-Gracias- le dije a la enfermera cuando me paso la pequeña hoja con rayas rojizas, creí que se quedaría conmigo y me ayudaria a pensar nombres para mi hermano, muy por el contrario tras darme la hoja salió corriendo por una puerta para no volver-. 

Hacía frío en la sala, varias enfermeras habían colocado periódicos sobre la enorme ventana al final de pasillo "Hace demasiado frío para los nenes, mira que nacer en época de nieve" decían antes de volver a desaparecer, intentaba darme calor mientras garabateaba tonterías sobre la hoja, había escrito alguno que otro nombre sobre el papel, pero ninguno me gustaba realmente, ninguno me parecía particularmente bonito. 

Simon, Adiel, Aiden, Blake, realmente me era imposible concentrarme sin dejar de mirar al niño delante mio, delgado y cansado, a su derecha otro niño menor que el con el cabello rojizo y ligeramente rizado descansaba acostando la cabeza sobre sus muslos mientras que a su derecha un pelinegro de cabello ondulado y medianamente largo jugaba con sus dedos pegandolos al borde del asiento, todos ellos me parecían infinitamente intrigantes, todos ellos...pero más el castaño en medio que parecía estar al cuidado de ambos. 

Sus grandes ojos avellana estaban perdidos en la nada que se había creado él mismo en el suelo, con los labios apretados, y la nariz y las mejillas enrojecidas por el frío, tal vez era incapaz de sacarse de su transe porque él era consciente que al levantar la vista y mirar a su alrededor sería incapaz de no romper a llorar, porque quizás...el invierno había llegado a su alma incluso antes de que cayera Diciembre.

Verlo dolía, me dolía, quería ponerme de pie ir frente a él y llorar junto a su lado...

-Tengo mucha hambre- anuncio con tristeza el pelinegro a su lado, captando la atención del castaño que se estiró levemente sin despertar al de cabello rojizo, hasta tantear algo en los bolsillos de su pantalón para despues sacar un par de monedas depositandolas sobre la palma esperanzada del pelinegro cuyas pecas no había notado antes -. 

-Toma, es todo lo que tenemos...creo que te alcanza para una goma de mascar- entonces lo escuche hablar por primera vez, su voz suave y liviana viajó por el viento haciéndome estremecer, era la voz mas bonita que jamás hubiese oído, su cálida voz no combinaba en lo absoluto con su rostro agotado- no tardes o ire por ti y te traeré a golpes- sentenció, el pelinegro bajó de su sitio de un salto posando su vista en mi, sin despegarla mientras caminaba hasta perderse por el pasillo-. 

Sabía que ser curiosa a tal extremo me llevaría  a la ruina tarde que temprano, pero jamás creí  que sería tan rápido. 

Ver al niño de cabellos negros y pecas sobre su pálida piel durante tanto tiempo solo había servido para captar la atención del castaño que me miro con molestia y fastidio, dejándome claro que no tenía derecho de ver con tal descaro a sus hermanos, amigos o lo que fueran. 

-¿Te puedo ayudar en algo?- pregunto serio sin apartar sus ojos de los míos, rápidamente di un respingo bajando la cabeza avergonzada, no tenía palabras, por lo que simplemente negué con la cabeza mientras apretaba el papel con mi mano sobre mi rodilla-. 

Tras el incómodo momento fingí que había vuelto a garabatear nombres sobre la hoja, pero lo cierto era que  tenía frío, mucho frío y no era  capaz de saber si el frío era por el ambiente o el hecho de que al niño le había dado por mantener su vista fija en mí, su fría y amenazadora mirada sobre mi. 

-Salud- dijo cuando di mi primer estornudo- salu- se vio interrumpido cuando detrás del primero llegaron otros tres estornudos, definitivamente tenía frío  y ahora era incapaz de sentir el lápiz sobre mis manos entumecidas- salud- dijo como último-. 

-Gracias- era incapaz de alzar la vista para verlo, simplemente subí ambos pies sobre la silla, dejando el lápiz y el papel sobre mi regazo mientras lleve mis manos a mi estómago, frotandolas en mi sudadera para calentarlas-. 

Sálvame [Tom Holland y tú]Where stories live. Discover now