confiar, después de todo, él era uno de los jefes. Javier, el traidor, pero un jefe al fin... Nos había dado la información necesaria.

Ir a la casa de mis padres me molestaba infinitamente... No por mamá, ella era una víctima, sino por el idiota de Augusto Harris, mi padre. El culpable de la muerte de Sofía, y de todo lo malo que me ha sucedido.

Cuando era niño quería ser como él, quería ser abogado, proteger los derechos vulnerados de los más débiles, pero fue cuando cumplí quince que supe y entendí que el trabajo de mi padre no era para nada noble, al contrario, era un corrupto, arreglaban juicios, compraban jueces, los delincuentes le pagaban con cosas robadas...incluso mi padre les decía a quién robar, dónde robar y hasta los horarios. Yo utilizaba el auto de mamá para seguirle los pasos a mi padre...le descubrí una amante, un departamento, otros socios y otra cuenta bancaria. Ser policía o detective se me cruzó por la mente entonces. Aunque ame el derecho, es un mundo en él cual uno se corrompe fácilmente, o se acostumbra a no ser honesto, a ser de doble cara, uno se vuelve frío y materialista. 

Aún no sabía qué rumbo tomar...la medicina me gustaba también.

Llegué a casa de mis padres...decidí tocar timbre, por el horario, de seguro sólo estaría mamá en casa.

Esperé unos segundos eternos a que alguien abriera la puerta.

Al abrirse vi esos ojos, iguales a los míos ─Hola...─ sólo eso logré decir.

Tiene su rostro magullado, de nuevo. Mi padre la había golpeado, otra vez...no sé qué esperaba para irse ¿morir acaso? Cada vez que eso ocurría yo deseaba matar a mi padre y todas las veces que estaba por golpearlo, por darle lo que se merece, ella se interponía, lo defiende, según ella lo ama y no puede vivir sin él, una relación tóxica se queda corta comparada con esto...son dos enfermos, él la volvió loca. Es su víctima, la manipula a su antojo...al principio me enojé mucho con ella por elegir a un hombre antes que a su hijo ¿qué tipo de madre hace eso? Pero luego entendí que es una madre enferma, una mujer reducida, traumada, rota...

─Hola hijo, pasa─ soltó unas lágrimas que dañaron mi corazón─ No sabes lo mucho que te extraño...

─Sólo vengo por unas cosas...ya me voy─ entré y caminé a las escaleras, quería buscar algo para abrir una puerta, pero antes de llegar sentí sus brazos alrededor mío, me estaba abrazando, sentí sus lágrimas humedecer mi espalda.

─No te vayas...─ susurro─ Va a matarme... Por favor─ me giré y tomé su rostro ¿qué mierda le ha estado haciendo? Estaba amarilla, ojerosa y más delgada.

JUNTOS (#SYPS)Où les histoires vivent. Découvrez maintenant