Ella: su ángel.
Él: su infierno
"Convertí mi mundo en un lugar sombrío y peligroso, hasta en el peor momento de la historia tuve la oportunidad de huir. Pero yo misma elegí ser consumida por mi propio infierno llamado Luis Harris"
¡Bienvenidos al in...
─Voy a bajar al sótano no te muevas de acá─ me dice Pau levantándose de la cama, veo por un instante su hermoso trasero desnudo, se deja caer el vestido y sale, es una diosa, no puedo creer que anoche por fin logré acostarme con ella.
Ya es más del medio día, el sol se cuela bastante por la ventana de mi palacio, o sea, ésta casilla de mala muerte. Tomé demasiado anoche, gracias al cielo tengo medicamentos para la resaca.
Desde que llegué me prohíben acercarme al sótano no sé qué carajo esconden allí. Igual no me interesa, soy un rey en las carreras, ahora tengo a una maravillosa mujer que me deja meterme en sus bragas y a mis locos amigos, lo mejor es que no tengo que soportar a los imbéciles que dicen ser mi familia. Todo va mejorando, aún Sofí duele, me duele horrores, pero mientras estoy aquí casi nunca estoy sobrio, eso ayuda a no recordarla. Me ayuda mucho estar aquí, El Infierno me saca de mi propio infierno, irónico ¿no?
He ganado 5 carreras, y mucho dinero, si bien podría tener una beca en una buena universidad, necesito el dinero para mantenerme mientras estudie, mi padre no acepta que no estudie Gestión de Empresas, yo quiero ser médico, quiero ayudar a las personas, lo mío no son los negocios y papá no pagará mis estudios si no hago lo que él quiere. Cuando me vaya si que voy a extrañar este sitio, y voy a extrañar a los chicos, más que nada a Gabriel, él sí que me entiende.
En fin, tengo que seguir ganando carreritas, se siente bien la adrenalina, y si choco y muero al menos moriré feliz, si señores, me da igual morir. No tengo un motivo para vivir. Ni siquiera uno.
Cada vez que pienso en Sofí y en nuestro retoño, sólo deseo morir, quiero irme con ellos, no consigo encontrar algo que me complete, que me haga sentir esperanza nuevamente, que me dé una razón para vivir, mi futuro se fue con ellos, lo sé, daría todo por poder ver los ojos negros de mi Sofí. Aunque sea una vez más.
─ ¿Me extrañaste imbécil?─ es Pau entrando a mi palacio, su voz me saca de mis lúgubres pensamientos, esta chica me vuelve loco, la deseo tanto, pero no es más que eso, sólo sexo, creo que jamás volveré a amar, no necesito volver a hacerlo.
─Extrañe tus tetas─ digo sonriendo, esta chica sí que es mala, y le gusta que la traten mal.
─Estarías loco sino lo hicieras─ su voz es melosa, coloca una mano en cada uno de sus pechos y los aprieta, esa maldita sonrisa sexy aparece en sus labios carnosos. Mierda. Ya me lo puso duro.
─ Nena a la cama, te voy a coger MUCHO─ en un instante ya está desnuda sobre mí.
Luego de varios revolcones Pau se va, me dejó algo adolorido, esa chica es salvaje, igual no es nada que no pueda soportar.
Tengo que levantarme, los muchachos quieren mostrarme la corona que me hicieron, según Ángel, la corona quedó genial y hasta tiene efectos especiales, ya que esta noche es el aniversario del descuartizamiento en el campo cercano a este lugar, queremos hacer un buen show.
Si señores, celebramos un hecho atroz... pero bueno, es el infierno ¿que esperaban?
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