Sálvame [Tom Holland y tú]

¤Fight and survive ¤

SAMANTHA
Historia

Resiste y pelea me decía a mi misma, pero ya no podía más, no sabía pelear como ellos, no quería matar a nadie, todo lo que había hecho para sobrevivir a la arena clandestina donde ponen a criminales y exconvictos a pelear a muerte para que así los mafiosos vieran y reclutaran al más fuerte, mi técnica de supervivencia era correr y esconderme de vez en cuando tiraba uno que otro golpe pero no servía de mucho...vine aquí, a sobrevivir o morir...

-Samantha, despierta, es hora de ir a la arena, hay varios ojos puestos en ti, en la pequeña bestia de 12- mi padre había entrado al sótano donde me hacía dormir sobre la base de una cama sin colchón y con una sola luz alumbrando- ¿Qué no estás escuchando? Arriba- me tomó del brazo y me jalo contra él, podía sentir el edor a alcohol salir de sus labios y chocar contra mi rostro-.
-No quiero hacerlo, papá por favor, no quiero ir, ya no quiero- suplique esperando haber tocado su corazón-.
-Por su puesto que vas a ir, vas contra gente muy grande, gente que lleva sus 35 o 40 años de vida matando incluso fuera de la arena- dio otro tiron de mi hombro y mencionó- y tú vas a ir, porque así se interesan en ti y me pagarán mucho dinero por ti que podré usar en mis apuestas-.
-¿No te importó verdad?- mencioné sin ganas-.
-Samy, claro que me importas, por eso quiero lo mejor para ti- mintió y miro al techo ilusionado- Sabes el señor Holland tiene la mirada en ti, sin embargo aún no se convence, hay algo que espera de ti, tú hoy lo convences-.
-Papá de verdad tengo miedo- comencé a llorar y sentí su mano impactar en mi rostro-.
-No llores, como se te ocurre llorar, eres una bestia y las bestias no lloran, ahora vamonos- se encamino para salir del sótano y lo seguí la luz del resto de la casa me hizo daño en los ojos y me hizo cubrir los mismos con mis manos, ciertamente mi padre solo me sacaba del sótano para llevarme en las noches a la arena, después de eso me dejaba encerrada en el sótano.

Me subí a la toyota y me recargue contra el vidrio, no sabía ya en que país o continente estabamos, nisiquiera el día, cada noche solo admiraba los bonitos edificios, las luces, sentir el viento en mi cara, si algún día me liberaba de mi condena, me gustaría estar siempre así, libre, con el viento chocando mi piel. Entramos por la parte de atrás de la arena al llegar al pasillo espere a que mi padre terminará de saludar y comenzará a apostar, cuando terminó fue hacía a mi.
-¿Qué esperas?¿No conoces el camino? Anda-.

Camine entre las rejas, que estaban llenas de las personas con las que pelearia hoy, todos eran hombres alrededor del 1.80 y 1.93 metros, con sus músculos y testosterona a todo lo que da, me gritaban e insultaban, muy apenas estaba bien alimentada, mi padre me llevo hasta la última parte que era más bien una jaula, había rejas de los cuatro lados, entre y atrás de mí vi como mi padre cerraba tras de mí.

-No me hagas quedar mal, bestia- escuche a mi padre decir a mi espalda, lo mire alejarse y entrar por una puerta lateral, lo mire quizas sería la última vez que lo vería-.

Suspire y me senté a pensar, realmente no iba a poder contra ellos, no iba a poder pasear por la ciudad, no iba a poder correr contra el viento, iba a morir sin cumplir ni uno de mis anhelos.

-Hola ¿Lista para pelear?- levanté la cabeza y me encontré con la cara de un niño arriba de mi jaula, debía tener la misma edad que yo ¿pero como coño había hecho para meterse? Más aún para terminar ahí sin que me diera cuenta-.

-¿Quién eres tú?- pregunte y este sonrió-.

-Soy Tom, Thomas Holland