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—¡Mierda!—exclamó con molestia y un poquito de desesperación.

—¡Min YoonGi, cuida esa boca tuya!—gritó su madre desde el segundo piso. El muchacho tapó su boca con ambas manos.

El pelinegro se asombraba con el poderoso sentido auditivo de su mamá; la mujer estaba viendo su drama de las tres de la tarde mientras doblaba ropa, ¿acaso es un ser de otro planeta?

Después de la partida de NamJoon, se quedó pensando en las posibilidades de echarse para atrás y devolverle la faldita a SeokJin; aunque la verdad no sabía exactamente de qué estaba preocupado, si de NamJoon, o de él mismo que puede provocar una autodestrucción.

"Cálmate Min, el que lo sepa puede beneficiarte"

Él mismo trataba de convencerse de que no había cometido una estupidez. El chico de piel pálida arrastró sus pies a través del suelo de madera; moviéndose de un lado para otro, pensando y pensando.

—Min YoonGi, ¿puedes parar? Pareces alma en pena—le dijo el castaño mientras negaba con reproche y continuaba su lectura en aquella revista de moda juvenil.

Oh, sí, Kim SeokJin había corrido hasta la casa de él después de haberlo escuchado por medio del teléfono en un estado de "vida y muerte". Porque YoonGi necesitaba desahogarse y no perder la cordura.

—Es que ahora no lo sabes sólo tú. El que lo sepa alguien más... ¡Es peligroso!

Jin despegó su vista de la sección de verano para verle con aburrimiento—. YoonGi querido, el problema no es que lo sepa alguien, el problema es que lo sepa él. ¿Por qué te preocupas tanto? ¿Acaso no me dijiste que eran amigos de antes?

Touché.

El apuesto muchacho con instinto paterno/materno, tenía razón.

YoonGi suspiró con la mente más clara, con un poco de sosiego y menos caos tomó lugar a lado de Jin en el sofá—. Eres un hijo de...

—Min YoonGi.

—... Lo que quiero decir es que... acertaste, o al menos eso es lo que siento. Después de tanto tiempo, es extraño.

—Explícate. Estoy seguro que ese tal NamJoon sólo quiere ayudarte—le dijo tranquilizador.

¿Cómo explicarlo? Ni siquiera sabe lo que es. ¡Es decir! Le causa cierto malestar que sea Kim NamJoon; su viejo cómplice en travesuras, el que siempre lo apoyó, el que le cubrió cuando decía mentiras... ¿Por qué entonces?

—¡No lo sé, Jin! Simplemente me incomoda, me molesta, me desespera.

SeokJin frunció el ceño confundido. ¿Cómo es posible que considere al moreno una molestia, cuando fue tan amable desde un principio?

—En serio que no logro entenderte.

—Jin, ni yo puedo entenderme... Así que no eres el único con problemas—con voz calmada se desparramó sobre el sofá sintiéndose mucho más calmado.

YoonGi tomó el control remoto y encendió la plasma de 32''; con aburrimiento empezó a cambiar canal tras canal mientras SeokJin le miraba molesto, y a decir verdad, un poco preocupado.

—Bueno, ¿entonces qué rayos harás?

El menor arrugó la nariz y en su frente las pocas líneas de expresión aparecieron—. Mañana es sábado, ¿no? Disfrutaré mi fin de semana, olvidaré de que la escuela existe, ¡y a la mierda todo!—exclamó dejando aquel programa donde los ídolos sufrían bullying por los MC's.

—¡Min YoonGi!

—¡Perdón mamá!

El castaño suspiró. Ahí estaba el viejo, despreocupado y mal hablado Min YoonGi. Kim SeokJin sabía que el pelinegro estaba en problemas si alguien se llegara a enterar, pero sin importar qué, tenía la acorazonada de que aquel moreno del que tanto le habló Yoon sería de grandísima ayuda.

Min YoonJiWhere stories live. Discover now