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Taehyung se encaminó a su salón de clases, ya que él y el peligris tenían un año de diferencia.

Aunque Kim NamJoon fuese un alumno reconocido por su ingenioso cerebro y lo bien educado que era, no tenía el gran poder (como Tae) de poder desenvolverse en la sociedad estudiantil.

Así que, cuando su cuerpo cruzó la puerta del salón, pocos alumnos se giraron a saludarlo y ésto lo llevó a buscar un lugar vacío para no seguir sufriendo por el insesante estrés de un nuevo año escolar, a diferencia de su amigo él no estaba muy emocionado.

—¡Buenos días!—la voz grave de aquel hombre de algunos cuarenta y algo, pero aún así joven de rostro, hizo que los alumnos se sumieran en silencio de respeto.

—Soy Jung YunHo, su maestro guía, y estaré a cargo de ustedes hasta que finalice el año. Impartiré las clases de japonés, inglés, historia y... matemáticas.

Los lamentos con desgana se escucharon por parte de los alumnos por parte de la última palabra; NamJoon y su nuevo maestro sonrieron con burla.

—No se preocupen, aquí nadie perderá—sonrió—, antes de que me olvide, mañana empiezan con uniforme escolar, es una regla.

Más quejas.

—Silencio... Quiero presentarles al nuevo alumno que nos acompañará hasta el final del ciclo.

Los ojos curiosos esperaron cautelosos, incluso el peligris. No era normal que alguien entrara hasta el segundo año, o al menos nunca había pasado en su estadía.

"¡Oh, qué suerte!"

Los murmullos de los alumnos se hicieron presentes cuando el pelinegro cruzó la puerta.

—Bien, hijo, preséntate por favor—JunHo pidió amable.

—Min YoonGi.

"¡Qué cortante!"

De nuevo, los murmullos. Jung frunció el ceño—. ¿Algo más que tengas que decirle a tus compañeros?

El pelinegro le vio poco amigable—, ¿debería?

—¿No...?—el maestro le temió por un momento—. ¡Bien! ¿Qué te parece si vas y te sientas junto a...?

YunHo era nuevo, así que NamJoon no entendía por qué hacía el esfuerzo de llamarlo por su nombre mientras sus ojos se achicaban como si tratara de reconocerlo.

Así que en un intento por ayudarlo, se señaló a sí mismo haciéndose resaltar entre los escritorios de hasta el final—. ¡Sí, junto a él!

Min YoonGi caminó sin prestarle atención a las miradas de los que serían sus nuevos compañeros. La mueca de desagrado no se hizo esperar al notar al muchacho con el que había chocado antes, y Kim NamJoon, obviamente, no evitó sentirse ofendido.

—Empecemos...—la voz de Jung YunHo fue perdiendo el volumen para el peligris, quien no podía dejar de ver el perfil de su nuevo compañero.

Asombrado de que un rostro tan sereno como el del pelinegro fuese tan explosivo.  

Min YoonGi empezó a sentirse agobiado; su pie se movía inquieto al igual que sus piernas, y de vez cuando sus ojos miraban al joven de su lado.

Min YoonJiWhere stories live. Discover now