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Kim SeokJin había enviado un mensaje al móvil de YoonGi pidiéndole de manera cortante su ubicación, pues en los últimos periodos no se había chocado con él en los pasillos (lo que era bastante usual). Pero descuiden, SeokJin realmente no está molesto con Min, simplemente le gusta actuar de manera dramática y hacer que Yoon se rompa la cabeza tratando de disculparse con él.

Aunque cuando entró a la biblioteca; después de que sus bellos ojos observaran a la joven y amargada bibliotecaria, después de que su perfecta nariz detectara el olor combinado de los libros nuevos con los viejos, y que todo su encantador ser se dejara envolver por la paz del lugar, se había encontrado con la escena más tierna y extraña en la que Min YoonGi estaría implicado.

Jin hasta se atrevería decir que eran el uno para el otro. El hecho de fijarse en como Kim NamJoon sujetaba las mejillas de YoonGi juguetonamente y con sumo cuidado para luego regalarle una sonrisa de hoyuelos, le hacía querer estar envuelto en un romance también.

Con una postura indiferente y fingiendo un mini drama, se dirigió a la mesa de los tortolitos, los cuales en un rápido movimiento se separaron por la vergüenza de que alguien más los estuviese viendo.

—Llegué a una sola conclusión, Min YoonGi—la voz de SeokJin preocupó al antes mencionado.

NamJoon empujó levemente el hombro del pelinegro con el propio; el gesto hizo que el castaño entrecerrara los ojos curioso.

El pálido suspiró haciendo aquel típico tic de nerviosismo de masajear su cuello, ese que NamJoon adoraba desde que lo conoció—. Jin... sé que muchas veces arruino las cosas.

—Yo también sé eso—Jin agregó.

—Eso no es cierto—pero NamJoon interrumpió.

El pelinegro suspiró—. Lo siento, no debí gritarte y exigirte cuando también es mi culpa.

SeokJin bufó en medio de una sonrisa.

—Ya sé, ya sé; no fue tu intención...—sonrió jovial—. Y es mi culpa porque no debí en insistir con lo de la chica—rodó los ojos dándose cuenta de su error.

—¡Pero!—exclamó el castaño recibiendo de inmediato un regaño de la bibliotecaria—. Pero... me debes un postre—habló más bajito. 

Min chasqueó la lengua aceptando el pedido del muchacho de espalda ancha.

—Cambiando de tema, tenemos un problema en cuanto ya saben que. Estuve analizando la situación y sólo tenemos dos opciones; piden ayuda a sus madres para que finjan que existe tu hermana o...

—Le dices la verdad a JungKookie—finalizó NamJoon.

—¿Que le diga la verdad? ¿Están locos?

—¿De qué otra forma lo evades si no hay actuación de por medio?—SeokJin preguntó.

Kim NamJoon debatía consigo mismo; nunca se imaginó reencontrarse con Min YoonGi, tampoco unirse a un complot con Min YoonGi y por último enamorarse de Min YoonGi.

Dios, en qué cabeza cabe. NamJoon tenía un plan y tan pronto como Jin dijo sus posibilidades, pensó en que no había otra solución.

—Entonces unamos la actuación a la verdad—el moreno respondió cortando el silencio.

—¿Y cómo haces eso?

—Si Yoon le cuenta una verdad distorsionada a JungKookie, el nivel de riesgo disminuiría en un noventa por ciento.

SeokJin bufó—. En todo caso, sería mentira tras mentira.

—No lo entiendes...—NamJoon colocó sus manos sobre la mesa con un tono de voz decidido—. YoonGi lo busca, le pide hablar con él y le suelta la verdad.

—¿Y luego qué? ¿Huyo nada más?—el pelinegro en tono enojado preguntó.

—Dile que es un proyecto; cariño, sé que no estás aquí sólo porque tú mamá decidió mudarse y cambiarte de escuela—YoonGi escapó de la mirada de Nam con un sonrojo, haciendo que Jinie frunciera el ceño otra vez.

—¿De qué hablas ahora?

—Estoy seguro que tuviste problemas con tu disciplina en el antiguo instituto, así que le dirás a JungKook que tuviste que fingir ser dos personas al mismo tiempo como castigo, que tenías que hacerlo para no tener problemas con el trámite de inscripción aquí.

—Eso suena descabellado...

—Descabellado, pero menos trágico. Le puedes agregar que el lugar era muy estricto y que sus castigos eran muy extremos.

Jin asintió pensativo—. Tiene sentido, es perfecto. Pero tienes que decírselo hoy.

El timbre para cambio se dejó escuchar a lo lejos haciendo sobresaltar al castaño—. Me tengo que ir—tomó sus cosas rápidamente—. No puedo perderme una clase más y YoonGi, es la mejor opción—Jin pareció volar con la velocidad con la que salió del lugar.

NamJoon suspiró abrazando el cuerpo al lado suyo—. No tengas miedo, Yoon... todo saldrá bien.

—Entonces... iré a buscarlo...

—¿Quieres que te acompañe?—NamJoon preguntó amable.

—No, está bien así.

—Bien, entonces iré a hablar con Tae.

Min YoonGi elevó aquella cejita con curiosidad alejándose de los brazos del moreno—. ¿Con Tae? ¿Como para qué?

—No he tenido tiempo para poder hablar con él y merece una explicación; además, se la pasa con HoSeok todo el tiempo, creo que está evitándome.

"Pues que siga así"

—¿Y qué se supone que le dirás?—el tono de voz hizo sonreír a NamJoon.

—Le diré que me gustas y si cree que es buena idea pedirte que salgamos como una pareja de verdad—NamJoon se acercó y le regaló un besito en la mejilla—. YoonGi, eres un gatito celoso.

—¿Por qué eres tan tonto?—le regañó.

—Sólo soy así cuando estás conmigo; me conviertes en un tonto.

YoonGi lo golpeó—. ¡Ya deja de ser cursi!—gritó en un murmullo.

Los hoyuelos se dejaron ver con orgullo—. Ven aquí—susurró cerca de aquellos pequeños labios; esos que no se callaban, esos que decían groserías, esos que devoró una vez más con los libros siendo testigos de ello.

Min YoonJiWhere stories live. Discover now