Capítulo 25: Siempre conmigo- Cristal

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CRISTAL

─Nena iré por café ¿sí?─ oí decir a mi novio mientras se levantaba de la silla, asentí lentamente con la cabeza.

Nos encontrábamos en la fría funeraria, si, todos estábamos aquí, mis padres saludaron a los chicos y se los presentó Luis, dieron sus condolencias y se sentaron a mi lado. Mis tíos se encargaron del protocolo de papelerías que se hace en casos de fallecimiento, mi madre no podía lidiar con eso

Es todo un sucio negocio por lo que les escuché hablar.

Plata y más plata.

Hemos estado sentados durante horas junto a un cajón con los restos de mi abuela, aunque todos sabemos que ella ya no está, ni aquí, ni en ese cajón, su alma, su esencia, se fue.

Nos dejó.

Me dejó.

Ni siquiera podía acercarme al cajón, no quería ver su cuerpo pálido, tocar sus manos frías, prefiero guardar en mi mente la imagen de ella sonriendo. Sí, eso es lo que quiero hacer, mi hermano, por su parte, no se había alejado ni un segundo del cadáver, porque sí, al fin y al cabo eso es.

Odiaba estar ahí.

Sin embargo el velatorio es una costumbre tradicional, y abue creía en él. Una vez hablando sobre las personas que se van me dijo que el velatorio es una forma de despedida, un momento de reflexión y aceptación de que el ser amado ya no está.

Pero no me dijo que dolería.

Jamás imaginé que algo me dolería tanto.

También me dijo que cuando se sueña con el ser que se fue hay que llevarle flores al cementerio, porque esa persona está reclamando que la recuerden.

Abue creía en muchas cosas.

Observé el reloj colgado de la deprimente pared color gris, marcaba las ocho de la mañana. La aguja se movía lento, el día era interminable.

Horrible.

Quedaban cuatro horas, sólo cuatro horas y era el fin.

Mis ojos estaban doloridos tanto llorar. Mi mente no paraba de recordar como flashbacks de momentos vividos con abue, cumpleaños, cenas, medias tardes, noches de novelas, ella junto a la estufa tejiendo mi chaleco rosado preferido...mierda. Era una puta pesadilla.

Inútiles doctores.

Sentía las lágrimas de nuevo salir por mis ojos.

Era una pesadilla...no podía ser real.

Había muchísima gente en el lugar, todos con flores hermosas, observé a personas tristes, no los conozco, unos llorando, tampoco los conozco y había otros contando anécdotas de momentos vividos junto a mi abuela, sonriendo amargamente, me hubiese gustado conocerlos. Todos amaban a mi abue, era imposible no hacerlo.

El día pasó lento, muy lento, demasiado. Los chicos no nos dejaron solos ni un minuto. Son buenos amigos después de todo.

Obviamente Ash tampoco se fue, hasta dormimos sentadas y abrazadas. Es una de las personas que comparte mi dolor.

Es muy shockeante darte cuenta que en un instante todo puede cambiar, la vida y la muerte ocurren sin siquiera imaginarlo. Solo pasa. No alcanzas a asumirlo. Gente buena muriendo porque si... Y tanta otra gente de mierda respirando sin problema. Injusto, eso es lo que es, es injusto que ella se fuera.

Sí Dios, eres injusto.

Al mediodía llevaríamos a mi abuela al cementerio de la ciudad. No quería que llegase ese momento. Ese sí que sería el adiós definitivo. Nunca más la vería.

JUNTOS (#SYPS)Where stories live. Discover now